El día empieza temprano para nosotros. Presuponiendo que más tarde se podría nublar, decidimos madrugar para abordar la subida a Roche Écrite, antes de emprender la etapa a Dos d’Ane. A las 5:30 ya estábamos partiendo, con las primeras luces del alba.
Se trata de cruzar la Plaine des Chicots, que no es tan plana como su nombre puede hacer suponer. Aunque, comparado con el resto del relieve de Reunión, digamos que, no es tan abrupto. Pero a las piernas no es fácil engañarlas, y ellas notan la subida de los 1860 m de altitud del refugio a los 2260 m de la cima de Roche Écrite.
Los matorrales pueblan la falsa planicie, que, con los primeros resplandores del sol relucen intensamente.
Pronto empezamos a divisar el mar y la línea de costa, que se dibuja un par de kilómetros verticales más abajo. Sin peso a la espalda ascendemos veloces por los basaltos del terreno, que se muestran agrietados. Los pajaritos también se han despertado temprano.
Es impresionante alcanzar la cima de Roche Écrite y asomarte de repente al Circo de Salazie. Te quedas colgando del precipicio y se te corta la respiración al tener delante semejante imagen.
El Piton des Neiges se exhibe soberbio, dominando la isla, mientras el sol se alza sobre el Oceáno Índico. Otras montañas caen perpendiculares hacia el circo volcánico. En su fondo, de relieve más plano, distinguimos los pueblos de Gran Îlet y Hell-Bourg entre el verdor que tiñe lo que en otros tiempos fueron volcanes activos.
Nota: Pienso que si la tarde está despejada, es mejor subir a la Roche Écrite por la tarde, pues habrá mejor luz, mientras que por la mañana sale el sol de frente.
Hacia el otro lado, Mafate apenas se intuye, resguardado por altos paredones que custodian los mejores secretos de La Reunión.
Apuramos en la bajada, con ganas de desayunar en el refugio, aunque el desayuno resulta frugal. No sirven más que leche en polvo con chocolate o café, zumo embotellado, biscotes con margarina y mermelada…… más bien escaso para caminantes.
El fin de esta etapa será en Dos d’Ane, a sólo 1000 m de altura. Por ello, pensábamos que todo el trayecto sería en descenso. Pero no. Las empinadísimas subidas ponen a prueba nuestras fuerzas, y las más empinadísimas bajadas, nuestras rodillas y nuestro equilibrio.
En el bosque actúa una completísima orquesta sinfónica. Es un bosque musical, de trinos de diversas entonaciones. Los pájaros se han desarrollado a sus anchas en La Reunión, ante la completa ausencia de depredadores.
Diversos son también los bosques que recorremos. Una enciclopedia de vegetación, cuyos tomos llenarían varias estanterías. En ocasiones, una jungla espesa, compuesta por plantas tropicales de hojas grandes, helechos arbóreos, troncos enrevesados, líquenes colgantes. Otras veces, crecen los bambús o los matorrales.
Cuánto más avanzamos, más se deja ver el circo de Mafate. Por momentos encontramos miradores gloriosos hacia ese trocito de Reunión tan escondido que carece de acceso en coche. Y empezamos a descubrir el relieve desgarrado del interior de la isla. Es como el Mick Jagger de los paisajes.
El paisaje es dramático y el sol hoy no se ha escondido. Aristas, surcos, inverosímiles formas de un circo volcánico ahora recubierto de verde. Las montañas acantiladas lo rodean, como el Piton des Neiges o el paredón vertical del Maido. Y así, durante buen rato, nos dedicamos a observarlo y deleitarnos.
Rivière des Galets
Circo de Mafate desde la distancia
Nota: Quién prefiera no caminar tanto y gozar de unas vistas similares, puede optar por el corto sendero al Cap Noir. Conduce a un mirador colgado sobre el precipicio, con vistas al circo de Mafate.
Acalorados llegamos a Dos d’Ane, que cuenta con acceso por carretera y está dotado de servicios. El pueblo, compuesto por casas con jardín o huerta, se expande por una caldera volcánica extinta.
Agradecemos que un restaurante se presentase en nuestro camino, porque, comer, beber, y sentarnos era lo que más necesitábamos. Y además, la comida está rica: típico plato criollo de cari de cerdo en una agradable terraza.
Todavía tenemos que caminar casi un kilómetro más para llegar a nuestro alojamiento en la parte baja del pueblo. “Bienvenue dans les Hauts”, lo había reservado por email. Sonia, su propietaria, es un cielo, y me había ayudado mucho a organizar mi estancia en la isla. Estar de trekking y llegar a un sitio así es un lujo. Lujos como enchufes, electricidad 24 h, wifi, toallas, y sobre todo, estupendas vistas al mar.
Divertidísima fue la cena en el bed and breakfast. Excelentes anfitriones son Sonia y Claude. La relación con ellos fue como la de reencontrarnos con amigos de toda la vida y charlar como si nos conociésemos de siempre. Hemos estado muy a gusto en su casa de Dos d’Ane. Comida criolla con vistas al Océano Índico, música reunionesa, y conversación en este nuevo idioma que estamos practicando: “francespanglish”. Cuatro horas nos echamos cenando y post-cenando con los anfitriones y con una joven suiza que se alojaba en el B&B durante un mes para mejorar su francés.
Como es habitual en Isla Reunión, la cena comenzaba con aperitivos: ron, zumos, empanadillas de queso y jamón, bolitas criollas.
Y para cenar, como primer plato, un pastel de couscous, vegetal de extraña forma que se cultiva en la isla. Como no, seguimos con el típico “cari” de cerdo con judías rojas, arroz y pepino. Y de postre, pastel de patata dulce con chocolate y vainilla bourbon………….la prestigiosa vainilla cultivada en La Reunión.
Velada con ron de la isla, aderezada con conversación y música, mientras nos mostraban fotos de una nevada que en una ocasión sorprendió a todos en Reunión. Lo consideran un acontecimiento memorable.
No olvidaremos la puesta de sol sobre el Océano Índico, ni la cena en la terraza mirando las estrellas y las lucecitas de las casas sobre la costa.
Resumen de la etapa 2 de la Gran Travesía de Isla Reunión
Levantarnos 5:15 para salir 5:30 con las primeras luces del alba, por si más tarde se nubla.
De Gite Roche Écrite a cima: indica 1h 30’. Lo hacemos en 1h 10’ sin peso (la mochila queda en el refugio).
Volver a refugio a desayunar y recoger. Abandonamos el gite a las 10, sigue luciendo el sol.
De Gite Roche Écrite a Dos d’Ane: indica 2 h 45’. Tardamos 4h con peso y sufriendo un tremendo calor y sol vertical, parando para contemplar las primeras vistas de Mafate.
Dormir en Dos d’Ane: bed and breakfast «Bienvenue dans les Hauts»
Caminata 16.5 Km
Dificultades
- Subidas y bajadas muy pronunciadas, calor.
Lo mejor
- Vistas al circo de Salazie desde Roche Écrite.
- Vistas al circo de Mafate, Pitón des Neiges y Le Maido desde el camino del refugio a Dos d’Ane.
Track de la ruta de Roche Écrite a Dos D’Ane
https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=15595677
ESTA ETAPA PERTENECE AL VIAJE: Isla Reunión: trekking, coche y helicóptero