Desgranar el transcurrir de la vida en Antofagasta de la Sierra es una experiencia tan pausada como reconfortante. En la puna de la provincia de Catamarca, es una gran desconocida. Y, sin embargo acoge la mayor concentración de volcanes del planeta. Al volcán Antofagasta decidimos subir durante nuestra estancia en este remoto lugar.
Antofagasta de la Sierra, en lo profundo de la puna de Catamarca
Los 700 habitantes de Antofagasta de la Sierra viven a 3400 m de altitud y ¡a 500 km! de la capital de su provincia, Catamarca. Estamos en el noroeste argentino (NOA).
Nos alojamos en la hostería Complejo Pucará. Sus propietarios, David y Rafael, nos contaron tantísimas historias durante los 3 días que pasamos allí, que los escuchábamos atónitos. Especialmente, la capacidad didáctica de David quedaba de manifiesto.
David Busto es un profesor de matemáticas que decidió emprender esta aventura, construyendo él mismo la hostería. Nos narraba cómo tuvo que recoger las piedras de las coladas volcánicas, aprender albañilería, electricidad, fontanería, decoración, etc. Nos contaba lo duro que es vivir en un sitio tan alejado, en la puna, un lugar olvidado.
Al pueblo llega un colectivo, “El Antofagasteño”, 2 veces por semana, desde Catamarca capital, tras casi 15 horas de viaje. Su presencia se convierte en una fiesta local. Los lugareños acuden a recibirlo porque es casi la única forma de comunicación con el mundo exterior. En Antofagasta de la Sierra apenas hay un teléfono (un teléfono público en el edificio de la municipalidad, averiado con frecuencia), escasa cobertura de móviles, e internet falla muchas veces.
Al igual que en Tolar Grande, la electricidad producida con grupos electrógenos funciona durante casi todo el día, y sólo la cortan unas horas por la noche.
Nos decía David: “hay que estar un poco loco para vivir aquí”.
Y, “también hay que estar un poco loco para venir de turismo por aquí”. ¡Con lo bien que se está en Benidorm!
Con David contratamos un par de excursiones: al Volcán Galán y al Campo de Piedra Pómez, que haríamos los siguientes días. Existen otros lugareños que disponen de camioneta y también se ofrecen para organizar excursiones, como por ejemplo, los hijos de El Puneño (se puede preguntar en el Comedor).
El Volcán Antofagasta, ¿y sus escorpiones?
Durante nuestra estancia en Antofagasta de la Sierra, dedicamos una mañana a subir al volcán Antofagasta. Desde la hostería podíamos divisar su silueta, casi gemela a la del volcán Alumbrera.
No hay transporte público, pero contábamos con la generosidad de David, siempre dispuesto a llevarnos a cualquier lugar. Hasta la base del volcán llegamos en su camioneta, al tiempo que nos indicaba el sendero de subida. Estamos a 8 Km del pueblo.
Primero hay que caminar sobre el campo de lava, y después subir en zig-zag por la fuerte pendiente sembrada de cenizas volcánicas.
Una vez en la cima, rodeamos el cráter, nos internamos en sus entrañas, y sobre todo, admiramos el completo panorama. Porque, desde lo alto las vistas son prodigiosas.
Y es que, Catamarca es el lugar con mayor concentración de volcanes del mundo: 230 volcanes en la provincia. Se ven por todas partes. Todo está lleno de volcanes, coladas de lava y campos de cenizas volcánicas. También observamos las lagunas al pie de los volcanes, lagunas Antofagasta y Alumbrera.
Incluso llegamos a divisar, el Campo de piedra pómez, una blanquísima mancha que destaca al fondo. ¡Allí iremos otro día!.
El volcán Antofagasta es “nuestro volcán por un día”. Nadie más merodea por aquí. A Catamarca apenas llegan turistas, es una gran desconocida.
A esta altitud, cualquier esfuerzo es muchísimo más intenso y la subida nos exigía detenernos de vez en cuando a tomar aire. Bajar resultó menos cansado.
La tarde nos deparaba nuevos relatos de David. Todo un compendio de reflexiones humanas.
Y tras cenar en “El Puneño”, la noche también nos deparaba nuevas sorpresas. Especialmente cuando descubrimos a unos visitantes inesperados.
…………………
“¿qué es ese bicho que sube por la pared?
¡otro más en la otra pared!
…….¡parecen escorpiones!……….
¡qué va, serán arañas!,
con esas pinzas y el aguijón, yo diría que son escorpiones!
¡que no, que son arañas….., grandes, …..pero arañas!”
¡plaff!, terminaron aplastados contra la pared
Ya que, casualmente, los otros huéspedes, los porteños, eran biólogos….A la mañana siguiente los llamamos para identificar los bichos aplastados.
“No se distingue bien la forma, pero yo diría que sí son escorpiones”, decían.
“Pero no se preocupen que seguro que ya no hay más en la habitación. Los habrán traído del volcán enganchados en la ropa, los zapatos o la mochila”
¡¡Claro, eso nos dejó mucho más tranquilos. Total, sólo los habíamos llevado encima todo el día!!
Estuve por primera vez en El Peñón y Antofagasta con 4 motos enduro ( dejamos las,camionetas en Villa vil) en 1987.Era todo ripio y una verdadera aventura.
Un guía nos llevó En Antofagasta a La quebrada seca,a 4.000 mts.En él camino, visitamos la momia que fue secuestrada por la policia,a un médico que la encontró en una apacheta.
Fuimos también con un policía,que rompió la cerradura del depósito de una improvisada pista de aterrizaje,donde estaba la momia.Impresionante el aspecto y también había un esqueleto de un niño.
Volví en el 2004y en esta semana.La momia ya no estaba.
Dicen que la vendieron a un museo de Francia,pero no hay evidencia.
El guía no nos cobró nada.Vivía en la Casa de la Lomita,frente al lago.Se terminó suicidando ( de cortó las venas y se tiró al lago).
Ahora encontré a sus hijos ya grandes ya sus nietos y recordamos viejos tiempos.Vivíam en la pobreza extrema,,hoy trabajan y están bien.
Hola Ernesto,
Muchas gracias por compartir tus vivencias tan emotivas. Ciertamente, verdadera aventura.
Antofagasta, y en general la puna argentina, es un rincón del mundo lleno de sorpresas, de historias, de inmensidad,………. ¡cuánto me gustaría volver!
Un saludo