La Colegiata de Santa María es el edificio más sobresaliente de Toro, alzado sobre las vegas del Duero. En la pequeña ciudad zamorana encontramos además iglesias mudéjares, palacios medievales, un verraco celtibérrico y arquitectura típica. Pero lo que de verdad me sorprendió fue su emplazamiento sobre un barranco que se tiñe de rojizos con la luz del sol.
Toro se emplaza a 35 Km de la ciudad de Zamora y atesora historia por todas partes. Fue escenario de la Batalla de Toro, en la que Isabel la Católica salió victoriosa frente a Juana la Beltraneja.
Llegamos a Toro casi al atardecer y el sol iluminaba intensamente la Colegiata de Santa María. Es posible admirarla en todo su esplendor, ya que no existen edificios que estorben alrededor. Una fachada del templo se orienta a la Plaza de la Colegiata y mientras que otra mira a la zona ajardinada del Paseo del Espolón.
Colegiata de Santa María en Toro
El Paseo del Espolón es un excelente mirador hacia la Vega de Toro, fértiles tierras regadas por el río Duero, el cual vemos más abajo, ya que Toro se enclava sobre un barranco que forma acantilados sobre el río.
Paseamos esa tarde por el Paseo del Espolón iluminado por el sol de la tarde y por las calles de Toro que empezaban a adormecerse. Al día siguiente hicimos una visita más completa de la ciudad.
Comenzamos el día visitando el interior de la Colegiata justo a la hora de apertura, 10 am. Existe una entrada combinada que incluye también otras cuatro iglesias de Toro, pero estaban cerradas, por lo que no había opción. Así que, compramos la entrada simple.
Horarios y precios de visitas a la Colegiata de Toro: Web
Un domingo de enero por la mañana no había ni un alma, por lo que visitamos la Colegiata en soledad. La Colegiata es el monumento más representativo de Toro, y tanto su cúpula de estilo bizantino como su torre octogonal son visibles casi desde cualquier punto de la ciudad y alrededores.
La construcción del edificio se inició en el siglo XII y continuó en siglos posteriores por parte de diferentes maestros, por lo que combina varios estilos arquitectónicos. Comenzó por románico, continuó por gótico, y posteriormente incorporó la torre-campanario en estilo barroco. También mezcla distintos tipos de piedra, en función de la fase de construcción.
Portada de la Colegiata de Toro
Por fuera parece puro románico, y cuando entras descubres el gótico.
Comenzamos subiendo a la torre, algo más de 100 peldaños por una escalera de caracol construida en piedra. Desde arriba observamos buenas vistas del pueblo y de las vegas del Duero, pero no se pueden apreciar perfectamente porque han colocado una rejilla alrededor. En lo alto se sitúan las campanas, y hay que estar atento si te pilla a una hora en punto o media hora, ya que el susto de las campanadas puede ser considerable. También repican al cuarto, pero en este caso es sólo una campanada, por lo que los oídos pueden tolerarla.
En el piso anterior del campanario se sitúa la Sala del Reloj, donde podemos ver el mecanismo de un gran reloj antiguo, y un piso más abajo una exposición sobre las distintas fases constructivas del templo.
Torre de la Colegiata de Toro
Visitamos a continuación la Portada de la Majestad, obra gótica excelsa con varias arquivoltas soportadas sobre sus correspondientes columnas. La obra data del siglo XIII y contiene numerosas estatuas policromadas.
Las figuras equivalen a un libro de la época medieval en formato de viñetas o comics, representando mensajes que se querían transmitir al público que no sabía leer. Hay que tener en cuenta que esta portada era la entrada principal a la iglesia en la Edad Media, o sea, lo primero que se encontraban los devotos que acudían a realizar sus ofrendas, y por tanto, para ellos era como leer un libro que les explicaba escenas religiosas y que pretendía influir en sus vidas.
Los ancianos músicos tocando instrumentos medievales, escenas de la Virgen y Jesús, el cielo, el infierno…….. Es muy interesante, y entretenido a la vez, el vídeo que emiten a determinadas horas, el cual explica la historia del Pórtico. Absolutamente recomendable.
Portada de la Majestad de la Colegiata de Toro
Seguidamente recorrimos la nave principal del templo fijándonos en el órgano, en el cimborrio, en los arcos apuntados, en las bóvedas nervadas, las columnas, estatuas.
La sacristía anexa alberga un museo de objetos religiosos, entre los que destaca la tabla de la Virgen de la Mosca, caracterizada por la mosca que aparece en el manto de la virgen.
Interior de la Colegiata de Santa María
Fuera de la Colegiata, Toro también alberga lugares interesantes. Paseamos hasta las Murallas del Alcázar, cuya configuración de tramos rectos y cubos recuerdan a la muralla de Ávila. La fortificación se construyó en el siglo XI y con el paso del tiempo perdió sus almenas.
El Alcázar se enclava entre el Paseo del Espolón y la Plaza de San Agustín. El Paseo del Espolón continúa, ofreciendo sucesivos miradores. Es buen lugar de paseo con vistas, especialmente si coincide con la puesta de sol.
Alcázar de Toro
Por el otro lado del Alcázar, en la Plaza de San Agustín localizamos la escultura del Verraco Celtibérico realizada en granito, obra que testifica que estas tierras estuvieron pobladas desde la antigüedad. También en dicha plaza encontramos la Iglesia de San Agustín, perteneciente a un monasterio.
Verraco Celtibérico de Toro
Iglesia de San Agustín
Continuamos por la Calle Botellos para llegar a la Iglesia mudéjar de San Lorenzo del Real. Está construida en ladrillos y posee un ábside semicircular. Se califica como estilo románico mudéjar y es la más antigua de Toro en este estilo, del siglo XII.
Iglesia de San Lorenzo del Real
Varios antiguos palacetes se asientan en la Calle San Lorenzo del Real frente a la iglesia. Es el caso del Palacio de los Condes de Fuentesaúco que luce fachadas pintadas en color vino, tal vez haciendo un llamamiento al producto más típico de Toro.
Esta calle de San Lorenzo nos conduce a la Plaza Mayor de Toro, aunque antes nos encontramos otra pequeña plaza con casas típicas, la Plaza de los Bollos de Hito.
Plaza de los Bollos de Hito
En la Plaza Mayor se conserva la arquitectura típica. Fachadas de entramado, pórticos sobre pilares de piedra, son las características de los edificios que rodean la plaza. En ellos se han establecido bares y mesones.
Plaza Mayor de Toro
En la Plaza Mayor se emplaza también el edificio del Ayuntamiento, así como la Iglesia del Santo Sepulcro, la cual es originaria del siglo XV en estilo mudéjar y posteriormente experimentó varias renovaciones.
La Calle de la Mayor une la Plaza Mayor con la Colegiata, regalándonos vistas del edificio religioso al final de la calle. En toda esta calle abundan las casas de entramado o de ladrillo vista.
Calle de la Mayor de Toro
La Calle del Mercado enlaza con la Calle Mayor y llega hasta la Torre del Reloj, la cual fue edificada sobre la Puerta del Mercado, una de las puertas que daba acceso al interior del recinto medieval amurallado.
Avanzamos hacia la Puerta del Reloj fijándonos en los escaparates de productos típicos para elegir una tienda a la que volver después del paseo para comprar vino de Toro (que tiene denominación de origen), queso de oveja y legumbres.
Calle del Mercado
Torre del Reloj de Toro
Torcemos por la Calle Odreros, en la que observamos casas nobiliarias blasonadas. Es el caso de la Casa Plateresca que se emplaza al lado del Arco del Postigo, otra de las puertas de entrada al recinto amurallado.
Por la Calle Antigua pasamos por otros edificios destacados. Aquí estaba la Casa de la Inquisición.
Casa Plateresca de Toro
Arco del Postigo
Volvemos a torcer por la Calle Judería para llegar a la Iglesia de San Salvador de Los Caballeros, que recuerda a la de San Lorenzo del Real, puesto que también pertenece al estilo románico-mudéjar y está construida en ladrillos rojos. Fue edificada en el siglo XIII y consta de tres naves que rematan en tres ábsides. Alberga un museo de objetos religiosos en su interior, pero estaba cerrado.
Iglesia de San Salvador de Toro
En la esquina de la Calle Magdalena encontramos el Palacio de los Condes de Catre, y continuando por dicha calle, desembocamos en el borde del barranco sobre el que se enclava Toro.
Miradores de Toro
Nos espera un paseo sorprendente repleto de miradores que nos van descubriendo la geología y el peculiar paisaje. Bordeamos el Monasterio del Santo Espíritu y a continuación la Ermita de Nuestra Señora del Canto para continuar el paseo por el borde del barranco, ya en un parque a las afueras de la ciudad. De verdad que estas imágenes han sido una gran sorpresa. Sobre un barranco de arcilla rojiza se emplaza Toro y desde aquí podemos apreciarlo perfectamente. Recuerda a Las Médulas, y es como ver un pueblo sobre las Médulas.
Monasterio del Santo Espíritu
Cuando miramos hacia la población, nos fijamos que sobresalen principalmente tres torres: la de la Colegiata, la Torre del Reloj, y la de la Iglesia de San Salvador. Es impresionante el sitio donde, en el siglo XII, construyeron la Colegiata, apoyada sobre el barranco que parece dispuesto a desmoronarse en cualquier momento, punto que le permite vigilar las vegas del Duero. Probablemente el relieve ha cambiado mucho desde entonces al irse erosionando.
Regresamos por la Calle de la Merced que acoge el Antiguo Monasterio de la Merced, y ya retornamos a la Plaza de la Colegiata para volver a recorrer la Calle Mayor y Puerta del Mercado en busca de las compras de productos locales.
Hay muchos más palacios y muchas más iglesias en Toro, que contrastan con modestas casitas de planta baja, pero tampoco es cuestión de darse un atracón.
Donde dormir y comer en Toro
Nos alojamos en el Hotel Juan II, al lado de la Colegiata. De hecho, veíamos el templo desde la ventana de la habitación. Hay aparcamiento delante y no encontramos problema de espacio. La habitación tiene una decoración sencilla y buena calefacción. Es suficiente. Tiene cafetería y restaurante, pero el restaurante estaba cerrado, aunque la cafetería sirve comidas ligeras. El desayuno que sirven en la cafetería es bastante mediocre: café, tostadas y bollería industrial.
Cenamos muy bien en el Restaurante Castilla, muy cerca de la Plaza Mayor. Tienen muchas recetas originales. La carta es muy apetecible y nos quedamos con ganas de probar más platos. Todo lo que tomamos estaban riquísimo. Alcachofas en tempura con mahonesa de aceitunas. Garbanzos de Fuentesaúco con boletus. Arroz zamorano, muy abundante y riquísimo.
Qué frío helado hace por la noche en Toro!!
Alrededores de Toro
Satisfechos con la visita a Toro, hicimos un par de paradas en los alrededores. La primera consiste en acercarnos al Castillo de Villalonso, del siglo XV, cuya estructura simétrica se conserva muy bien. Rodeamos la construcción para ver exteriormente las cuatro fachadas gemelas, ya que el acceso al interior estaba cerrado.
Castillo de Villalonso
Muy cerca volvemos a parar brevemente en el Castillo de Tiedra, que también encontramos cerrado.
Castillo de Tiedra