En este día nos dedicamos a explorar la Old Town de Edimburgo paseando tranquilamente, sin realizar un maratón turístico. La ciudad vieja es el germen de Edimburgo y está compuesta por edificios históricos de piedra que acumulan unos 500 años de antigüedad. Completamos el día visitando el interesante Museo Nacional de Escocia.
De paseo por la Old Town de Edimburgo
Llegamos al aeropuerto de Edimburgo muy tarde, prácticamente de madrugada, pero no hay problema con el transporte público, ya que están operativos tanto los taxis como los autobuses del aeropuerto.
Habíamos reservado un hotel cercano al aeropuerto, y la mejor opción era pillar un taxi, que por unas 18 libras y menos de 10 minutos nos dejó en nuestro alojamiento, Travelodge Park.
Tras una noche corta, aunque silenciosa, la idea para el primer día de este viaje a Escocia es visitar el centro histórico de Edimburgo, la Old Town. Puesto que el hotel se sitúa a las afueras (entre el aeropuerto y la ciudad), necesitamos transporte público para llegar al centro. Los autobuses paran casi frente al hotel, a 1-2 minutos caminando. Pasan cada media hora y cuesta 1,8 libras por persona cada trayecto o bien 4,5 libras todo el día.
La estación más cercana a Old Town es Princess Street y el autobús tarda una media hora desde el hotel. En el trayecto en autobús vamos recorriendo avenidas compuestas por edificios de piedra en estilo victoriano que componen la New Town. Tanto la agradable temperatura de finales de abril como el sol abriéndose hueco entre las nubes, animan a salir al exterior y por eso las calles rebosan de paseantes.
Nada más bajar del autobús nos encanta el Parque de Princess Street, agradable lugar que resulta exitoso para pasear o tumbarse en la hierba. La primavera ha llegado a los floridos árboles, que engalanan los jardines. Desde este lugar contemplamos el Castillo de Edimburgo alzándose en lo alto frente a nosotros, acompañado por los edificios antiguos de 3 ó 4 plantas que constituyen la Old Town. Y es que, mientras que la ciudad nueva es muy llana, la ciudad vieja se alza sobre una colina.
Princess Street Gardens
Por unas escaleras bajamos de Princess Street al parque para pasear por los senderos de Princess Street Gardens. Después subimos las escaleras que nos dejan frente al edificio neoclásico de la National Gallery escocesa, donde comienza la calle The Mound. Este museo de bellas artes expone una completa colección de obras pictóricas y escultóricas de diferentes estilos elaboradas por renombrados artistas de diversos países. Hay pinturas de Velázquez, Van Gogh, Gaugin, y muchos más. La entrada es gratuita.
Scottish National Gallery
The Mound ejerce de enlace entre la New Town y la Old Town, y es la calle por la caminamos a continuación en cuesta ascendente.
En cuanto subimos por The Mound nos encontramos el New College que fue fundado en el siglo XIX como instituto de Teología perteneciente a la Iglesia, y posteriormente se fusionó con la Universidad de Edimburgo. El edificio neogótico eleva sus espigadas torres al cielo, sobresaliendo sobre los demás edificios del entorno.
Asomándonos a Market Street nos detenemos a contemplar a lo lejos el Scott Monument, una torre gótica que se encuentra en una zona ajardinada al lado de Princess Street, y a la que más tarde nos acercaremos.
Scott Monument
Sólo tenemos que retroceder a The Mound y enlazar con Bank Street para dar unos cuantos pasos más y alcanzar la Royal Mile en la zona de Lawnmarket. Supongo que el nombre de Bank St. hace referencia al Banco de Escocia, que tiene su sede en esta calle. El edificio aloja además un museo que expone monedas y otros objetos relacionados con el banco, Museum on the Mound.
Museum on the Mound en Bank St.
La Royal Mile, la calle más turística de Edimburgo, atraviesa la Ciudad Vieja desde el Castillo hasta el Parlamento. Se extiende a derecha e izquierda del punto en el que nos encontramos, pero no vamos a seguirla aún, sino que continuamos de frente por George IV Bridge para, tras unos metros, desviarnos por la derecha a Victoria Street.
Las casas de vivos colores de Victoria Street rompen la monótona homogeneidad de los edificios de piedra oscura que componen el centro de la ciudad y te llenan de alegría de inmediato. Es muy turística y bonita. La calle se puede recorrer a dos niveles: por la misma calle, o a un nivel superior por un pasadizo que bordea las fachadas. Bares y tiendas abundan en Victoria Street. La recorrimos con calma fijándonos en los escaparates, ya que algunos son muy curiosos, uno de objetos de Harry Potter, varias tiendas de ropa escocesa…….menudos modelitos de abrigos tan clásicos se estilan por aquí. No faltan los comercios de zapatos, bolsos, gorros, joyas….
Victoria Street en la Old Town de Edimburgo
Un escaparate de Victoria Street levantaba expectación entre los viandantes. Todo el mundo se quedaba mirando al cerdo asado que se exhibía entero al otro lado del cristal. Se trata de un local de la cadena Oink, donde venden bocatas de cerdo asado desmenuzado, que resultan muy jugosos y sabrosos. Se puede elegir entre 3 tamaños, así como distintos tipos de pan, salsas y acompañamiento. Entramos a pedirnos unos de pan integral con cebolla y salsa de mostaza.
Bajamos al final de la calle, donde está la Plaza de Grassmarket y, al igual que muchos otros turistas, nos sentamos a comer los bocatas en los bancos. Esta plaza era antiguamente el lugar de celebración del mercado de ganado, y también sitio de ejecuciones públicas. Hoy en día es un animado espacio, punto de encuentro de muchos visitantes. Diferentes idiomas se escuchan entre la gente que se sienta a descansar en la plaza. Terrazas y pubs proliferan, entre ellos se encuentra el pub más pequeño de Escocia.
Plaza Grassmarket en Edimburgo
Desde la Grassmarket se puede seguir caminando al cercano cementerio de Greyfriars, un lugar muy concurrido por turistas que acuden a curiosear entre las tumbas buscando las de personajes ilustres. Como no nos van ese tipo de visitas, preferimos volver a Victoria Street para subir las escaleras que conducen a la parte alta de la Royal Mile, Castlehill, en las inmediaciones del castillo, donde nos encontramos la emblemática iglesia gótica The Hub, también denominada Tolbooth Kirk. En realidad no es un edificio religioso, sino que es el epicentro del Festival Internacional de Edimburgo y actúa como centro de información.
Gaitero en la Old Town de Edimburgo
Y ahora sí que nos disponemos a recorrer la Royal Mile sin interrupción, en sentido descendente. Caminamos muy despacio, entrelazándonos con el animado ambiente y escudriñando la arquitectura de los edificios de piedra de los siglos XVI y XVII, auténticos rascacielos medievales. La longitud de la Royal Mile es de 1,8 Km, equivalente a una milla escocesa, algo superior a una milla convencional. Cada sector de la calle recibe un nombre diferente, y así, Castlehill continúa en Lawnmarket (antiguo mercado de lino) y seguidamente enlaza con High Street.
Una vez alcanzada High Street, llegamos a la Catedral de St. Giles, vigilada por estatuas a cada lado. El templo neogótico fue profundamente remodelado a finales del siglo XIX, principios del XX. La entrada es gratuita.
Catedral de St. Giles
Lo primero que capta nuestra atención en el interior son las vidrieras, suministradoras de luz y color. Arcos apuntados, estilizadas columnas, bóvedas de crucería…….lo típico de los edificios góticos, son otras características notables. Llaman la atención las banderas heráldicas que decoran el templo, el moderno órgano de color marrón, algunos techos azules.
Interior de la Catedral de St. Giles
Tras visitar el templo continuamos el paseo en sentido descendente por la Royal Mile. El sol, que asomaba por la mañana, se ha ocultado entre las nubes cada vez más densas. Todo es muy turístico, la calle está llena de bares, tiendas y servicios turísticos en general: empresas que organizan tours, casas que se pueden visitar…………
Royal Mile en la Old Town de Edimburgo
De la calle principal parten continuamente callejones, los Closes, algunos muy estrechos y llamativos. Nos vamos asomando a varios de ellos; algunos bajan en escaleras, otros en cuesta……..también observamos pasadizos o patios entre los edificios. El callejón más famoso es Real Mary King´s Close. Organizan visitas guiadas teatralizadas por los subterráneos.
Closes en la Old Town de Edimburgo
Cockburn Street es otra de las calles de interés turístico de Edimburgo. Construida a mediados del siglos XIX para comunicar la Old Town con la estación de tren de Waverley, parte de la Royal Mile (High Street) y es curvada. Adquiere su nombre de Lord Cockburn. Los edificios de piedra se exhiben muy elegantes, algunos luciendo torreones.
Cockburn Street en Edimburgo
El último tramo de la Royal Mile se conoce como Canongate. Se construyó posteriormente, fuera de la muralla que en la Edad Media rodeaba y defendía la ciudad vieja. En Canongate residían Importantes caballeros, quienes construyeron sus lujosas mansiones en esta calle que también albergaba otros edificios como la aduana, la prisión o la iglesia de Canongate. El Museo de Edimburgo se ubica actualmente en esta calle.
Canongate, en la Royal Mile
Un rincón curioso es el Bakehouse Close, por detrás del Museo de Edimburgo. Nada más pasar bajo el arco de acceso al callejón, te olvidas del ajetreo de la Royal Mile y te impregnas de la historia que desprende este lugar, antaño habitado por panaderos. Ha sido escenario de la serie Outlander.
Canongate, en la Royal Mile
La Royal Mile finaliza junto al Parlamento escocés y el Palacio de Holyroodhouse del siglo XVI. Junto al palacio empieza el Holyrood Park, extenso parque con senderos y laguitos, desde donde se puede subir al mirador de Arthur’s Seat situado sobre un viejo volcán, excursión que dejamos para otra ocasión.
Retrocedemos para regresar por la Royal Mile y pasearla ahora en sentido ascendente, con otra perspectiva y otro punto de vista. Abundan las sastrerías y tiendas de telas de cuadros escoceses.
Royal Mile
Se ha puesto a lloviznar y, aunque apenas moja, nos apetece hacer un descanso y nos sentamos en una terraza cubierta a tomar té y café, viendo la vida pasar por esta calle histórica.
Seguimos hasta la Catedral de St. Giles y bajamos por George IV Bridge hasta el Museo Nacional de Escocia, paseando por los edificios de Court.
El museo ocupa un edificio que merece la pena conocer. Se ubica en Chambers Street y la entrada es gratuita. Su interior de estructura blanca y luminosa se articula en torno a un amplio patio que se puede rodear completamente por sus diferentes plantas. Es muy bonito y me sorprendió mucho al entrar.
El museo consta de dos edificios: el antiguo edificio victoriano con techo de cristal, anexo a otro más moderno. Aquí puedes encontrar de todo. Los niños lo pasan bomba haciendo experimentos en las salas interactivas de ciencia y tecnología. Puedes encontrar coches de Fórmula 1, bicis antiguas de madera, incluso un cohete, y mucho más. En otras salas se exponen objetos de la historia de Escocia, y también de otros países y continentes: África, Asia, América……….. Hay salas de ciencias naturales. En fin, de una sala a la contigua cambia totalmente la temática. Hay que acotar porque te podrías pasar todo el día deambulando de una estancia a otra y saturarte de tanta información.
Museo Nacional de Escocia
A las 17:00, hora de cierre, abandonamos el museo. Sólo hay que cruzar la calle para tropezarse con la pequeña estatua del perro fiel Bobby, que no destaca por su tamaño, sino por la muchedumbre que se concentra alrededor recordando la archiconocida historia del perro que permaneció pegado a la tumba de su dueño. Se sitúa en la entrada al cementerio Greyfiars.
Ponemos ya punto final a nuestro paseo por la Old Town y tomamos dirección a Princess Street por The Mound. Una vez que enlazamos con Princess Street dirigimos el paseo por los East Princess Street Gardens para acercarnos al Scott Monument. El monumento consiste en una torre gótica en homenaje al escritor escocés Walter Scott. Se puede pagar para subir a la parte superior del monumento y contemplar las vistas de la ciudad, que seguramente serán mejores que las que apreciamos desde los jardines, las cuales tampoco están nada mal, ya que vemos de frente la ciudad vieja sobre la colina.
Scott Monument
Old Town de Edimburgo desde Princess Gardens
Ya sólo nos queda coger el autobús para ir al aeropuerto a recoger el coche de alquiler. Alquilamos con la compañía Easirent, que no está justo en el aeropuerto, sino que hay que coger su shuttle en el aeropuerto para ir a su oficina. En el coche regresamos al hotel Travelodge Park, donde disponen de parking gratuito y aparcamos sin problema.
El hotel es muy nuevo y resulta muy correcto. Habitación bastante espaciosa y confortable. Lo mejor es que es muy tranquilo y silencioso. Hay aparcamiento, lo cual era una condición necesaria en nuestro caso. Tiene restaurante propio y además hay otro restaurante-pub al lado.
La cena al lado del hotel en el pub Farm Westgate no estuvo nada bien. No sé si es la elección de los platos no fue acertada, pero la comida no nos gustó.