Había reservado por whatsapp un vuelo en parapente en Buenavista, pequeña localidad del departamento del Quindío. Volar sobre los paisajes cafeteros resulta una fantástica experiencia. Además gozamos de preciosas vistas en la ruta en coche por esta zona, pasando por los pueblos de Buenavista, Pijao y Córdoba.
En coche de Salento a Buenavista
A Buenavista tardamos algo más de una hora en llegar desde Salento. La conducción es apacible por las buenas carreteras asfaltadas y un tráfico tranquilo que respeta la seguridad al volante. Como siempre, los ciclistas copan los arcenes. Aquellas batallas épicas de Lucho Herrera en la Vuelta a España debieron de dejar mucha huella.
Todo es muy verde en estas fértiles tierras cultivadas del departamento del Quindío, aunque nunca faltan los colores de las flores. Las viviendas se ven cuidadas y en buen estado. Los campesinos trabajan en el campo, que no parece requerir grandes esfuerzos dada la generosidad de la tierra. Como marco de fondo, el perpetuo romance de las nubes con las montañas componiendo los bosques nubosos.
Los carteles indican nombres de pueblos que resultan conocidos: Sevilla, Barcelona, Génova, y otros de países: Armenia, Albania. Pero estamos en Colombia. Hoteles, restaurantes, centros de entretenimiento al borde de la carretera nos sugieren que los colombianos acomodados disfrutan holgadamente de su tiempo de ocio.
Las bananeras y los cafetales crecen por doquier, y siempre hay alguien que ofrece jugos de frutas tropicales. Después de Barcelona, el paisaje es todavía más sugerente.
Paisajes en la carretera a Buenavista
Volar en parapente en Buenavista
Me citaron a las 11 en la Plaza de Buenavista, que desprende un aire sosegado. Una vez rellenado el correspondiente formulario de aptitud física y consentimiento para el vuelo en parapente, emprendemos la pronunciada subida en jeep al Cerro Tres Cruces por rampas de vértigo. Se ha unido un oriundo de Buenavista que veía surcar los parapentes desde hace tiempo y nunca había tenido la oportunidad de volar. Está entusiasmado. Así que nos lanzaremos 2 parapentes.
La empresa Quindío Aventurero lleva casi 20 años dedicándose a la actividad de parapente en Buenavista con instructores de amplia experiencia, por lo que me resultaba fiable. Y así fue.
Tras las correspondientes explicaciones y esperar que nos visiten las corrientes favorables llega ese momento en el que te lanzas a volar, a un medio que no es el tuyo e impone respeto. Pero en cuanto te dejas arrullar por la corriente de aire, ya sólo te dedicas a disfrutar de la experiencia. El paisaje cafetero muestra todo su esplendor visto desde el cielo. Desde las montañas recubiertas de bosque nuboso, hasta las praderas de las llanuras, pasando por las laderas cultivadas de cafetales, bananeros, aguacates, frutales o guaduas, un tipo de bambú. Me encanta. Disfruto del tranquilo vuelo, subimos, planeamos, giramos. Tomamos tierra con calma y después de recoger los bártulos nos desplazamos de nuevo a Buenavista.
Parapente en Buenavista (Quindío)
Vistas durante el vuelo en parapente en Buenavista (Quindío)
La vida no podría ser más apacible en estos pueblos arrimados a las montañas. Las puertas de las casas quedan abiertas y no entienden que otros países todavía los miren con suspicacias. Es inevitable charlar con los colombianos sobre mis impresiones de Colombia, los motivos del viaje y los infundados temores acerca de la seguridad. La amabilidad de los colombianos es indiscutible y dicen hacer todo con gusto para que te sientas bien.
Buenavista rinde honor a su nombre. Aunque algunos puntos destacan especialmente por sus sobresalientes vistas, todo el pueblo es un magnífico mirador. Es el caso del Mirador del Cementerio y sobre todo de la Terraza San Alberto colgada de la ladera. Por supuesto aprovechamos la oportunidad para degustar cafés y zumos en la cafetería de la plaza y en otra con amplios ventanales hacia el exterior.
Mirador de la Terraza San Alberto
Mirador del Cementerio de Buenavista
Orquídeas en Buenavista
Circuito en coche de Buenavista a Pijao y Córdoba
Si el panorama es magnífico en Buenavista, al que nos deleita en la carretera de Buenavista a Pijao lo calificaría como la máxima exquisitez del Paisaje Cultural Cafetero. Sobre la carretera se encierran túneles de altísimos bambús. Crecen plataneras, cafetales, papayos, que se mezclan con una sinfonía de vegetación silvestre tropical entre la que asoma un paisaje cautivador de laderas escarpadas que se tapizan de múltiples tonos de verdes.
Paisajes en la carretera de Buenavista a Pijao
En el plácido pueblo de Pijao nos detenemos a comer. Las raciones en esta zona son siempre inmensas y casi siempre nos sobra la mitad. Rodeados de colombianos nos zampamos la cazuela de frijoles, carne, plátano frito, arroz, ensalada, aguacate. En eso consiste el plato paisa, típico de esta zona.
El estrés no existe en estos pueblos. Las tardes se consagran al descanso o socialización, sentados en la plaza o calles aledañas. No hay prisa ni nada que hacer, simplemente esperar que pase el tiempo vigilando las caras de siempre o agudizando la mirada cuando aparece algún extraño. Y es que ya no estamos en lugares tan turísticos como Filandia o Salento, y apenas escasos forasteros se dejan caer por aquí.
Pijao
Desde Pijao seguimos a Córdoba bordeando la ladera y volviéndonos a deleitar con la belleza del paisaje. Nuestra en ruta en coche continúa en verde y más verde.
Paisajes en la carretera de Pijao a Córdoba
No teníamos planes ni reserva de alojamiento para las siguientes noches. El dueño del hotel de Salento me describió los termales de Santa Rosa y San Vicente como unos lugares tan románticos que por la mañana había reservado habitación para esa noche cerca de Santa Rosa de Cabal.
Todavía tenemos kilómetros por delante. Circasia es un pueblo feucho al que nos desviamos para acercarnos a su mirador. Resulta poco atractivo después de los paisajes que ya habíamos admirado. Atravesar Pereira es una pesadilla en hora punta, a eso de las cinco de la tarde. Qué locura de motos y bicis. Y ya estamos en el departamento de Risaralda.
Mirador de Circasia
Alojamiento en Santa Rosa de Cabal
Hotel Hacienda Santa Clara, a las afueras de Santa Rosa. Éramos los únicos huéspedes. Incluye una hora de jacuzzi y baño turco. ¡¡Bravo por el placer!!. Tiene restaurante con terraza al aire libre, su propio huerto orgánico, un sendero al lado del río entre bosque de bambú y comederos de pájaros.
Cenamos costillas de cerdo BBQ y ensalada griega con verduras del huerto propio.
Hotel Hacienda Santa Clara
ESTA ETAPA PERTENECE AL VIAJE: COLOMBIA: EJE CAFETERO, CARIBE Y AMAZONAS