Visitar Tomar es impregnarse de su pasado templario. Es una ciudad agradable, tranquila, histórica y monumental, de mediano tamaño en el centro de Portugal. De la época como sede de los Caballeros Templarios perduran monumentos muy relevantes, como el Castillo y el Convento de Cristo que son Patrimonio de la Humanidad.
Visitar Tomar
Tomar se sitúa en el centro de Portugal, unos 200 Km al sur de Oporto y 140 Km al norte de Lisboa.
El Castillo templario y el Convento de Cristo son las principales atracciones de la ciudad. Fue tal la importancia de Tomar en la Edad Media que llegó a ser el centro templario más relevante de la Península Ibérica. La localidad se asienta a orillas del río Nabão, mientras que el castillo se encarama sobre una colina que domina el valle. El centro histórico ocupa una margen del río y los barrios nuevos se localizan en la otra margen.
Panorámica de Tomar desde el Castillo
Castelo de Tomar y Convento de Cristo
Por la mañana comenzamos el circuito turístico visitando el Castelo y el Convento de Cristo. Existe aparcamiento en la zona alta, aunque para llegar hasta allí nosotros utilizamos las piernas. Son apenas unos pocos minutos a pie. Partiendo de la Praza da República existen 2 opciones: usamos una para subir y otra para bajar. Subimos las escaleras por detrás del Ayuntamiento y desembocamos en una calzada empedrada, la Calçada de Santiago, que nos da acceso a una de las puertas del castillo. Cuando finalizamos la visita, bajamos a Tomar por el Parque dos Sete Montes.
El Castelo de Tomar fue construido en el año 1160 por orden de D. Gualdim Pais, a imitación de los castillos de Oriente Medio. Su interior alberga el Convento de Cristo. Durante la Edad Media, ambos fueron sede de la Orden del Temple primero, y de la Orden de Cristo posteriormente.
Castelo de Tomar
Para evitar coincidir con muchedumbres en zonas interiores decidimos visitar primero el Convento de Cristo y dejar las murallas y los exteriores para después. (Entrada 6 €)
Accedemos al Convento por una explanada en la que crecen naranjos. Nos presenta la primera imagen de esta joya arquitectónica que fue construida durante varios siglos, entre el XII y el XVII, y por ello combina diversos estilos: románico, gótico, renacentista, manuelino.
Convento de Cristo en Tomar
El Convento de Cristo es una obra colosal. Se ubica dentro de las murallas del castillo templario y es Patrimonio de la Humanidad. Su interior es un laberinto de claustros. Llegué a perder la cuenta del número de claustros que recorrimos, uno con azulejos, otros más austeros. Hay que fijarse en los techos, en las paredes, en los arcos, en el suelo, y por mucho que prestes atención, no consigues captar todos los detalles. Es apabullante.
Claustros del Convento de Cristo
El claustro principal despierta gran admiración. Fue construido en estilo renacentista siguiendo los cánones del arte italiano, con arcos, columnas y una fuente central, a gusto de Juan III de Portugal, su promotor.
Cada claustro da acceso a distintas dependencias, unas eran usadas por los caballeros templarios, otras prestaban servicio a los visitantes, otras para trabajadores. El estado de conservación de todo el conjunto es excepcional. Un elemento destacado es la Janela do Capítulo, ventana en estilo manuelino de profusa decoración, con esculturas y relieves que representan distintos elementos y símbolos.
Ventana manuelina del Convento de Cristo
Sin embargo, el elemento central y que despierta las mayores admiraciones es la Charola, capilla circular del siglo XII sostenida por ocho columnas, cuya construcción imita la capilla del Santo sepulcro de Jerusalén . No queda espacio sin pintar o decorar. Techos y paredes están por completo ilustrados con escenas religiosas en extrema recarga, como si te quisieran abrumar. En el deambulatorio ofrecían sus plegarias los caballeros del Temple.
Charola del Convento de Cristo
Sin embargo, yo disfruté más en las estancias más mundanas, como el refectorio donde comían y leían, en la cisterna que guardaba agua, y en las cocinas excelentemente conservadas.
Refectorio del Convento de Cristo
Cocinas del Convento de Cristo en Tomar
Cisterna del Convento de Cristo
Web del Convento de Cristo: http://www.conventocristo.gov.pt
Finalizado el itinerario por el Convento de Cristo nos dedicamos a recorrer el perímetro de las murallas. Subiendo y bajando escaleras, vamos siguiendo los muros y almenas a diferentes niveles, ofreciéndonos panorámicas de la ciudad de Tomar y del valle del río Nabao, así como de los jardines y huertos del castillo donde vemos muchos naranjos.
Castelo de Tomar
Al castillo llegaba agua por medio del Acueducto, Aqueduto dos Pegões, que tiene varios kilómetros de longitud. Podemos observar su parte final podemos desde los jardines.
Acueducto de Tomar
Tras visitar los monumentos principales de Tomar regresamos al centro histórico por los senderos del Parque de los Siete Montes. Se trata de un parque con bosque, jardines, que ofrece un espacio sombreado y relajante.
Desembocamos en la Rúa do Pé da Costa de Baixo, calle empedrada por la cual podemos regresar a la Praza da República.
Existe otra alternativa para bajar del castillo, pasando por la Ermida de Nossa Senhora da Conceiçao y la Capilla de San Gregorio.
Ruta Histórica de Tomar
La Ruta Histórica de Tomar es un circuito peatonal que sigue un trazado por ambas márgenes del río Nabão en la zona baja y nos adentra en la historia de esta ciudad a lo largo de los siglos.
Iniciamos la ruta histórica en la Praza da República, corazón de la ciudad. En esta plaza, lo primero que nos llama la atención es el suelo en forma de damero. A un lado de la plaza se alza el edificio del Ayuntamiento, y en frente la Iglesia Matriz que tiene una portada manuelina. Edificios con bonitas fachadas y terrazas ocupan los otros laterales. El centro de la plaza está presidido por una estatua de D. Gualdim Pais, el templario que fundó Tomar.
En la plaza se celebra cada cuatro años la Fiesta de los Tabuleiros, que atrae a numerosos visitantes, ya que se considera una de las más vistosas de Portugal. Y realmente debe de serlo. Sólo hace falta imaginarse toda la ciudad especialmente decorada y los desfiles de las chicas ataviadas con los tabuleiros en la cabeza, constituidos por altos cestos de panes engarzados y adornados con flores de papel.
Praza da República de Tomar
Igreja Matriz de São João Baptista
Paseamos a continuación por la Calle de la Corredoura, que se dirige desde la plaza hacia el río. Es la arteria comercial de la ciudad, en la que observamos fachadas recubiertas de azulejos. Hay que viajar mentalmente al pasado para abstraerse del ajetreo comercial e imaginarse a los caballeros templarios practicando el uso de lanzas a caballo, tal como ocurría antiguamente en este lugar.
La Rua da Corredoura, ahora renombrada como Rua Serpa Pinto, confluye en el paseo fluvial, y a escasa distancia nos topamos con la noria hidráulica en el río. Se conoce como la Roda do Mouchao, y recuerda su utilidad en el pasado para suministrar agua para regadío, molinos y lagares.
Roda do Mouchao
Por el puente peatonal cruzamos a la otra orilla para caminar por el paseo ajardinado con vistas al centro histórico. Tenemos la oportunidad de avistar alguna garza en el río.
Pasamos frente a la pequeña presa que forma el río y pronto alcanzamos la imagen más reconocida de Tomar desde el Puente Viejo.
Tomar, ciudad a orillas del río Nabao
Retrocedemos por el puente viejo para pasar por el Convento de Santa Iria y llegar hasta la Iglesia de Santa María do Olival.
El Convento de Santa Iria fue edificado sobre los restos de un monasterio visigótico. Es trágica y a la vez milagrosa la historia de la muerte de Santa Iria, degollada y arrojada al río. Hay que fijarse en la portada renacentista del edificio.
La Iglesia de Santa María do Olival se construyó en el siglo XIII en estilo gótico y es otro símbolo de los templarios. Fue panteón de los caballeros templarios y la tradición cuenta que está comunicada con el Castillo mediante túneles. Se erige en un lugar apartado y sólo hay que alzar la vista para contemplar el castillo en lo alto rodeado del bosque que compone el Parque de los Siete Montes.
Iglesia de Santa María do Olival
Nos dirigimos al río, y el Puente de Luis Bonet nos permite cruzarlo donde se instalan los pescadores. Nosotros seguimos el paseo por la otra orilla para llegar a la Casa de los Cubos, edificio premiado por su arquitectura contemporánea, en el lugar que antes albergaba los almacenes de alimentos para los templarios.
A muy escasa distancia observamos los arcos que quedan del Estatus, antiguo hospedaje de visitantes que llegaban a la ciudad para acudir a las órdenes de los Caballeros.
Es momento de deambular por la estrellas callejuelas del barrio judío. Es pequeño pero merece la pena recorrerlo con calma para respirar el aire tranquilo y embriagarnos con las plantas que se enredan en las fachadas pintadas de blanco. Ahí en medio encontramos la Sinagoga que dejó de funcionar como templo hebreo tras la expulsión de los judíos en el reinado de D. Manuel I, y que después funcionó como prisión y como almacén. Ahora se ha transformado en Museo Hebraico. No hay más que seguir callejeando por la Judería y llegaremos de nuevo a la Praza da República.
Calles de la judería de Tomar
Castelo de Almourol
Visitar el castillo de Almourol es una bonita e interesante excursión en los alrededores de Tomar. El castillo es de origen templario y se asienta en un islote del río Tajo rodeado de vegetación. Es posible visitar el castillo y para eso hay que coger un barquito en cualquiera de los dos embarcaderos que existen a ambas orillas del río.
Por falta de tiempo, nosotros únicamente nos acercamos al Miradouro de Almourol, que ofrece excelentes vistas al castillo, al Tajo y a sus riberas arboladas. Para llegar al mirador nos dirigimos hacia la población de Constancia y después cogimos dirección a Arrepiado. El enclave de Constancia es espléndido en la confluencia del río Zézere con el Tajo, escalonándose sus casas blancas en la ladera. Nos ofrece una bonita estampa cuando cruzamos el río Tajo por un puente metálico. Lástima no haber tenido más tiempo para poder acercarnos a Constancia.
El mirador está señalizado y hay bar. Por unas escaleras se puede bajar hasta el río, donde hay un embarcadero.
Dónde comer en Tomar
A Tasquinha da Mitas: Bacalhau na broa, cabrito asado no forno, doce da casa. Se ubica al lado del río y tiene terraza. Es aceptable, sin sobresalir. El bacalhau na broa no tiene nada que ver con el rico bacalhau con broa que se come en el norte de Portugal. Aquí nos sirvieron un bollo de pan relleno de bacalao.
Cervejaría do Fernando: Restaurante muy popular en una calle del centro histórico. Vitela estofada, bacalhau frito con cebolla. La comida es pasable y es muy barato.
ESTA ETAPA PERTENECE AL VIAJE: ALGARVE Y ALENTEJO. COSTA SUR DE PORTUGAL
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