Es que todavía no me creo lo que veo cada vez que voy a Bhaktapur. Y ya voy por la tercera vez. Es como vivir dentro de un cuento.
La ciudad estaba animadísima en esta ocasión por la festividad del Tihar, más que nunca. Bhaktapur resurge de sus cenizas tras el terremoto de 2015 y continúa en lenta reconstrucción. La he encontrado renovada respecto al año pasado, aunque todavía queda mucho por hacer. Ahora se ven muchas tiendas de recuerdos y galerías de arte, muchos turistas, mucha más animación que el año pasado.
En la Plaza Durbar ya han reconstruido varios monumentos, y continúan trabajando en otros. Esos saris coloristas de las mujeres, los constantes mercados callejeros, los edificios históricos de terracota roja con ventajas de celosía de madera………… Bhaktapur es un despliegue sensorial inabarcable. Nunca me cansaría de recorrer sus calles, llenas de escenas vivas, diferentes en cada momento. Bhaktapur no para de vibrar y de hacerme vibrar. Es cada vez más adorable. Es como adentrarse en un mundo de fantasía.
Yo tenía que visitar a mi amigo nepalí de la Plaza de los alfareros. El año pasado me regaló un elefantito de terracota. “¿Te acuerdas de mí?”, le pregunté. “Sí, has vuelto”, me contestó. “Claro, eso me pediste. Que te viniese a visitar cuando volviera a Nepal. Y aquí estoy”. Este año me ha regalado un pequeño buda. “Nos volveremos a ver”, así nos hemos despedido otra vez.
Bhaktapur en 2017
Plaza de los Alfareros
Escenas vivas en las calles de Bhaktapur
Templo de Nyatapola
Taumadhi Tole
Plaza Durbar de Bhaktapur
ESTA ETAPA PERTENECE AL VIAJE: Nepal Trek EBC 2017: Everest y Bardia