Según la ruta que pretendemos hacer, pasaremos al lado de Peña Ubiña y bordearemos Peña Ubiña Pequeña. Comenzando en Torrebarrio y finalizando en Pinos. Esas son las intenciones. Ya veremos si la nieve lo permite.
Peña Ubiña es una de las montañas más altas de la Cordillera Cantábrica fuera de Picos de Europa (2411 m). A su lado se encuentra Peña Ubiña Pequeña de 2193 m.
Este mazizo montañoso, conocido como Sierra de las Ubiñas, se emplaza entre los valles de Luna y San Emiliano, al norte de León, y el Parque Natural de Las Ubiñas – La Mesa, en Asturias. Muy cerca de la autopista A-66 que comunica León con Oviedo.
Nos hemos alojado en Sena de Luna, y desde allí nos acercamos al pueblo de Torrebarrio, en unos 15 minutos en coche. Torrebarrio se localiza en el Valle de San Emiliano. En una pequeña plazoleta, encontramos un cartel explicativo de la ruta.
El día no está demasiado agradable para disfrutar de la montaña, muchas nubes tapan la visión de las cumbres. Además, aunque estamos a las puertas de mayo, el invierno tardío que este año ha llegado en abril, ha dejado mucha nieve en las montañas. Nos tememos que tal vez no podamos completar la ruta, especialmente por la zona de mayor altitud.
Del pueblo de Torrebarrio parte el camino ascendente que pasa junto a la iglesia.
Volviendo la vista atrás, vemos el pueblo de Torrebarrio, situado en el valle rodeado de montañas.


Seguimos ascendiendo, divisando verdes valles, y montañas nevadas alrededor.

A pesar de la pendiente moderadamente pronunciada, la subida inicial resulta cómoda, ya que transcurre por un camino ancho.

La ruta “oficial” alcanza algo más de 1900 m de altitud. Nosotros, a los 1600 m, ya nos encontramos con neveros de más de un metro de espesor de nieve, haciéndonos desistir de subir más.
No quedó más remedio que improvisar. Si la ruta hace una U, nosotros intentamos hacer una U más corta, menos barriguda, sin ascender por encima de los 1600m.
En vez de seguir la ruta que va entre Peña Ubiña y Peña Ubiña Pequeña (pasando por detrás de esta última), iremos por delante de Peña Ubiña Pequeña.
Seguimos monte a través, sin seguir ningún camino, subiendo y bajando lomas, cruzando neveros, cursos de agua de deshielo, alambradas para el ganado. ¡Auténtico machaca piernas! Y nevando ligeramente.
Sólo con decir que los 2 primeros Km cuesta arriba los hicimos en media hora, y los 2 km siguientes campo a través nos llevaron más de una hora, ya nos hacemos una idea. Caminando, y …….trepando, y …………..des-trepando. ¡Por allí no había ni cabras!
Claro que, a veces, vale más estar solo que encontrarte un toro corriendo hacia tí! ¡qué susto!……….¡Huída! Volvemos a subir, y a bajar, y a subir, y a bajar……….


En total, 3 h de monte a través, hasta que enlazamos con el camino.
Este camino nos conduce cómodamente hasta Pinos, otro pueblo en el valle.

En teoría, la ruta “oficial” finaliza en Pinos. Pero, si has dejado el coche en Torrebarrio, y no encuentras quien te lleve de vuelta, tienes que ir andando, unos 6 Km más, siguiendo la carretera. Y esto último fue lo que nos tocó hacer.
Saliendo de Pinos, el paisaje continúa siendo muy bonito. Se camina rápido porque es todo por carretera y en llano. En 2 Km llegamos al pueblo de San Emiliano, donde enlazamos con la carretera general que cruza el valle de San Emiliano.
Un poco más adelante, llegamos al pueblo de Candemuela, donde observamos su iglesia, calificada como “la más bella iglesia de barroco rural en la montaña leonesa”. Fue construida en 1725.

Llegando a Torrebarrio, a pies del macizo de las Ubiñas

En Torrebarrio recogemos el coche, para dirigirnos al Puerto de la Ventana, en el límite con Asturias. Desde aquí se adivinan unas vistas magníficas. Pero sólo se adivina, porque está cerrado de niebla, y nevando ligeramente, por lo que no apetecía ni siquiera salir del coche.
Por tanto, regresamos por el Valle de San Emiliano, para dar un paseo en coche por el Valle de Luna.
Paramos en el embalse de Barrios de Luna. Embalse que, en su construcción, anegó el pueblo de Láncara de Luna, antigua capital municipal, que tuvo que ser trasladada.
A continuación nos dirigimos a Caldas de Luna, otro de los pueblos del Valle de Luna, el cual, obviamente, debe su nombre al río Luna.
Al lado de Caldas, nos acercamos a una curiosidad natural, la Hoz del Pincuejo. Se trata de una garganta profunda, excavada por la fuerza del arroyo del Pincuejo entre las paredes calizas que lo rodean. La garganta es muy estrecha, pero sólo nos pudimos acercar al primer tramo debido al gran caudal de agua en esta época. En verano, cuando el arroyo se seca, es posible recorrer a pie sus 500 m de longitud, y contemplar la flora y fauna específicas que se han desarrollado en su interior.


Por este día, ya nos llega de excursión. Ahora toca mimar el cuerpo. Un café en el Balneario de Caldas de Luna, y después a relajarse al hospedaje rural, un lugar bastante acogedor.
Vista del pueblo de Caldas de Luna

Muy cerca de nuestro alojamiento en Sena de Luna está la ermita de Pruneda, del siglo XV. En realidad se encuentra entre Rabanal de Luna y Villafeliz de Babia, en el límite entre ambas comarcas. Aunque esto genera conflictos por la posesión de la ermita desde hace años, ambos pueblos celebran juntos la romería de la Virgen, el 15 de agosto de cada año.

Para comer y dormir en Sena de Luna
Alojamiento: hotel rural Días de Luna, en el pueblo de Sena de Luna, en el valle del río Luna

La cena, de nuevo sofisticada. Sorprende encontrar estos menús de cocina de diseño en una pequeña aldea de montaña

Track de la ruta desde Torrebarrio
Descargable para GPS: https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2780051