Cascadas y molinos del Barosa y del Gundeiro GALICIA - PONTEVEDRA (Barro) 1


Después de las intensas lluvias de los pasados días, teníamos en mente acercarnos a alguna cascada potente. Y cascadas potentes son los saltos del río Barosa, en el lugar conocido como la ría de Barosa. No deja de resultar curioso que este lugar reciba el nombre de «ría», aunque aquí el significado es el de “hilera” de molinos. Los molinos del Barosa se emplazan cerca de la ciudad de Pontevedra.

Localización de la ruta

Acceder a las fervenzas es muy fácil, ya que se encuentran en un área acondicionada como “Parque da Natureza do río Barosa”, que pone en valor este lugar de interés natural y etnográfico. Se sitúa junto a la aldea de Maquieira, en el municipio pontevedrés de Barro y dispone de aparcamiento. Y es también el punto de inicio del PR-G-105, corto y fácil, que nos va a permitir, no sólo visitar las cascadas, sino también acompañar al río Barosa durante un trecho de su curso.

Descripción de la ruta de senderismo Cascadas y molinos del Barosa

Tremendo estruendo. Tremendo caudal de agua, cayendo desde 50 m de altura sobre rocas pulidas por su imparable acción. Hasta 17 molinos se asentaban a ambas orillas, escalonados, para aprovechar la energía hidráulica de los saltos encadenados. Dichos conjuntos de molienda estuvieron en funcionamiento desde la Edad Media hasta los años 70 del siglo XX.

Si ahora se ha transformado en un lugar de ocio, al que acuden numerosas personas para recrearse en tan bonito paraje, la afluencia debe de ser ínfima en comparación con la que debía de acudir en el pasado, cuando gente de toda la comarca usaba los molinos del Barosa para moler su grano.

Además, hay que destacar que en este lugar se concentran 4 tipos de molinos que existieron en Galicia: de pozo o cuba, de canal, de artesa y de folón.

Por un sendero de escaleras recorremos los molinos del Barosa y subimos de una a otra caída de agua.

Molinos del Barosa

Tras la naciente del salto superior, el río se amansa. Ahí se sitúa el molino de Valerio, reconvertido en mesón, donde podemos tomarnos un pulpo mientras vemos las ocas nadando en el río. Son perfectamente visibles los canales de agua que alimentaban al molino, ahora revestidos de musgo.

El sendero continúa al borde del río remansado, sumergiéndonos una vez más en la magia de nuestros ríos y nuestros bosques, diferentes en cada estación………….Galicia, la tierra de los mil ríos.

En una escena de cálida luz invernal, los troncos de los árboles se reflejan sobre la superficie del agua. Robles, castaños, laureles, helechos, hiedras, conviven en el húmedo entorno.

En el puente de San Breixo finaliza el PR-G-105, pero nosotros continuaremos más allá.

Se nota que la senda estuvo anegada recientemente. De hecho, algunos tramos todavía lo están. Las acrobacias no se hacen esperar, para abrirnos paso entre árboles caídos sobre la orilla, arrastrados por la fuerza de la corriente, o para buscar alternativas al encharcado camino.

Al internarnos en el sombrío bosque de bambú, parece que estemos en otro país. Un paraje singular en esta tierra.

Nuestros pasos nos conducen hasta la aldea de A Bouza, entre fértiles tierras de cultivo regadas por riachuelos.

A partir de entonces, continuamos al lado del río Gundeiro, que normalmente no es más que un regato y se puede cruzar para seguir por la otra orilla para llegar a las fervenzas de As Laxes. Pero no era así. Bajaba con tanta agua que nos resultó imposible cruzarlo. Así que nos quedamos sin poder llegar a las cascadas.

Nuestros pasos nos devuelven a A Bouza, para seguir después hasta Portón, aldea donde enlazamos con un camino tradicional que entra en el bosque de robles para llevarnos por la otra orilla del río Barosa.

La primera parte de este sendero discurre a mayor altura que el de ida, desde el cual vemos el río fluyendo allá abajo entre los árboles, y escuchamos su cadente ronroneo. Después, bajamos hasta la orilla del río, para continuar a su lado.

Tras regresar a la cascada del Barosa, no hay que dejar de subir por el sendero de la derecha, para recorrer cada molino que trepa por la ladera entre los arco iris.

Cascadas del río Gundeiro

Como nos habíamos quedado con la espinita clavada por no poder alcanzar las cascadas del río Gundeiro, pensamos que tal vez podríamos acercarnos en coche a algún lugar próximo, e intentar buscar un camino que nos condujese hasta ellas. Únicamente siguiendo nuestra intuición nos dirigimos a la aldea de A Fontaíña, donde se termina la carretera y aparcamos el coche. Junto a la última casa parecían partir 2 caminos, uno a la derecha y otro a la izquierda.

Primero decidimos tomar el de la izquierda, que, tras unos 500 m, efectivamente nos lleva hasta el río Gundeiro, donde éramos testigos de la fuerza del agua manifestada en varias fervenzas, conocidas como As Laxes de Rebón. Las de mayor altura quedaban algo lejanas, y no nos resultaba posible acercarnos debido al gran caudal de agua.

A continuación, tomamos el sendero a la derecha de la casa, que nos permitía alcanzar la otra orilla, en la que varios molinos aprovechaban la energía del agua en un pasado no muy lejano. A nuestro lado caen las cascadas principales. Todo el entorno es pura energía.

Como están más escondidas, perdidas en el bosque, y el acceso no resulta tan fácil, estas cascadas de Gundeiro apenas son visitadas.

 

Track de la ruta Cascadas y molinos del Barosa

Descargable para GPS: es.wikiloc.com/wikiloc… d=11983712

 

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