Amanecía nuestro cuarto y último día de tour por el salar de Uyuni y la Reserva de Fauna andina Eduardo Avaroa. Este último día nos llevaría hasta Tupiza atravesando la región de Lípez, en el sur de Bolivia, recorriendo paisajes de silencio estremecedor.
Hemos estado solos en el hotel Tayka de los Volcanes. Por la noche se veían millones de estrellas en este lugar del altiplano tan cerca del cielo. De nuevo hemos dormido a unos pocos kilómetros de altitud, y la calefacción sólo amortiguaba un poco el frío del altiplano.
El camino a seguir se distingue perfectamente en esta zona de la región de Lípez, aunque no es más que una huella. Por aquí no ha pasado la revolución de las comunicaciones, ni autopistas ni antenas.
Insólitos y recónditos paisajes desiertos, por donde pocos seres vivos pululan. Apenas algún Suri (avestruz andina) de vez en cuando, alguna vicuña, o alguna vizcacha.
Paisajes de áridas montañas, de escasa vegetación, de dunas rojas, como aquellas en las que paramos a tirarnos……………Pasamos un rato divertido.
El norte de Argentina queda muy cerquita, prácticamente podemos divisar su territorio.
El silencio resulta casi estremecedor.
Última comida, como siempre un picnic cocinado al momento. Rica comida junto a un río de escaso caudal. Últimas reflexiones con Alfredo y Carmen. Foto de grupo………Huele a despedida.
Llegamos a Tupiza
La aproximación a Tupiza resulta espectacular. El mirador situado antes de entrar en el pueblo nos ofrece unas vistas asombrosas hacia El Sillar. En vez de árboles, ese valle está compuesto de formaciones rocosas modeladas durante milenios por la erosión.
Hicimos buenas migas con un amigo boliviano
Un tour de 4 días que llenó mis recuerdos con unos paisajes de conmovedora soledad. Aunque reconozco que para mí resultó demasiado apurado, demasiado tiempo en coche y poco caminando. Si volviese a ir, lo haría diferente, más personalizado, dedicando más días para hacer caminatas y, a poder ser, subir a algún volcán (Licancabur, Uturuncu…)