Los espíritus de los antiguos celtas nos acompañarán en esta ruta por el Monte Pindo, el Olimpo de los celtas. Un lugar de cultos prehistóricos, con vistas al Fin de la tierra. Leyendas y magia, miradores, vistas a costa da Morte, cascadas, figuras graníticas esculpidas por la naturaleza……..¿o por los antiguos celtas?. Un lugar para emocionarse. Pasaremos también por el Mirador de Ézaro y por la Cascada del Xallas.
Localización de la ruta
Preciosa ruta de 18 Km, a pesar de que algunos tramos transcurren por asfalto. Discurre por los municipios de Carnota y Dumbría, en la costa occidental de la provincia de A Coruña, entre la Costa da Morte y las Rías Baixas.
Iniciamos la ruta en el pueblo de O Pindo, al pie del Monte Pindo, cuyo entorno adorna una playa de blanquísima arena.
Coordenadas GPS del inicio de ruta: 42.8928989,-9.1433657,15z
Mirador de Ézaro
Antes de comenzar la ruta a pie, detenemos el coche en el mirador de Ézaro. A nuestros pies, la pequeña ría que se forma en la desembocadura del río Xallas, entre los pueblos de O Pindo y Ézaro. Y más lejos, divisamos el cabo Fisterra.
Y un homenaje a los ciclistas que han pasado por aquí en la Vuelta a España, subiendo rampas imposibles del 30%. Aunque acostumbrados a los puertos de montaña no podían creer estas pendientes tan cerca de la costa, que hicieron bajarse de la bici a más de uno.
Ruta de subida al Monte Pindo desde el pueblo de O Pindo
Al lado de la iglesia de O Pindo parte el sendero pedregoso. Nos espera una subida continua desde el nivel del mar hasta el alto de A Moa, a más de 600 m de altura. Como siempre, se nos ha hecho tardísimo y empezamos la subida a las 3 de la tarde, con todo el calor. Somos los caminantes tardones.
En 10-15 minutos hemos subido 100 m de desnivel y llegamos a un entorno donde las formaciones rocosas te hacen imaginar que te rodean figuras humanas. Parece que en cualquier momento vayan a cobrar vida. Es como un gran museo natural.
Conforme ascendemos, las vistas van ganando amplitud………….y el sol nos va machacando.
A lo lejos, el cabo Fisterra. La visibilidad es muy buena, incluso divisamos el Faro Fisterra.
Ascensión al Monte Pindo por el entorno granítico
A 300 m de altura, gozamos de muy buenas vistas. Ahora también vemos la playa de Carnota y Monte Louro.
Playa de Carnota desde el Monte Pindo
Entre este paisaje granítico seguimos subiendo e imaginándonos mil y una figuras, ¡qué calor!.
A 400 m, empieza a correr algo de aire. Encontramos una sombra, buen sitio para dar cuenta de la empanada de bacalao con pasas. Pero, ¡por Dios!, ni una nubecilla nos honra con su presencia para decorar los cielos de estas fotos.
A 500 m de altura, desde el mirador de Chan de Lourenzo, gozamos de unas vistas espléndidas de la playa de Carnota. Incluso divisamos a lo lejos el Cabo Corrubedo.
En esta zona de Chan de Lourenzo existían explotaciones de wolframio. Vemos alguna construcción abandonada.
Saludamos a O Guerreiro, un gigante pétreo que vigila el camino.
Y, seguidamente, empezamos a divisar la ría de Corcubión, el pueblo de Ezaro, y Fisterra.
Ría de Corcubión desde el Monte Pindo
Y llegamos al Alto de A Moa, el punto más alto del Monte Pindo. Hemos sudado de lo lindo, pero ahora ya estamos aquí, a 630 m de altura, y ¡esto es todo un espectáculo! Desde Louro hasta Fisterra, nuestra vista abarca toda esta costa. Y más a lo lejos también divisamos la Sierra del Barbanza al sur y Touriñán al norte.
Se cree que A Moa era un lugar de cultos prehistóricos, con vistas al Fin de la tierra. Conocido como el Olimpo Celta, quizás por similitud con el Monte Pindo griego. Por eso es un lugar cargado de magia y leyendas. Porque, según la tradición, sus piedras fueron esculpidas por los antiguos celtas. O, según otros, estas piedras son los espíritus de los antiguos celtas que cobraron forma de piedra para perpetuarse eternamente.
Leyendas como la que cuenta que en una cueva del monte, conocida como la Cova da Casa da Xoana, (un túnel de 12 m de largo), se reunían meigas en el solsticio de verano. O como la que sostiene que la hierba crece más de noche que de día. O historias más cercanas y más reales, como lugar de refugio para mucha gente durante la guerra civil.
También se cree que en el monte se construyeron varias fortalezas para vigilar el fin del mundo.
Las losas de piedra del alto de A Moa muestran numerosos hoyos. Cavidades excavadas por los celtas, también con connotaciones mágicas, pues si encuentras agua en su interior después de las lluvias, se supone que esa agua está bendecida por los dioses y que cura muchas enfermedades. Para ello, hay que recoger agua con las manos, de 7 hoyos distintos, arrodillado frente al oeste.
Alto de A Moa en el Monte Pindo. El Olimpo Celta.
Y ahora, cargados de esta energía mágica, para abajo. Bajamos hacia Fieiro. Por aquí el camino es más fácil, y, tras 3 Km por el monte, llegamos a una pista forestal. Tras otros 500 m más llegamos al área de descanso de Fieiro. Aquí hay un aparcamiento desde donde se puede iniciar la subida al alto de A Moa de una forma más fácil, ya que el desnivel es mucho menor. Dicha ruta es de 3.5 Km y 300 m de desnivel por un camino bastante fácil. Pero, sin duda, es más bonita la ruta que hemos hecho desde O Pindo.
Me encanta una frase escrita en un panel informativo de la ruta situado en Fieiro: «Hubo quién dijo una vez que para escribir un poema sólo se precisa un hermoso paisaje y unos ojos que sepan mirarlo. El resto sólo depende de la capacidad de reproducir imágenes en nuestra cabeza a gran velocidad”.
Ahora tenemos 3 opciones para seguir:
- Regresar por el mismo camino
- Volver por el monte Peñafiel. Era lo que habíamos pensado, pero la senda apenas está marcada, y probablemente nos pillaría la oscuridad.
- Seguir por carretera, hacia el embalse, mirador de Ezaro, pueblo de Ezaro y carretera a O Pindo.
Elegimos la última opción por miedo a deshidratarnos, o a perdernos y que se nos echase la noche encima. Esta alternativa transcurre todo el tiempo por carretera, por lo que pierde mucho interés, aunque se trata de una carretera muy poco transitada.
Pasamos por la presa Santa Uxía, sobre el río Xallas. Ahora, por justicia, el embalse desagua en continuo, permitiendo que el río siga fluyendo aguas abajo del embalse.
Desagüe de la presa Santa Uxía sobre el Xallas
Nada interesante es el tramo por carretera hasta llegar al Mirador de Ézaro. Como ya estuvimos antes en el mirador, no nos paramos y seguimos el descenso ¡con unas vistas! ¡y unas pendientes!
Mirador de Ézaro
Alguna reivindicación, quizá conveniente
Ézaro es uno de esos lugares de tal belleza natural, que uno no puede dejar de preguntarse si este progreso es realmente adecuado, rodeado de torretas y líneas eléctricas de la central hidroeléctrica.
Cascada del Xallas, en Ézaro
Al pasar por Ézaro nos acercamos a ver la cascada del Xallas (mal llamada cascada del Ézaro). En el último día de agosto, su caudal no era muy abundante.
No es la cascada más hermosa de Galicia, ni la más alta, y sin embargo, es tal vez la más visitada de las cascadas de Galicia.
Quizás porque dicen que se trata del único río de Europa que desemboca en el mar en forma de cascada.
Tal vez por una cuestión sentimental, tras varios años privados de su visión. Por haber admitido que una empresa hidroeléctrica podía quitar a la naturaleza y a nosotros mismos el espectáculo de este salto de agua.
Quizás por su accesibilidad. Desde luego, no puedes encontrar en cualquier cascada un aparcamiento a 300 m, pasarelas, bancos, bar, y hasta tenderetes de recuerdos, o incluso gradas. Por ello, autobuses de excursionistas tienen aquí parada obligada. Aunque, no por ello hay que dejar de visitarla. Pero sí que conviene saber lo que uno se va a encontrar, ya que no es una cascada en un entorno natural puro y salvaje.
Ya sólo queda seguir la carretera general hasta llegar al pueblo de O Pindo, donde recogemos el coche. Es una carretera pegada al mar, preciosa para recorrer en coche. Y también andando, aunque no deja de ser una carretera.
En definitiva, una ruta preciosa por el Monte Pindo, el Olimpo de los celtas, y por lugares de leyendas.
Es posible conocer estos lugares de forma más fácil. Al mirador de Ézaro y a la cascada del Xallas se puede llegar en coche. Al alto de A Moa se puede subir caminando por una ruta más corta desde O Fieiro, aunque en este caso, no se puede apreciar la mayor parte de las moles graníticas y las formaciones naturales…….., ¿o artificiales?.
Track de la ruta
Descargable para GPS: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=5177563
Pingback: Cascadas de Galicia - Más rutas y menos rutinas