El río Miño circula encajonado entre profundas laderas cubiertas de vegetación a su paso por la Ribeira Sacra, en el entorno de Belesar. Por esta zona discurre el PR-G-162, una fabulosa ruta de senderismo que nos traslada por preciosos paisajes de laderas cubiertas de viñedos, bosques de castaños y pequeñas aldeas.
Localización
Estamos en el municipio de Saviñao, provincia de Lugo. Nos encontramos en la Ribeira Sacra, a orillas del río Miño, en el interior de Galicia.
Comenzamos la ruta en la casa rural Santo Estevo y al lado de la iglesia románica de Santo Estevo de Ribas de Miño. (No confundir con el monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil, a orillas del Sil, y hoy restaurado como parador de turismo). Nos situamos en las laderas del Miño, justo antes de que este río se una al Sil en Os Peares.
Coordenadas GPS: 42.6179337,-7.7096966,17.25
Ruta de senderismo de la Ribeira Sacra del Miño, PR-G-162
En esos momentos estaban señalizando esta ruta, que llegará hasta Atán, en el municipio de Pantón, con unos 25 km en cada sentido. Será el PR-G-162, denominada Ruta da Ribeira Sacra do Miño, gracias a un convenio de colaboración de los municipios de O Saviñao y Pantón, aprovechando viejos caminos. Faltaban unos 5 km por señalizar, previsto finalizar por completo en diciembre de 2012.
En todo momento seguiremos las indicaciones de la ruta de senderismo, sin encontrarnos dificultades de señalización.
Nos moveremos sobre las laderas del valle del Miño, caracterizadas por su abundante vegetación, que alterna zonas boscosas y áreas cultivadas de viñedos. Dos semanas antes se realizó la vendimia, y a partir de ahora las hojas de las vides irán cambiando de tonalidad. En poco tiempo se gozará de una paleta de colores de hojas en función del tipo de uva: rojizo, amarillo y verdosa-blanquecino. Todavía es un poco pronto para ello. Esto ocurrirá entre finales de octubre y noviembre.
La vendimia es dura en estas laderas. Su declive y configuración en terrazas, no permite utilizar medios mecánicos, y prácticamente todo el trabajo se realizar de forma artesanal. Viticultura heroica.
Inicialmente la senda asciende suavemente, acompañados por castaños, robles y algunos viñedos.
Transcurridos 3 km llegamos a la aldea de Galegos. Hemos cambiado de paisaje. Dejamos los bosques y las laderas del Miño, y estamos en una zona de praderas.
Pronto dejamos el asfalto para seguir por un camino que se interna en un bosque de robles. Pasamos por otra aldea, y más bosque. La flora de la zona muestra su aspecto otoñal: erizos de castañas, frutos rojos, racimos granates……..
Montecelo es la siguiente aldea, donde nos encontramos los restos de una antigua iglesia en ruinas.
Aquí nos despistamos y perdimos las marcas. Nosotros seguimos en dirección a Bexán, pero la ruta no va por aquí. En cualquier caso, los paisajes son preciosos.
Descendemos por la carretera de modo muy pronunciado. Apreciamos la hermosa panorámica protagonizada por el pueblo de Belesar, su puente y su embarcadero. Y también contemplamos el paisaje que componen las laderas del Miño, ocupadas por viñedos en terrazas, salpicadas de bodegas y pequeñas aldeas.
Belesar, en la Ribeira Sacra del Miño
Desde la aldea de Bexán, resultamos premiados con un precioso panorama.
La aldea de Bexán
Otra panorámica desde Bexán
Al lado de la pequeña iglesia de Bexán parte un sendero, por donde descendemos.
Caminamos entre viñedos que se empiezan a teñir de rojo, gozando de las vistas al río Miño. Esta parte de la ruta es muy bonita. Una maravilla cercana.
Viñedos de Belesar
La escalerilla nos da idea de las dificultades para vendimiar y cargar la uva por las empinadas laderas.
Entre viñedos avanzan nuestros pasos en dirección opuesta a Belesar, hasta que se nos presenta otra panorámica diferente del río. Ahora las laderas están ocupadas por bosques de árboles caducifolios.
En pronunciada pendiente descendemos hacia Belesar. Nos liamos un poco dando vueltas para encontrar algún camino transitable por unas escaleritas que bajan al lado de viñedos. Al lado de un riachuelo oímos el sonido del agua, que se esconde entre espesísima vegetación.
Tras descender hasta la carretera que bordea el Miño, por ella nos encaminamos hacia el pueblo de Belesar, recorriendo las orillas del río.
¡Hace un calor! Aunque ya es octubre, esta zona goza de un micloclima muy cálido y protegido de los vientos. Las hojas de los viñedos empiezan a adquirir diferentes tonalidades.
Llegamos a Belesar justo a la hora de comer. El restaurante del embarcadero, con su terraza al borde del agua es una delicia. Comer al aire libre, en manga corta, y a la sombra, en pleno octubre, no se puede hacer en cualquier sitio de Galicia.
Desde el embarcadero de Belesar parten embarcaciones para navegar por la Ribeira Sacra del Miño.
Embarcadero de Belesar
Retomando la ruta, callejeamos por el encantador pueblecito de Belesar.
Desde Belesar subimos por la antigua calzada romana, que todavía conserva las losas de piedra. La subida es brusca, por eso este camino se conoce también como “Los Codos de Belesar”, debido a su enrevesada configuración en zigzag.
Es también un tramo del Camino de Santiago de invierno, que antiguamente usaban los peregrinos en invierno, cuando los rigores de la estación dificultaban el paso por las montañas del camino tradicional.
Primero avanzamos entre viñedos, a pleno sol. Menos mal que pronto llegamos al bosque de robles, cuya sombra hace más llevadero el calor, aunque los mosquitos se han puesto pesadísimos por la tarde.
Después de 2.6 km ascendentes llegamos a la aldea de Diomondi. La ruta señalizada sigue en sentido contrario a la aldea, sin cruzarla. Nosotros atajamos camino a la vuelta, dirigiéndonos directamente de Diomondi a Galegos por la carretera.
En Diomondi encontramos otra iglesia románica, de las muchas que abundan en la zona. De hecho, se considera que la Ribeira Sacra es el lugar con mayor concentración de románico de Europa (lo cual también significa, del mundo).
La iglesia románica de Diomondi se localiza en el Camino de invierno a Santiago.
Por carretera seguimos hasta Galegos. El paisaje no destaca por nada especial en este tramo, por lo que nos entretenemos mirando al cielo, que combinaba innumerables formas de nubes.
En Galegos, enlazamos con la ruta por donde habíamos venido. En 3 km más llegamos a la iglesia de Santo Estevo de Ribas de Miño, fin de ruta.
Iglesia de Santo Estevo de Ribas do Miño
La iglesia de Santo Estevo de Ribas do Miño cuelga sobre el Miño al borde de la ladera. Es una joya del románico, del siglo XII. La iglesia pertenecía a un antiguo monasterio que quedó destruido hace 500 años.
Apenas hay espacio para fotografiarla. Dicen que sólo desde la otra orilla del río es posible hacerle una foto completa con un buen teleobjetivo. Me parece un lugar imprescindible a visitar en la Ribeira Sacra.
A Cova y Mirador Cabo do Mundo
En coche, nos acercamos al mirador de Cabo do Mundo en A Cova, nombre que recibe uno de los meandros del río Miño. El sol se reflejaba intensamente en el río. En realidad, desde este mirador no se aprecia el paisaje completo. Creo que el mejor punto para observarlo es desde la bodega de A Cova. Es uno de los fabulosos Miradores de la Ribeira Sacra.
En A Cova también merece la pena conocer su iglesia románica del siglo XII, también encaramada en una ladera sobre el Miño.
Iglesia románica de A Cova
Finalmente, bajamos hasta la playa fluvial de A Cova, lugar acondicionado para el baño en las tranquilas aguas del río, y donde algunos lo estaban disfrutando. Fin de jornada.
Para comer y dormir en O Saviñao
Alojamiento: Casa rural Santo Estevo. Propiedad de una pareja de extranjeros muy simpáticos. Puedes cenar con ellos en su comedor.
Estas son las vistas desde la casa de turismo rural al despertarnos. Es un remanso de paz.
Restaurante: Abacería O Batuxo, en el embarcadero de Belesar. Un lugar con mucho encanto, y además se come bien.
Track de la ruta Ribeira Sacra do Miño por Belesar
Descargable en GPS: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3456816
Caminata de 17 km