Iniciamos la ruta en la playa do Rostro (Fisterra). Esta playa salvaje extiende su fina arena blanca por casi 2 kilómetros de longitud, recibiendo el oleaje del Océano Atlántico en los territorios más occidentales de Galicia. Estamos en el fin de la tierra, y la sensación de mundo agreste domina el entorno.
Localización de la ruta
Iniciamos la ruta en la Playa do Rostro, en Fisterra. La ruta transcurrirá por el municipio de Fisterra hasta Cabo da Nave.
Coordenadas GPS: 42.9606885,-9.2713528,205
Descripción de la ruta de Playa do Rostro a Cabo da Nave
Este tramo corresponde a una parte de la última etapa del Camiño dos Faros da Costa da Morte (Etapa 8), la cual transcurre entre Nemiña y el Cabo Fisterra. Como es habitual, nosotros la acortamos para disfrutarla con calma, y así, recorreremos el tramo entre Playa do Rostro y Cabo da Nave. Además, en esta ocasión la haremos circular, en vez del clásico itinerario lineal.
Playa do Rostro
Sin pizca de viento, este día de diciembre es espléndido para sentir de pleno los paisajes de esta costa.
La playa do Rostro es preciosa, adjunta a un sistema dunar espléndidamente conservado. Tenemos la ocasión de compartirla sólo con las gaviotas y con las olas. Estamos en el municipio de Fisterra, y toda la zona está cargada de mitología, no sólo el Cabo del Fin de la Tierra, también la playa do Rostro. Según la leyenda, un terrorífico temporal sepultó a la ciudad de Dugium bajo estas arenas.
Playa do Rostro
Desde el extremo sur de la playa ascendemos a los acantilados de Punta do Rostro, forrados de verde hierba en esta época. Preciosa imagen en todo su conjunto.
En suave y fácil subida merodeamos por cada rincón para empaparnos de tanta belleza natural. El Cabo Touriñán preside la estampa desde el oeste, mientras que hacia el otro lado divisamos los acantilados que se extienden hasta Punta do Castelo.
Qué impresionante es caminar por esta costa en invierno, cuando la vegetación sobre los acantilados está verde, el mar agitado, y la arena impoluta.
Playa do Rostro desde Punta do Rostro
Ascendemos suavemente pisando la mullida hierba y deleitándonos con las vistas de los acantilados, al dirigirnos a la Punta do Castelo.
Acantilados de Punta do Rostro
Una vez que llegamos a la Punta do Castelo, divisamos a nuestra derecha el Cabo Touriñán y a nuestra izquierda el Cabo da Nave. Entre ellos, este rincón de la Costa da Morte en el que se alternan playas solitarias y acantilados rocosos. De frente, el inabarcable Atlántico, el mismo océano que contemplaban hace milenios los habitantes del castro de Castromiñán, asentado sobre este cabo. Este poblado castreño no está excavado, pero es fácil intuir su estructura. Lo que más asombra es su ubicación, colgado del abismo. Sin duda, un lugar desde el que ejercer una férrea vigilancia sobre el entorno. Hoy en día, casi nadie lo conoce y sólo se puede llegar caminando. Eso sí, la caminata es un disfrute absoluto.
Punta do Castelo
Tomando como referencia las marcas verdes del Camiño dos Faros da Costa da Morte, las seguimos para dirigirnos hacia la playa de Arnela. Seguimos bordeando acantilados por estrechos senderos pegados a la costa, que siempre nos dejan vistas tan bonitas que nos alegran el día. Lugares por donde ya caminaban habitantes de esta costa hace milenios, o al menos eso intuyen los arqueólogos a tenor de los hallazgos encontrados en las excavaciones: menhires, monedas antiguas………. Lugares probablemente también usados como sitios ceremoniales, dada su carga mitológica.
De Punta do Castelo a Playa de Arnela
La orografía se complica más adelante, y el sendero también. Subidas, fuertes bajadas, y zonas algo expuestas no podían faltar en este tramo, como es habitual en el Camiño dos Faros.
Continuar por el litoral cerrado de tojos es imposible y tenemos que tocar asfalto durante unos 400 m para a continuación desviarnos a la playa de Arnela. Esta pequeña cala se recoge entre acantilados. Nosotros desembocamos en su extremo sur, para seguir bordeando el siguiente acantilado, divisando a nuestra derecha el camino que ya hemos recorrido, y más lejano, el Cabo Touriñán.
Playa de Arnela
Nada más dejar la playa, el sendero es más fácil, aunque se vuelve a complicar después de alcanzar la Punta de Arnela.
Entonces, debemos ascender por terreno abrupto para dirigirnos al Cabo da Nave, ante un nuevo asombro para nuestros ojos. El panorama de acantilados que se presenta es todo un espectáculo.
Las subidas y bajadas son constantes, en un permanente rompepiernas. Algunos tramos se convierten en un trayecto más de montañismo que de costa. En ocasiones, debemos salvar los obstáculos por estrechísimas sendas entre tojos. Pero el paisaje es impresionante, la más salvaje Costa da Morte.
Acantilados de Fisterra. De Punta de Arnela al Cabo da Nave
Finalmente es obligado alejarnos ligeramente del borde costero para alcanzar el alto del Cabo da Nave. Aquí, unas antenas anuncian el encuentro con la civilización. Es éste el punto más occidental de Galicia. Desde sus 240 m de altura, el océano se muestra inabarcable.
Cabo da Nave
Desde el Cabo da Nave divisamos el Cabo Fisterra muy cerca, más allá de la playa Mar de Fora. También vemos la ría de Corcubión, sobre la que sobresale el siempre mitológico macizo rocoso del Monte Pindo. También Monte Louro y la Sierra del Barbanza delinean el horizonte hacia el sur.
Vista del Cabo Fisterra desde Cabo da Nave
El Camiño dos Faros finaliza en Cabo Fisterra. Nosotros no llegaremos hasta allí en esta ocasión, sino que nos hemos tomado un día tranquilo y ya regresamos.
Playa Mar de Fora desde el Cabo da Nave
Volvemos buscando siempre caminos fáciles para apurar el paso y evitar cualquier percance al atardecer. Mayoritariamente hacemos la vuelta por la ruta Mar de Fora, que transcurre por pistas anchas, aunque a veces enlazamos con el Camiño dos Faros.
Ruta Mar de Fora en Fisterra
Desde una posición más elevada que en el camino de ida divisamos el mar durante gran parte del trayecto de vuelta. En otras ocasiones, atravesamos pequeñas aldeas, como Vilar de Duio, Dele, o Castromiñán. Puntualmente gozamos de vistas a la ría de Corcubión, con un Monte Pindo iluminado en tonos rojizos con los rayos del sol del atardecer.
Vista de Cabo Touriñán
Acantilados de Fisterra
Con una luz dulce del atardecer sobre la Costa da Morte, absolutamente melosa, despedimos la caminata al llegar a la Playa do Rostro.
Sólo faltaba bordarlo con una puesta de sol sobre el fin de la tierra. Para contemplar esos instantes en los que el sol se deja engullir por el mar, nos dirigimos a Punta Besugueira. La soledad era absoluta, y el momento, absolutamente mágico.
Atardecer desde Punta Besugueira
Track de la ruta de Playa do Rostro a Cabo da Nave
Descargable para GPS: https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=15876865