En nuestro trayecto de Memmingen al Tirol dedicamos un día a explorar los alrededores de Reutte, ciudad austríaca fronteriza. Además de pasear entre las fachadas pintadas de la localidad de Reutte, conocimos el lago Plansee, los castillos de Ehrenberg y el llamativo puente colgante, el pueblo alpino de Ehrwald y el Lago WeiBensee.
Visitando Reutte y sus alrededores
Desde el hotel del aeropuerto de Memmingen, en el que hemos pasado la noche, tenemos fácil acceso a la autopista que nos llevará a Fussen y a la frontera con Austria. El relieve es bastante plano mientras atravesamos territorio alemán y las praderas predominan en el paisaje, aunque las montañas se vislumbran a lo lejos. Eso sí, las torretas de alta tensión están por todas partes. Pasamos por algún área de descanso muy bien acondicionada en la autopista. Da gusto, con mesas y bancos. Son buenos lugares para parar a descansar, pues además, los verdes prados y las colinas componen bonitos paisajes. No es como parar en otras autopistas y encontrarte en un lugar desolado.
La frontera de Fussen-Reutte está en medio de un túnel, y justo a continuación, ya en Austria, hay una gasolinera Shell donde paramos a comprar la vignette, obligatoria para circular por las autopistas austríacas.
Reutte
Esta pequeña localidad tirolesa, cercana a la frontera con Alemania, es un museo al aire libre. Pasear por el centro es hacerlo entre fachadas pintadas con frescos que representan diferentes motivos o escenas. Su prosperidad en la Edad Media y siglos posteriores (hasta el XIX) tiene que agradecerla al comercio de la sal.
Fachadas pintadas de Reutte
Se sitúa en el valle del río Lech, por el cual ya pasaron los romanos. Fueron ellos quienes construyeron la Vía Claudia Augusta, que les permitía transitar del Danubio en Alemania al Mar Adriático en Italia cruzando los Alpes, y que justo pasaba por este valle entre montañas. Esa misma calzada romana fue utilizada posteriormente en las rutas medievales de mercaderes. La Vía Claudia es actualmente popular entre ciclistas.
El cercano Parque Natural Tiroler Lech se extiende a lo largo del río Lech. Es hábitat de ciervos, que actúan de reclamo para numerosos visitantes que acuden a la berrea en otoño. Existen también senderos para caminar o pedalear.
Plansee: alrededores de Reutte
Plansee es un hermoso lago enmarcado entre montañas. Es muy accesible en vehículo, ya que sólo nos tenemos que desviar 5 Km de Reutte por una carretera indicada que nos deja en su orilla. A lo largo del trayecto podemos apreciar el intenso color esmeralada del río que fluye entre los árboles.
Río del Plansee
El lago Plansee es un lugar de recreo y está muy acondicionado para pasar una jornada de ocio. Se puede pasear, navegar, tomar el sol, dedicarse a la contemplación………..Pronto nos encontramos el primer embarcadero, desde el que zarpan barcos para navegar por el lago. En los alrededores hay hotel, restaurante y puerto deportivo.
Plansee, lago cerca de Reutte
Por la carretera bordeamos el lago, parando en distintos puntos. Existe un sendero para rodearlo a pie por la otra orilla. Sin duda, tiene pinta de ser un bonito paseo. En cuanto al barquito, no considero necesario tomarlo, ya que la carretera va pegada al agua todo el tiempo.
Al final del lago hay una zona recreativa con embarcadero, playa, pedaletas, terrazas, bares, camping, parque infantil, área de césped. Hoy está muy tranquilo y el paisaje es bonito. Los fines de semana se debe de poner a tope porque el sitio resulta muy agradable para pasar un día veraniego. Algunos aprovechan la agradable temperatura para darse un baño o tomar el sol que por momentos se cuela entre las nubes.
Desde el extremo del Plansee, la carretera sigue al Castillo de Linheford y a Oberau, pero nosotros retrocedemos a Reutte.
Castillo de Ehrenberg y puente colgante Highline179
A escasa distancia de Reutte (4 Km) se emplazan las fortalezas de Ehrenberg. Se trata de una fortaleza medieval del siglo XIII, que actuaba como defensa fronteriza del Tirol, en las inmediaciones de la Vía Claudia. El castillo cobraba un tributo de paso.
Para visitarlo hay un aparcamiento amplio que cuesta 4 € al día.
Ehrenberg Castle
Podría considerarse un castillo más, cuyas ruinas se sitúan sobre una colina como muchos otros. En este caso, lo llamativo es el puente colgante que han construido a gran altura para poder cruzar el desfiladero a pie. Conocido como Highline179, es una atracción turística sin ninguna otra función práctica. Consiste en un puente metálico peatonal de casi 500 m de longitud que une dos colinas y cruza por encima de la garganta por la que pasa la carretera.
El acceso al puente cuesta 8 €, a los que, si quieres evitar una caminata empinada, hay que añadir otros 7 € del funicular para subir al nivel del puente. Cierto es que también se puede subir andando, pero nosotros optamos por la comodidad del funicular. En la billetería hay una tienda de recuerdos.
Consultar horarios y precios actualizados de Highline179: https://www.highline179.tirol/en
Puente colgante Highline179
El funicular trepa por la pendiente ladera y nos deja cerca del acceso al puente suspendido. Sin embargo, dejamos el puente para más tarde, y primero nos acercamos a las ruinas de Ehrenberg Castle por un corto sendero. La fortaleza se alza en una posición estratégica dominando los valles. Lo están restaurando y varios obreros trabajaban en su reconstrucción.
Ehrenberg Castle
Cuando nos asomamos a los miradores del castillo, nos encanta el paisaje de amplios valles, muy verdes, en los que se asientan pueblos como Reutte, mientras que las montañas los enmarcan. Sobre las casas sobresalen los campanarios de las iglesias, ya sean bulbosos o puntiagudos.
Vistas desde Ehrenberg Castle
En una colina superior se emplazan las ruinas de otra fortaleza, Festung Scholosskopf, a las que se puede subir a pie en 45 minutos. Están construyendo el acceso en funicular y podemos ver las obras, excavando la montaña.
Impresiona el puente colgado sobre la garganta. Con 406 metros de longitud, Highline179 es uno de los puentes colgantes peatonales más largos del mundo. Tenemos que acercar los tickets al lector para pasar por los tornos de acceso. Atravesarlo es una vertiginosa experiencia, ya que se eleva a gran altura sobre la garganta. Escalofriante resulta ver las fotos de la construcción del puente, y observar cómo las personas que lo construían se situaban en el filo del puente sin finalizar. En aquellos momentos, sí que colgaba del vacío.
El puente comunica con otra colina, donde un mirador ofrece excelentes vistas al castillo, valle y montañas. Desde este lugar se puede subir a Fort Claudia, las ruinas de otra fortaleza, cuyo nombre es un recuerdo a la Vía Claudia, pero nosotros desistimos de subir por el empinado sendero y nos conformamos con apreciar el paisaje desde el mirador.
Repetimos maniobra para llegar al coche, ahora en sentido contrario, cruzar el puente y bajar en funicular, previa parada en un pequeño espacio museístico.
En la fortaleza inferior, Burgenwelt Ehrenberg, se cobraba el peaje de paso por el estrechamiento de la garganta. Nadie podía librarse de pagar para atravesar este abrupto valle.
Burgenwelt Ehrenberg
Nos hemos pasado algo más de dos horas muy entretenidas, no sólo admirando el paisaje, sino también mirando las exposiciones del funcionamiento de las fortalezas, los cañones, los tiradores de pedruscos……….. No es que sea la bomba, pero me ha gustado el sitio, está bien, y la verdad es que la longitud y la altura del puente impresionan.
Ehrwald y Lago WeiBensee
El pueblo de Ehrwald es nuestro siguiente objetivo, especialmente por sus casas de estilo alpino y su emplazamiento en un ancho valle rodeado de montañas. El Zugspitze está cerca. Es la montaña más alta de Alemania, con casi 3000 metros. A su cima se puede subir fácilmente, tanto desde el lado alemán como desde el austríaco (a pocos kilómetros de este pueblo) mediante una red de funiculares y teleféricos. La comodidad hay que pagarla y el precio no es nada barato.
Vista de Ehrwald
Los graneros de madera diseminados por el valle crean un ambiente muy bucólico.
Nos dedicamos a pasear por el tranquilo pueblo y a hacer alguna compra.
Iglesia de Ehrwald
En vez de volver a la carretera principal por el mismo sitio, damos un rodeo pasando por Lemoos, carretera que nos regala bonitas panorámicas de Ehrwald rodeado de verdes prados, respaldado por las siluetas montañosas.
El Lago WeiBensee está cerca de Ehrwald y nos acercamos a curiosear. Existen varios senderos, ya sea para rodear el lago o para realizar rutas senderistas más largas, ¡incluso pasa por aquí el Camino de Santiago!
El agua presenta un bonito color verdoso, rodeado de bosque y montañas. Hay bancos de madera para degustar el sosiego que desprende este lugar mientras los patos nadan sin inmutarse por nuestra presencia.
Fern Pass
La carretera en dirección a Innsbruck inicia a continuación el ascenso al puerto de montaña del Fernpass. Al ganar altura nos encontramos un mirador con amplio aparcamiento al lado de un restaurante. Abajo se esconden las aguas verdosas del alargado lago Blindsee. Los árboles lo envuelven, otorgándole un carácter salvaje. Sobre la línea de bosque se alzan las crestas rocosas de las montañas, destacando la silueta de Zugspitze. Con nubes o con sol, está bonito igualmente.
Lago Blindsee en el Fern Pass
Y ya nos vamos directamente al Valle de Stuabi, conduciendo por la carretera que se dirige a Innsbruck. Bajamos el puerto de montaña Fernpass para llegar al Valle del río Eno.