Esta etapa del Camino de Santiago francés de Sarria a Portomarín se interna en lugares rurales apartados de carreteras. Pasamos por varias aldeas, por prados ganaderos y algunos bosques de la provincia de Lugo.
Localización de la etapa
Iniciamos la ruta en Sarria, provincia de Lugo. La etapa pasa por los municipios lucenses de Sarria, Paradela y Portomarín.
Llegamos a Sarria en taxi por 25 € desde Portomarín, donde nos habíamos alojado.
Sarria es el punto que muchos eligen para iniciar el Camino de Santiago, puesto que hay poco más de 100 Km a Santiago, distancia mínima que se requiere para conseguir la Compostela al recorrerlo a pie.
Coordenadas GPS del punto de inicio: 42.7443685,-7.5658208,11.21
Descripción de la etapa de Sarria a Portomarín
- Longitud: 24 Km
- Lineal
- Dificultad: fácil
- Señalizada con flechas amarillas o los mojones del Camino.
Iniciamos la etapa en el mismo punto donde habíamos finalizado la anterior, junto la Iglesia de San Salvador, en el casco histórico de Sarria, que se emplaza en la zona alta. Los edificios más destacados del centro medieval de Sarria son la iglesia de San Salvador (siglo XIII), el Convento de La Magdalena y el Castelo. La Calle Mayor es la columna vertebral, que coincide con el Camino de Santiago. En la parte baja se asienta la ciudad nueva, que es recorrida por el río Sarria.
Iglesia de San Salvador de Sarria
Castelo de Sarria
Sellamos las credenciales en un mesón cercano e tras pasar por el Mirador de Sarria iniciamos una bajada hasta el Convento de Santa María Magdalena, que ofrece albergue. Este monasterio fue construido en torno al año 1200 en estilo románico para atender a los peregrinos que se dirigían a Compostela.
Convento de La Magdalena de Sarria
La bajada es después más brusca para llegar a un riachuelo, el cual cruzamos por un puente de piedra de tres arcos, conocido como puente de A Áspera.
Ponte da Áspera en Sarria
Avanzamos unos metros al lado de la vía del tren, hasta que emprendemos una subida por el bosque rodeados de vetustos robles y castaños. Pasamos al lado de un ejemplar enorme, un castaño de tronco retorcido, auténtica escultura viviente y abuelo del bosque.
Camino de Santiago de Sarria a Portomarín
Salimos a terreno abierto caminando entre pastizales con vistas a las redondeadas colinas forradas de prados y bosques mientras oímos las campanas de alguna iglesia. Los prados floridos nos conducen a la aldea de Barbadelo, que cuenta con varios albergues y pensiones.
Nos damos cuenta de la transición geológica, pues ya no son aldeas de pizarra como veíamos en las etapas anteriores por la montaña, sino que ahora son de granito.
Caminando por la pista asfaltada llegamos a la iglesia de Santiago de Barbadelo. Se trata de una iglesia románica del siglo XII que pertenecía al antiguo monasterio del año 874. Fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1976.
Iglesia de Santiago de Barbadelo
Seguimos por pista asfaltada mientras vuelan un par de cigüeñas en dirección a su nido.
Cigüeña en el Camino de Sarria a Portomarín
Las vacas reposan en los pastizales. Ni ganas tienen de moverse en este día delicioso de estreno primaveral.
Rente es la siguiente aldea, donde hay varias granjas ganaderas. Pastan ovejas y vacas en los prados. Las gallinas corretean por la calle. Hay casa de turismo rural.
Dejamos el asfalto para seguir por camino de tierra entre gruesos troncos de robles. Pasa algún tractor y nosotros caminamos en soledad. Vuelve a pasar una cigüeña.
El camino desciende levemente para llegar al Molino de Marzán, convertido en casa-albergue.
Seguimos después en suave descenso y un poco más adelante cruzamos unas poldras de piedra para salvar un curso de agua.
Cruzamos la carretera en dirección a Perruscallo. Por Perruscallo pasa un tramo por pista asfaltada. En esta aldea hay bar, pero estaba cerrado en época de pandemia. Observamos ahora que las construcciones combinan dos piedras. Las casas son de paredes de granito con tejado de pizarra.
El asfalto se acaba en Perruscallo y seguimos por corredoira. Es un tramo precioso entre muros forrados de musgo y gruesos árboles.
Y así llegamos a la aldea ganadera de Cortiñas, y después a Lavandeira, muy próxima. Huele a vaca. Muy cerca está también el núcleo de O Casal.
Un nuevo camino vecinal nos da paso al siguiente núcleo habitado, A Brea. Los mastines y pastores alemanes dormitan y ni se inmutan ante nuestra presencia. Estamos en el punto más alto de esta etapa, 660 m de altura y a partir de ahora empezamos a descender paulatinamente. Toda la jornada está siendo de continuas y suaves subidas y bajadas. Seguimos en el municipio de Sarria.
Amplios prados se abren ante nuestra vista y cuando llevamos 12 Km nos sentamos a comer la empanada de panceta y chorizo que compramos en Portomarín. Debe de tener 2000 calorías por bocado y producir sobredosis de colesterol a no ser que camines 22 Km como estamos haciendo hoy.
Reanudamos la marcha por un camino vecinal bajo los árboles en dirección a Morgade. Un lagarto de significativo tamaño se tumba al sol.
En Morgade hay un albergue en una casona de piedra. Existe una fuente, una diminuta ermita y un paisaje que no puede ser más verde. Morgade es el último pueblo del municipio de Sarria y entramos entonces en el municipio de Paradela.
Fuente en Morgade
Ermita de Morgade
Es muy bonito el vallecito que se forma entre praderas. Avanzamos tranquilamente por caminos vecinales entre fincas delimitadas por muretes de piedra.
Cantan los gallos y ladran los perros cuando pasamos por Ferreiros, el primer núcleo de Paradela, otro lugar muy rural como todos por los que estamos pasando. Hay albergue y bar.
Por pista asfaltada bajamos a Mirallos donde se enclava una coqueta ermita románica. Es la Iglesia de Santa María de Ferreiros, que antiguamente se ubicaba en Ferreiros y en el siglo XVIII fue trasladada a Mirallos piedra a piedra para usarla como hospital de peregrinos al borde del Camino. Merece la pena detenerse ante su portada románica del siglo XII. Han colocado la pila bautismal en el exterior, regalándonos una bonita estampa.
Iglesia de Santa María de Ferreiros
Llegamos a A Pena cuando llevamos 15 Km y encontramos el mojón del Km 100. Hay máquina de vending.
Francos es la siguiente parroquia de Paradela, que cuenta con varios núcleos de apenas un puñado de casas. Aquí hemos retomado el asfalto. Hay fuente.
Pronto abandonamos el asfalto, al acabarse las casas, para seguir por corredoira. Hay una explotación ganadera de vacas cachenas, típicas del Parque transfronterizo Xurés-Gerés.
Caminamos por caminos con siglos de historia. Por aquí pasaron carros, caballos, caminantes, y por supuesto, un sinfín de peregrinos desde la Edad Media.
Confluimos con la carretera, la cual cruzamos para pasar por Moimentos. Proseguimos a Mercadoiro, donde hay albergue y un bar con terraza chulísima. Hubiera sido genial tomarnos algo, pero estaba cerrado. Hay tienda un poco más adelante, en Moutrás.
Regresamos al asfalto después de Moutrás por carretera secundaria. Desde esta carretera ya divisamos Portomarín, hacia donde iremos descendiendo para cruzar el río Miño.
Pasamos por A Parrocha, donde muchas casas están abandonadas. Está rodeada de prados y entre ellos avanzamos plácidamente por un camino de tierra.
Vilachá es la última aldea de Paradela. Es curioso, porque algunas casas mezclan los tres tipos de piedra: pizarra, granito y cuarcita. Hay albergue-bar-restaurante.
Descendemos tomando el camino alternativo, ya que en el cartel indica que en el camino principal se presenta una dificultad, y no es cuestión de meterse en líos después de tantos kilómetros en las piernas.
El pronunciado descenso nos deja a orillas del río Miño embalsado. Bordeamos el embalse de Belesar para encontrar el puente que nos lleva a Portomarín.
Embalse de Belesar en Portomarín
La villa medieval permanece sumergida bajo las aguas del embalse. Cuando se anegó este valle para construir la presa, se trasladó el pueblo de Portomarín a un emplazamiento más elevado, y sus principales monumentos medievales fueron salvados y transportados piedra a piedra hasta la nueva ubicación. Es el caso del Pazo Conde da Maza o de la famosa iglesia de San Nicolás, emblema de Portomarín.
Accedemos a la villa de casas blancas por una escalinata y un arco bajo la Capela das Neves.
Capela das Neves en Portomarín
En sus calles empedradas se asientan casas porticadas a imitación de las medievales. Sobre las arcadas de granito se elevan fachadas blancas con ventanas verdes.
Portomarín
Por la calle principal llegamos a la Plaza del Conde de Fenosa. La mirada se fija en la Iglesia-fortaleza de San Nicolás, también conocida como iglesia de los Hospitalarios de San Xoán. Es una de las iglesias románicas más destacadas del Camino de Santiago. Sobre la torre observamos una cigüeña en su nido. Esta iglesia pertenecía a la Orden de los Caballeros de Santiago. Fue edificada en el siglo XII y tiene aspecto de fortaleza. El gran rosetón impresiona, sobre todo cuando lo miras con la luz de la tarde. Me recuerda al rosetón de la iglesia de Santo Estevo de Ribas de Miño. En tres fachadas cuenta con arcos góticos sobre las respectivas puertas. Pero si algo conocemos todos de este templo es la historia de su traslado piedra a piedra al construir el embalse.
Iglesia de San Nicolás de Portomarín
El cruceiro de San Nicolás se alza en la fachada opuesta a la plaza y se considera uno de los pocos de su estilo en Galicia, ya que es un cruceiro gótico que representa la imagen de Cristo por ambos lados.
Cruceiro de San Nicolás
En la plaza se ubica también el Pazo Conde da Maza, del sigo XVI, que también fue rescatado de su posición original al construirse el embalse.
Pazo Conde da Maza
Sólo nos queda seguir unos metros más por la calle para encontrarnos de frente con la pequeña iglesia de San Pedro. Ahí al lado se emplaza nuestro alojamiento.
Alojamiento y restaurantes en Portomarín:
Alojamiento en Pazo de Berbetoros. Está muy bien. Es una casona de piedra al lado de la iglesia de San Pedro.
Sirven un buen desayuno casero: tostadas, queso, jamón york, fruta, yogurt, leche, dulces (tarta de almendra, bizcocho, cruasán).
Restaurante El Mirador, con vistas al embalse de Belesar. Es un restaurante bien puesto y se come bien. Pulpo a la parrilla, entrecot de vaca, tarta de la abuela, tarta de piña. Precios razonables
Mesón Pérez: mesón popular de comida casera. Anguilas fritas, carne asada, croquetas de jamón, tarta de piña, tarta de orujo. Precios económicos.
Muy buen trabajo y explicación, era lo que iba buscando.
gracias por tu ayuda
Hola Ascensión,
Muchas gracias por tu comentario. Me alegra que te resulte útil.
Saludos