En esta corta ruta de senderismo pretendemos conocer el Bosque Tejedelo, donde nos asombrarán los ejemplares de tejos centenarios. Dedicamos el resto del día a contemplar tranquilamente los paisajes del Lago de Sanabria, visitar algunos pueblos y hacer unas últimas compras en Puebla de Sanabria.
Después del machaque de los días anteriores, en los que recorrimos el Cañón del Tera y subimos a Peña Trevinca, hoy queremos tomarnos un día más tranquilo, y por eso elegimos esta ruta fácil, que nos deja tiempo para realizar otras visitas.
El Lago de Sanabria
Desde nuestro balcón en el hotel rural contemplamos el amanecer sobre el Lago de Sanabria. Estamos en San Martín de Castañeda, población ubicada en la ladera del norte del lago.
A pesar de que el lago de Sanabria no es muy grande, es el mayor de España. Abundante vegetación puebla sus orillas. De hecho, más de 1500 especies vegetales habitan en el área de Sanabria, propiciado por su situación geográfica y diferentes altitudes. También por ello, la fauna es diversa, desde variedad de aves (rapaces como águilas y halcones, búhos, perdices, petirrojos, etc.) hasta mamíferos que viven en los entornos húmedos (nutrias, martas…) o en las montañas (corzos, jabalíes, lobos…), pasando por peces o anfibios. Motivos más que suficientes para que ya en el año 1946 fuese declarado Sitio Natural de Interés Nacional, y que en 1978 pasó a convertirse en Parque Natural.
Si nos remontamos a la era cuaternaria, podemos entender mejor el paisaje que vemos hoy en día, que fue modelado por la acción de los hielos. Un glaciar ocupaba la planicie de altura, rodeado por las montañas del circo de Trevinca, y vertiendo lenguas glaciares que fueron excavando valles y cañones.
Hace 12.000 se fundieron aquellos hielos. Restos de aquella época son las múltiples lagunas que quedan en las montañas, así como el Lago de Sanabria.
En las orillas del lago, algunas playas sirven de refresco en los cálidos días de verano.
El toque de misterio lo pone la leyenda de la ciudad sumergida en el lago.
En el pueblo de San Martín de Castañeda visitamos los alrededores del monasterio de San Martín, fundado en el siglo X, y del cual se conserva la iglesia reconstruida. Declarado monumento histórico-artístico en el año 1931. No pudimos entrar porque estaba cerrado, pues en octubre sólo abre los fines de semana.
Continuamos con visitas a algunos pueblos de la comarca, pueblos de tradición agrícola y ganadera, que hoy en día tienen en el turismo una fuente adicional de apoyo económico.
Puebla de Sanabria
Puebla de Sanabria es la villa principal de la zona. Uno de sus monumentos más destacados es el Castillo de los Condes de Benavente, encaramado en la zona más alta, desde donde domina todo el pueblo. Otro de los edificios históricos es la Iglesia de Nuestra Señora del Azogue, románica del siglo XII.
Pero, el auténtico placer está en pasear por las calles de esta villa medieval tan bonita y empinada, con sus calles empedradas y sus casas históricas. Aprovechamos para las últimas compras: los famosos habones sanabreses, otras legumbres, quesos……….
Ruta por el Bosque Tejedelo
En Requejo de Sanabria iniciamos la ruta por el bosque de El Tejedelo (o Teixedelo). Desde el pueblo de Requejo seguimos en coche por una pista de tierra, por donde se nos cruza algún corzo. En un pequeño aparcamiento comienza la ruta y echamos a andar.
El entorno del río Tejedelo es una manifestación de frondosidad y humedad.
Poco después de cruzar el puentecillo sobre el río Tejedelo, el impacto del entorno es brutal. Excavaciones de obras del AVE, torretas eléctricas, viaductos de la autovía, aerogeneradores ………. Un derroche de “progreso”, un lugar paisajísticamente castigado. Y el ruido de camiones y excavadoras que trabajan en los desmontes del AVE es continuo.
Tras una subidita de algo más de un ruidoso kilómetro, nos internamos en un silencioso robledal. Nos da la impresión de habernos trasladado a mucha distancia.
Bosque Tejedelo en Sanabria
El ascenso continúa hasta el Mirador de las Peñas del Veladero, a 1400 m de altura. Ya no oímos nada más que nuestras propias pisadas y el mecer de las hojas de los robles con el aire. Y los trinos de los pajarillos con distintas entonaciones.
Ya desde este mirador empezamos a percibir la magnitud de este bosque que ocupa las pendientes laderas de este valle. Orientado a la umbría del norte, mantiene la humedad al chocar las nubes bajas. Un magnífico bosque de montaña, en el que predominan robles, abedules, avellanos, acebos, sauces, serbales, sanguiños, y por supuesto, los reyes del bosque, los tejos gigantes.
Del mirador bajamos a la espesura del bosque, que se va haciendo más denso y sombrío en los alrededores del riachuelo, y que pronto nos muestra sus secretos.
Empiezan a aparecer ante nuestra vista ejemplares mayúsculos de tejos. Árboles que, antaño se extendían por amplias zonas de la Península Ibérica, y que ahora han quedado relegados a escasas áreas. Los tejos se consideran una reliquia del pasado. Ya existían hace más de un millón de años, en la época de los dinosaurios. Sus frutos, llamados arilos o treixas, sirven de alimento a muchos pajarillos del bosque, así como a zorros, martas y tejones.
Tejos del Bosque Tejedelo
Los paneles informativos del Bosque Tejedelo nos ayudan a conocer la historia de este bosque y la importancia de los tejos y de los bosques en general. Un bosque en el que se han catalogado unos 100 ejemplares de tejos de más de 1000 años de antigüedad. Una de las especies de árboles más longevos que existen, que no alcanzan la edad fértil hasta los 40 años, y que se han convertido en una especie escasa y amenazada. Símbolo de la eternidad desde hace milenios.
Gracias a los habitantes del pueblo de Requejo podemos saber que el modo de vida del pueblo y sus costumbres estaban muy ligados a este bosque, del cual obtenían alimentos para ellos y para su ganado, leña para combustible, materiales para fabricar ropa, viviendas y muebles. Por ejemplo, usaban madera para hacer suelas de zapatos, cenizas de roble para blanquear las camisas de lino, hojas de plantas para la tos o para dolencias varias……
Era costumbre en el pueblo atar ramas de tejo a una vara larga el domingo de Ramos, y aderezarlas con diversos adornos. Después las colocaban en sus casas para protegerles de los males.
El Bosque Tejedelo es encantador. Son árboles preciosos, milenarios, de troncos enrevesados, son auténticas esculturas naturales.
Un hábitat en el que viven diferentes especies vegetales y animales, que se complementan unas a otras. Los frutos sirven de alimento a los pájaros y otros animales, que, a su vez, transportan las semillas facilitando la reproducción de los árboles.
También hay que mirar hacia el suelo
Descendemos por el bosque de robles hasta el aparcamiento. Una ruta de sólo 5 Km, pero bien concentrada.
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Dónde comer y dormir
Alojamiento: Turismo rural El Balcón del Lago, en San Martín de Castañeda. Emociona asomarse por la noche al balcón para oir los sonidos de la noche: cencerros de las ovejas, ladridos de los perros, sonidos de los búhos……….y, sobre todo, para divisar el cielo infinitamente estrellado……..
Un cielo tan nítido en los alrededores del lago, con la Vía Láctea perfectamente dibujada, que es uno de los recuerdos que siempre me llevo de Sanabria.
Track de la ruta por el Bosque Tejedelo
Descargable para GPS: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=5431417
Otros bosques de tejos:
La Tejeda de Tosande (Montaña Palentina)
Ruta de los Tejos de Rioscuro de Laciana (León)
Información sobre el Parque Natural Lago de Sanabria
Casa del Parque situada en la carretera de acceso al lago, en el lugar de Rabanillo.
http://www.turismosanabria.es/
Para hacer un trabajo para escolares, he descargado algunas fotos de vuestra ruta al Tejedelo. Muy ilustrativas.
¿Puedo utilizarlas?
¡Gracias!
El toque de misterio lo pone la leyenda de la ciudad sumergida en el lago.
Solo decir que tristemente no es una leyenda si no una catástrofe.
Todo lo demás totalmente de acuerdo. Gracias un saludo
Hola Sandra,
Muchas gracias por la puntualización. Un saludo
Es un atentado al buen gusto y mucho más, ……no se pueden poner «pasarelas» de la manera que lo hacen, supongo que fueron unos «artistas » del paisajismo……. no solo se destruyen los espacios naturales con la falta de civismo , si no tambien por el salvajismo de operarios insensibles … tenemos que darles las gracias por no » Clavarlas » ( las pasarelas ) a los tejos… penoso penoso penoso … y ese despilfarro de dinero que…….educación señores educación!
Hola Pedro,
Gracias por aportar tu punto de vista. Saludos