Chorrituelo de Ovejuela en el sur de Las Hurdes

Ruta en coche por el sur de Las Hurdes EXTREMADURA: CÁCERES 4


En este circuito en coche por el sur de Las Hurdes recorreremos pueblos típicos, como Ovejuela, Aldehuela, Castillo, así como hermosos lugares naturales como el Chorrituelo de Ovejuela y el Puerto de Esperabón. Finalizaremos el recorrido acercándonos a pie al Despoblado El Mollar.

Circuito en coche por el sur de Las Hurdes

Después del circuito en coche por el norte de las Hurdes que realizamos el día anterior, en este nuevo día seguiremos el itinerario por el sur de Las Hurdes que nos recomendaron en el hotel de Vegas de Coria. Con el mapa en la mano ponemos rumbo a Ovejuela.

Dejamos atrás el valle del río Hurdano (que se une al Alagón en el embalse de Gabriel y Galán) y los paisajes escarpados para circular por relieves más suaves, pasando por Cambroncino, Caminomorisco y Pinofranqueado. Superado este último pueblo, abandonamos la carretera más ancha para coger otra más estrecha y sinuosa que lleva a Ovejuela en 11 Km. Seguimos el curso del río Ovejuela entre laderas pobladas de pinos. Como ya nos ocurrió ayer en el norte de Las Hurdes, por aquí también vemos muchas colmenas. La miel es uno de los productos estrella de la comarca.

Ovejuela presenta un aspecto similar al de otros pueblos hurdanos que hemos conocido. Las casas de pizarra hurdanas han quedado abandonadas, mientras que las casas nuevas se han edificado en la parte baja, más práctica para la movilidad.

Aparcamos en la plaza. Aprovechando la agradable mañana, los mayores del lugar se reunían a conversar en la plaza. Una mujer debía de tener ganas de hablar con gente nueva porque se nos acercó de inmediato y nos puso al día de los últimos acontecimientos.

La principal atracción del lugar es el Chorrituelo de Ovejuela, una alta cascada enclavada en un lugar precioso. Se sitúa a algo más de 2 Km del pueblo y hay que llegar a pie por un sendero marcado. Atravesamos las calles del pueblo y observamos que algunas casas típicas de pizarra han sido reformadas y se ofrecen como apartamentos rurales.

Ovejuela en el sur de Las Hurdes

Ovejuela en el sur de Las Hurdes

Siguiendo las indicaciones, el sendero sigue cercano al río Ovejuela, pasando por las piscinas naturales, ¡¡con peces!!. En las riberas observamos las estructuras que permanecen de los antiguos cultivos agrícolas, ahora abandonados.

Nos vamos internando en un desfiladero de roca de pizarra, abrupto terreno que obliga al río a excavar profundos meandros. Incluso en esta zona más escarpada, la tierra estaba cultivada en bancales, e una esforzada adaptación del hombre a las desfavorables condiciones del entorno. Ahora crecen olivos. El clima es cálido y resguardado en el interior de la garganta.

Sendero al Chorrituelo de Ovejuela

Sendero al Chorrituelo de Ovejuela

Avanzamos sin dificultad, ya que han acondicionado el camino con senda empedrada, barandillas de madera, miradores y puentes, para cruzar el río varias veces.

Sendero al Chorrituelo de Ovejuela

Sendero al Chorrituelo de Ovejuela

Tras 2 km llegamos al Chorrituelo de Ovejuela. ¡¡Qué sitio tan bonito!!! Nos sentamos un buen rato a contemplarla solitariamente. La cascada resbala por una pared de pizarra desde 70 m de altura sobre el Charco de la Tinaja. Alrededor crecen encinas y madroños y por encima vuelan buitres. Es un escenario precioso.

Chorrituelo de Ovejuela en el sur de Las Hurdes

Chorrituelo de Ovejuela en el sur de Las Hurdes

Chorrituelo de Ovejuela en el sur de Las Hurdes

Se puede regresar a Ovejuela por la misma senda señalizada. Nosotros elegimos otra alternativa por un sendero más elevado. Mirando hacia la cascada parte un sendero a la izquierda que sube fuertemente y nos proporciona una vista diferente de la caída de agua entre las paredes rocosas.

Chorrituelo de Ovejuela en el sur de Las Hurdes

Después el sendero transita por una zona alta con estupendas panorámicas al valle, divisando allá abajo el sendero que recorrimos antes. Asimismo, gozamos de una panorámica completa de los bancales que trepan por la montaña, y aunque ahora están abandonados, intuimos que antes debían de ocupar prácticamente todas las laderas.

Vistas desde el sendero alto del Chorrituelo de Ovejuela

Vistas desde el sendero alto del Chorrituelo de Ovejuela

Vistas desde el sendero alto del Chorrituelo de Ovejuela

Descendemos suavemente y finalmente enlazamos con el sendero del río al lado de las piscinas. Ha merecido la pena hacer la ruta circular para percibir el escenario desde diferentes perspectivas. Es mejor hacerla en este sentido antihorario, ya que al revés la bajada a la cascada es muy brusca.

En Ovejuela se acaba la carretera, por lo que retrocedemos hasta Los Ángeles. Teníamos intención de visitar el típico puente de piedra hurdano, el Puente de los Machos, del siglo XIII. Se llega por una pista que actualmente es de tierra, aunque vemos carteles de obras, y parece que tienen intención de pavimentarla. Circulamos un rato, pero la pista subía y parecía que el río estaba todavía lejos, por lo que decidimos dar vuelta después de echar un vistazo a la presa desde arriba.

Regresamos a Pinofranqueado para coger la desviación a Aldeahuela, en el valle del río Esperabón. En este valle visitaremos varios pueblos típicos y en primer lugar nos dirigimos a Aldeahuela, que es el último del valle.

Vista de Aldehuela 

Vista de Aldehuela en el sur de Las Hurdes

Al igual que en todos los valles profundos de Las Hurdes, no hay conexión de datos. Ninguna calle de Aldeahuela tendrá más de 1 m de ancho, por lo que el acceso en coche no es posible. Aparcamos en la explanada que da acceso a la aldea y nos encaminamos entre los muros de piedra que delimitan huertos para llegar a las primeras casas. Después callejeamos por el laberinto de callejones. Por momentos parece una aldea abandonada, pero no. De pronto oímos voces. Son trabajadores municipales de Pinofranqueado que han venido a hacer labores de limpieza y desbroce, y se despiden de una mujer mayor que saluda desde el balcón. Y es que, en casi ninguna casa falta un balcón.

Al lado de las fachadas se enredan rosales, higueras y viñedos. Me imagino a los lugareños entablando conversaciones de balcón a balcón, cuando el pueblo estaba más habitado.

Aldehuela, en el sur de Las Hurdes

Aldehuela, en el sur de Las Hurdes

Aldehuela

Aldehuela

Desde Aldeahuela parte una carretera de montaña que conduce al Puerto de Esperabón, el cual comunica con la provincia de Salamanca. Está asfaltada en la parte extremeña y es de tierra en la parte salmantina, en espera de que algún día se convierta en otra vía de comunicación de Las Hurdes. Hasta el puerto de montaña llegamos en coche en unos 10 minutos. Este sitio a 1300 m de altura suele ser muy venteado y nos advirtieron que si abajo hacía viento era mejor no subir, porque arriba incluso te puede tirar. Sin embargo, coincidió un día muy tranquilo y despejado, por lo que pudimos contemplar el extensísimo panorama que se divisa desde este punto en el límite Cáceres-Salamanca.

Al norte, la llanura de Ciudad Rodrigo se extiende después de un pequeño vallecito en la falda de la sierra. Al sur divisamos gran parte de Las Hurdes, y más lejos, las Sierras de Béjar y Gredos. Hay varias pistas de tierra para pasear y conseguir diferentes perspectivas, subiendo o rodeando. 

Advierto que subir por el cortafuegos hasta la cima que tiene una antena, no merece la pena. No conseguí ver mucho más que desde el puerto. Es mejor caminar un poco por las pistas que bordean, hacia Cáceres o hacia Salamanca.

Puerto de Esperabón

Puerto de Esperabón en el sur de Las Hurdes

Puerto de Esperabón en el sur de Las Hurdes

Puerto de Esperabón en el sur de Las Hurdes

Después de un rato disfrutando de las vistas desde el Puerto de Esperabón y aprovechando el lugar y el clima fresco para comer, descendemos la pista a Aldehuela para seguir nuestro itinerario.

Dedicamos la tarde a visitar otros pueblos del sur de las Hurdes, en el Valle de Esperabón.

Una de las aldeas del Valle de Esperabón es Las Erías, que goza de un bonito emplazamiento, apoyado sobre terrazas de cultivo. Entramos a pie por el Arco de Erías, que se considera de origen árabe. Es increíble que hayan construido una casa de ladrillo encima……..y sin pintar!!!

Como es habitual en las alquerías hurdanas, es imposible circular en coche por sus angostos callejones. Las casas se colocan en el inclinado terreno y las callejuelas se empinan. Vemos muchas casas en venta que necesitan una buena reforma. El silencio es absoluto, sólo se asoma a ladrar un perro que está encerrado, ya que está prohibido dejar que los perros anden sueltos por el pueblo.

Las Erías, en el sur de Las Hurdes

Las Erías, en el sur de Las Hurdes

Las Erías, en el sur de Las Hurdes

La siguiente visita es el pueblo de Castillo. Aquí vemos bastantes casas rehabilitadas, algunas son apartamentos o casas rurales en alquiler. La integración de viviendas y huertos es completa, como en todos estos pueblos. Paseamos por el laberinto de callejones, algunos no tienen salida, otros llevan a los huertos, y otras veces terminas llegando al mismo sitio después de perderte entre casas ruinosas cuyos balcones prácticamente se tocan.

Alquería de Castillo en Las Hurdes

Alquería de Castillo en Las Hurdes

En la carretera hay un banquito con un marco para hacer una foto enmarcada de Castillo. Nos sentamos en el banco un rato a escuchar los sonidos de Las Hurdes. Esta comarca del norte de Cáceres suena a agua corriendo y a pajaritos cantando. No pasa ningún coche, ni se oyen voces.

Castillo, en el sur de Las Hurdes

Castillo, en el sur de Las Hurdes

Castillo, en el sur de Las Hurdes

Cerca de la desviación a Horcajo hay un bar con agradable sombra al borde de la carretera. Ya le habíamos echado un ojo a la ida para parar por la tarde a tomar unos helados.

La última visita del día será llegar al Despoblado El Mollar. Para ello nos dirigimos al pueblo de Horcajo, cuyas estrechas calles atravesamos a pie.

Horcajo

Horcajo

El Mollar era un antiguo asentamiento de pastores trashumantes. Hay que llegar caminando por un sendero de 2 Km. Salimos de Horcajo entre los huertos. Da gusto ver lo cuidados que están, con todas las plantas perfectamente alineadas, y la tierra aireada y limpia de malas hierbas. La senda sigue el curso del riachuelo y en un punto incluso forma una poza tentadora para el baño.

Sendero al Despoblado El Mollar

Sendero al Despoblado El Mollar

Por la tarde el sendero está sombreado bajo los pinos y resulta agradable. Tras 2 Km a pie llegamos al Despoblado El Mollar, que se ubica en un sitio fantástico, al lado del río y rodeado de montañas. Me encanta desde el primer instante. Está solitario. Observo las antiguas construcciones de pizarra: un puente sobre el río, muros, escaleras, viviendas. Está en ruinas y la mayoría de casas carecen de tejado, pero parece que las están rehabilitando. Curioseo por las cabañas, por los callejones estrechísimos, casi inexistentes, las casas se pegan, se apiñan. Me parece una visita muy recomendable en Las Hurdes. Las montañas redondeadas rodean el valle. Es encantador.

Es un lugar que permite conocer cómo era la auténtica vida en las Hurdes en el pasado, con sus habitantes incomunicados del mundo, pero comunicados con su medio ambiente.

Despoblado El Mollar en Las Hurdes

Despoblado El Mollar en Las Hurdes

Despoblado El Mollar en Las Hurdes

Despoblado El Mollar en Las Hurdes

Despoblado El Mollar en Las Hurdes

Despoblado El Mollar en Las Hurdes

Despoblado El Mollar en Las Hurdes

Como describía Unamuno: En Las Hurdes, el hombre ha hecho a la tierra.

Este sendero continúa hasta El Gasco cruzando al otro valle. Yo regreso por el mismo camino y a la vuelta me tropiezo con unos cazadores buscando corzos con prismáticos. Es un sendero muy fácil, con puentes, tramos empedrados.

Nos parecía suficiente trajín para este día y prescindimos de acercarnos a Casar de Palomero para conocer su judería. Así que, rumbo al hotel en Vegas de Coria, después de un día estupendo por el sur de Las Hurdes.

 

Alojamiento en Vegas de Coria (Las Hurdes)

Nos alojamos en Vegas de Coria, en Hotel Los Ángeles. Es sencillo, la habitación es amplia y los colchones cómodos. El personal es muy amable y ayuda en todo. Nos hemos sentido muy a gusto. Lo malo es que se oyen mucho las tuberías. Por lo demás, la zona es muy tranquila.

El hotel tiene un buen restaurante. Cenamos muy bien las tres noches. Algunos platos que probamos y destacaría: Ensalada templada de queso de cabra con manzana caramelizada, muy completa. Ensalada de codorniz escabechada. Cabrito cochifrito. Solomillo de cerdo ibérico a la brasa. Revuelto de setas y jamón. Risotto de boletus. Crujientes rellenos de merluza y gambas.

Entre los postres, los buñuelos rellenos de castañas, además del típico flan con nata o tarta de queso. 

Todas las raciones son muy abundantes.


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