El interior de la isla de Santa Cruz es verde, húmedo y frondoso. En este entorno habitaban hace siglos miles de tortugas terrestres gigantes que dan nombre al archipiélago, Galápagos. Devastadas por diferentes motivos, se ha reducido tanto el número de tortugas que ahora únicamente habitan en zonas restringidas, como el Rancho Primicias, el cual alberga ejemplares enormes.
Dos horas dura el vuelo directo de Quito a Baltra con LATAM. Al aterrizar debemos atrasar el reloj una hora respecto a Ecuador continental, y ya estamos a 8 horas de diferencia con España.
Proteger el delicado medio ambiente de Galápagos tiene su enjundia. No sólo te hacen pagar por todo, 20 USD en el embarque en Quito y 100 USD al ingresar en Galápagos (siempre al contado y en dólares estadounidenses, la única moneda de uso en Ecuador). Además, rocían tus pertenencias con aerosoles, limpian tu calzado con un líquido desinfectante, revisan minuciosamente tu equipaje, y te hacen pasar de mostrador en mostrados realizando una serie de trámites.
Una vez superada tan tediosa tarea, todavía nos queda armarnos de paciencia para trasladarnos hasta Puerto Ayora, la principal población de la isla de Santa Cruz. Primero un autobús gratuito desde el aeropuerto hasta el embarcadero de la isla de Baltra, también denominada Seymour Sur. Después, una lancha (1 $) para cruzar el canal de Itacaba (canal marítimo entre Baltra y el norte de la isla de Santa Cruz). Y finalmente, cada uno puede elegir bus o taxi para cubrir los 40 kilómetros hasta Puerto Ayora, por la carretera que atraviesa Santa Cruz de norte a sur.
Nosotros habíamos contratado un taxi por medio del hotel. La principal ventaja es que podemos aprovechar para hacer excursiones por el interior de la isla,……… los highlands, que llaman ellos, uno de los pocos lugares que se pueden visitar sin guía.
Excursión por el interior de Santa Cruz
En la primera parada nos acercamos a Los Gemelos, dos grandes agujeros cuyas paredes se forran de vegetación. “Aunque los denominan cráteres, no pertenecen en realidad a ningún volcán”, insiste el taxista. Se formaron por hundimiento del terreno. Un corto sendero entre el bosque de scalesias une ambos falsos cráteres. Las scalesias, árboles endémicos de las Galápagos, cubren el interior de las islas de mayor elevación, generando un entorno frondoso y mucho más húmedo que el ambiente de la costa.
Uno de los dos Gemelos
Bosque de scalesias
En la siguiente parada hemos conocido una de las atracciones más sobresalientes de las islas……las tortugas gigantes, los galápagos que dan nombre al archipiélago. Se pueden ver en varios lugares de distintas islas. Uno de ellos, y precisamente el que alberga los mayores ejemplares, es éste, el Rancho Primicias, en el interior de la isla de Santa Cruz. Esta propiedad privada cobra 3 $ por la visita. Aquí, las tortugas habitan en libertad. Sí que son grandes. Pillamos a algunas en tierra, arrastrándose lentamente o masticando hierba. Menudo ruido hacían al arrancarla. Pero la mayoría se habían metido a remojo en las diferentes pozas de la finca. No me extraña con semejante calor. Pero ellas a lo suyo, ignorándonos por completo.
Tortugas terrestres en Rancho Primicias
En las inmediaciones del Rancho Primicias se puede penetrar en un tubo de lava. ¡Qué dimensiones! Nunca había visto uno tan alto. Son 400 m de un tubo volcánico bastante antiguo, o al menos eso me hacen sospechar los escasos brillos de la lava. No me ha parecido demasiado llamativo.
Tubo de lava
Para dormir y cenar en Puerto Ayora
Alojamiento: En Puerto Ayora nos alojamos en BB Capitán Max. Habitación confortable y buena ubicación. No dejaremos de agradecer a Pedro su atención y ayuda, siempre dispuesto a que nuestras vacaciones resultasen estupendas.
Cena: La primera noche cenamos en “los kioskos”, un lugar muy típico. Es comida sencilla servida en una gran hilera de mesas y bancos que colocan al atardecer en medio de la calle.
Y, por supuesto, después de cenar nos acercamos al muelle, lo cual se fue convirtiendo en una rutina en las noches sucesivas. El mar iluminado es toda una atracción. Docenas y docenas de tintoreras nadaban atraídas por las luces. Pero el espectáculo no le iba a la zaga en tierra. Los lobos marinos se acomodaban para pasar la noche, ya fuese tumbados sobre el paseo o recostados en los bancos, tan campantes. Los pelícanos posaban, no sé si ignorando las miradas de visitantes, o precisamente intentando atrapar la atención.
Tintoreras en el muelle de Puerto Ayora
Lobos marinos en el muelle de Puerto Ayora
ESTA ETAPA PERTENECE AL VIAJE: Galápagos y Ecuador