Excursión a los chiviteros de Torregamones - Más rutas y menos rutinas

En esta bonita y tranquila excursión por las tierras zamoranas de Arribes del Duero visitamos los Chiviteros de Torregamones, encantador conjunto de chozas pastoriles entre dehesas, y después nos acercamos a miradores naturales sobre los Arribes del Duero, a los que sólo se puede llegar a pie.

Para llegar a Torregamones desde Zamora cogemos la N-122 hacia Bragança. Después de pasar el puente sobre el embalse de Ricobayo nos desviamos a Ricobayo del Alba (en dirección a Miranda do Douro). Es impresionante ver todo el paisaje helado en esta gélida mañana de enero.

Cuando nos acercamos a Torregamones ha desaparecido la helada. Parece que esta zona es más cálida, más abierta y soleada, alejada de las masas de agua acumuladas en los embalses que generan nieblas.

Desde Torregamones parte una pista de tierra por la que se puede circular en coche y conduce a dos aparcamientos. El segundo está muy próximo a los chiviteros, pero llegado un momento, encontramos el último tramo de pista en bastante mal estado, por lo que preferimos dejar el coche después de pasar el primer aparcamiento. En realidad, para hacer la ruta circular se puede dejar el coche en Torregamones. Si sólo quieres visitar los chiviteros, puedes acercarte en coche y aparcar en el último aparcamiento.

Torregamones no puede negar que vive de la ganadería. El paisaje lo delata por todas partes, en forma de dehesas y corrales. Pertenece a la comarca zamorana de Sayago.

Comenzamos la caminata por la pista entre encinares y pronto llegamos al último aparcamiento, desde el que accedemos a los chiviteros. Los chiviteros de Torregamones eran pequeñas chocitas donde guardaban los cabritos recién nacidos para evitarles daños por pisoteo involuntario de las cabras o por ataques de zorros. En este caso, estos fueron construidos por un pastor y han sido rehabilitados.

Se ubican dentro de un corral de cabras, en el que los animales eran recogidos para pasar la noche a resguardo. Es un legado etnográfico de cultura popular, un encantador rincón entre dehesas.

Continuamos la ruta hacia el Mirador El Bolo la Torta, siempre por caminos fáciles, aunque llega un momento en que dejamos la pista para seguir por senderos.

Nos rodean bolos graníticos, algunos de los cuales se sostienen en equilibrio. Es el caso del pedrusco que da nombre al mirador natural, al que sólo se puede llegar a pie. Desde el Mirador El Bolo la Torta divisamos el río Duero encajonado entre paredes rocosas que componen los paisajes de Los Arribes, limítrofes entre España y Portugal. Mientras tanto, sobrevuelan los buitres. Los paisajes que ofrecen Los Arribes del Duero son siempre sensacionales.

Retrocedemos para encaminarnos al Paraje La Palla del Valcuevo, paraje entre peñascos graníticos que nos obsequia con otro excepcional panorama de los Arribes del Duero.

Volvemos a retroceder para coger un sendero que nos enlaza con la pista del GR Camino Natural del Duero. Una vez que llegamos a esta pista hay opción de acercarse a otro mirador del Duero, pero yo decido regresar a Torregamones, ya que me están esperando.

Por esta pista avanzo entre dehesas de encinares pasando por varios molinos que se alimentaban de agua de un riachuelo que riega las dehesas. Son el Molino de los Lucies, Molino de los Domingos, Molino Matarranas, Molino Nuevo, y todavía hay algunos más a los que no me acerco: Molino los Payeros, Molino La Azurera.

Toda la ruta es un libro abierto de cultura popular pastoril. Paso por un encantador y rústico puente de piedra, y los últimos kilómetros, ya cerca del pueblo de Torregamones están repletos de corrales y cercados para el ganado.

Torregamones también conserva interesantes muestras de arquitectura popular. Hay que fijarse en escaleras, voladizos, corrales unidos a las casas de piedra…………