Pueblos del norte de Luxemburgo. Pequeña Suiza LUXEMBURGO


En esta excursión en coche nos dedicamos a conocer algunos pueblos del norte de Luxemburgo. Es la región de Mullerthal, también conocida como la Pequeña Suiza, lindante con Alemania, a pesar de que los paisajes luxemburgueses poco recuerden a los suizos. Larochette, Beaufort y Echternach son los pueblos que conocemos en esta ocasión.

Aunque realizamos esta ruta en coche, es posible conocer esta región de una forma mucho más ligada a la naturaleza, recorrer a pie el Mullerthal Trail.

Poco se habla de Luxemburgo. Este pequeño país no sale en las noticias, ni vemos a los luxemburgueses participando en competiciones deportivas internacionales. Nos hemos hecho a la idea de que es un lugar de negocios de “papel”, sin industrias y sin manufacturas. Supongo que por esa percepción preconcebida me ha sorprendido tanto la condición rural de esta región.

El paisaje de la Pequeña Suiza luxemburguesa se compone de bosques que esconden sorprendentes formaciones rocosas, y de campos agrícolas o ganaderos en el entorno de granjas. De vez en cuando se muestra algún pequeño pueblo y nos imaginamos una vida un poco más urbana. Pero todo destila una calma tan profunda que no te crees estar en el corazón de Europa.

Larochette

Este pueblo del norte de Luxemburgo se extiende en forma de L, por una parte longitudinalmente al borde de la carretera mientras que otra parte se encaja entre farallones calizos al pie del castillo. Y precisamente el castillo es su elemento más destacado. Normalmente se puede subir en coche, aunque nosotros encontramos la carretera cortada, y en cualquier caso no cuesta nada subir al castillo a pie desde el pueblo. Hay que tomar unas escaleras que parten poco después del Hotel du Chateau. No son más que 2 ó 3 minutos caminando.

El Castillo de Larochette es originario del siglo XI y se encarama sobre un promontorio dominando el valle del Ernz Blanco, afluente del Sûre, en el que se asienta el pueblo.

Cinco familias habitaban el castillo en la Edad Media. Quedó en ruinas a finales del siglo XVI debido a un incendio, permaneciendo deshabitado desde entonces. A finales del siglo XX se iniciaron obras de restauración y ahora se puede visitar como atractivo turístico.

El pueblo carece de encanto. Así que, después de merendar en una terraza nos encaminamos al castillo. La entrada cuesta 4 euros y poco hay que ver en su interior. El castillo está en ruinas y de los interiores no se conserva apenas más que el torreón. Al entrar en él podemos imaginarnos cómo era la vida en el pasado, que aparece representada en cuadros que cuelgan de las paredes. Aparte de la recia arquitectura, no queda nada más, ni muebles ni enseres. Lo mejor son las vistas. Su posición elevada ofrece una buena panorámica de Larochette. En lo alto observamos las rocas calizas características de esta región de Mullerthal. Me fijo en las pequeñas parcelas cultivadas que recuerdan a los huertos urbanos de Suiza, y para mí es el único parecido que encuentro con el país alpino.

 Castillo de Larochette

Vistas de Larochette desde el castillo

 

Beaufort

Todo está limpio y pulcro en este pequeño pueblo del norte de Luxemburgo, muy muy relajado. Casas con jardín y coches aparcados a la puerta. Lo que destaca, como no, es el castillo de Beaufort, emplazado a las afueras en medio de un bosque. Me llama la atención que no se ubica en una posición elevada, sino al lado de la carretera en el fondo del valle.

El castillo de Beaufort consta de dos recintos, el castillo medieval en semi-ruinas del siglo XII, y el palacio renacentista que contiene mobiliario y objetos de época. La entrada al primero cuesta 5 € y la conjunta 10 €. Yo ya me había cansado de visitar castillos y desistí de conocer los interiores. Preferí quedarme haciendo fotos de los exteriores.

Al castillo de Beaufort también se puede llegar andando por un tramo del Mullerthal Trail. Adentrarnos un poco en el bosque siguiendo el sendero nos obsequia con una bonita imagen del castillo reflejándose en un pequeño lago rodeado de vegetación.

Castillo de Beaufort

 

Echternach

Dicen que Echternach es el pueblo más bonito de la región Mullerthal, al norte de Luxemburgo. Rodeado de verdes colinas, se emplaza en el valle del río Sûre, que ejerce de límite con Alemania. Lo que consideran seguro es que es la ciudad más antigua de Luxemburgo.

Todo está cerca en este pequeño país, o sea que llegamos en pocos minutos desde Beaufort. Aparcamos fácilmente y gratuitamente. Pasamos por varias plazas, una animada calle comercial, monumentos religiosos .….todo muy tranquilo y silencioso.

Me parece que Echternach desprende cierto aire italiano. Será por sus fachadas pintadas en tonos pastel. En realidad, su carácter medieval ha sido reconstruido después de quedar destruido durante la II Guerra Mundial.

En la Place du Marché puedo apreciar cierto atractivo. Aquí parece confluir la vida de este pueblo. Caminando unos pasos desde la plaza del mercado nos topamos con la Abadía de San Willibrord, que se presenta en una amplia plaza. El edificio actual data del siglo XVIII, restaurado sobre el antiguo monasterio de importancia relevante en la Edad Media. Hoy en día es sede de una escuela de portugués, nada extraño teniendo en cuenta la alta proporción de población lusa en Luxemburgo. Su acompañante de plaza es la Basílica de San Willibrord, construida en estilo románico.

No todo son rastros del pasado. Encontramos animación en la Rue de la Gare, bulevar peatonal repleto de tiendas y bares. A los luxemburgueses no parece importarles la lluvia. Simplemente se refugian bajo los toldos para hacer vida en la calle.

Realmente, Echternach no me parece un pueblo de gran interés, aunque reconozco que el paseo resulta agradable.

 Place du Marché de Echternach

Abadía de Echternach

Echternach

Y para la próxima, quedó pendiente Vianden, bonito pueblo situado también al norte de Luxemburgo.

 

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