Terminaríamos el día entre orquídeas y colibrís en Moyobamba. Pero antes nos despediremos de los pobladores de Tingana, (una encantadora experiencia), probando tantas frutas nuevas que ni siquiera sabía que existían. Estamos en la región San Martín, al norte de Perú
Nuestra despedida de Tingana
A las 6:30 am nos despertaban para dar un paseo por los huertos de Tingana. Tomaremos una dirección diferente a la de ayer. Uno de los pobladores nos acompañaba para mostrarnos sus cultivos y enseñarnos las utilidades de los árboles nativos de la selva.
Árboles que sangran y cicatrizan heridas (árbol de sangre de grado), otros que curan enfermedades del riñón, semillas que sirven como jabón, cascarones de grandes frutos con los que, vaciándolos, fabrican su vajilla. A su alrededor tienen todo lo que necesitan. Una gigante farmacia natural.
Sus huertos son de lujo, pero sus cabañas son de lo más humilde. Es como vivir una vida casi primitiva, sin electricidad ni agua corriente, sin teléfono ni wifi.
Bajo los frutales, degustábamos frutas recién recolectadas, y más y más frutas. En mi vida había probado tantas frutas nuevas en un solo día.
Quedó pendiente ese chocolate caliente que Juan me había prometido, y que olvidamos. Los plátanos fritos y los huevos del desayuno eran lo último que probábamos en Tingana antes de partir de regreso a Moyobamba, primero navegando por el río Avisado, después por el río Mayo, y finalmente en coche, previo pago a un policía corrupto para que nos permitiese pasar.
Navegando por el río Avisado
Navegando por el río Mayo
Moyobamba. Orquídeas y colibrís en Waqanki
A mediodía estábamos de nuevo en el hotel Altavista. Podríamos haber subido al Morro de la Calzada, colina a las afueras de Moyobamba que luce de mirador natural sobre la selva. Pero, demasiado calor para caminar.
De la ciudad de las orquídeas no nos podíamos marchar sin visitar un orquideario. La mejor opción nos pareció Waqanki, una finca privada que exhibe orquídeas en medio del bosque, integradas en su hábitat natural. Descartamos el orquideario Agroriente, situado dentro de la ciudad y que muestra orquídeas en macetas, que además dedican a su venta.
Waqanki se ubica a las afueras. Creo que tardamos unos 20 minutos en llegar en mototaxi. En esta propiedad particular nos guiaron, explicándonos los nombres y características de algunas de las 360 variedades de orquídeas que cultivan. La floración no ha hecho más que comenzar ahora en noviembre. La plenitud llegará un poco más adelante, en diciembre.
Orquídeas en Waqanki (Moyobamba)
Sin embargo, lo que más atraía nuestra atención eran los vuelos de los colibríes que se acercaban a los bebederos. Casi era imposible distinguir sus colores azules, naranjas, verdes o rojos ante su continuo aleteo de imbatible frecuencia.
Colibrís en Waqanki (Moyobamba)
Moyobamba. Baños sulfurosos
Acudir a los baños sulfurosos era otra opción relajada que elegíamos a continuación. Este clima tropical extenúa a cualquiera, y lo que apetecía era meternos un rato en las pozas bajo las cascadas, o en las piscinas sulfurosas de agua fría inmersas en la naturaleza. Y además, no faltaba un bar donde refrescarnos.
Sólo es un lugar en el que pasar un rato agradable entre peruanos ociosos y niños chapoteadores.
Baños sulfurosos de Moyobamba
De nuevo en el centro de Moyobamba, un inesperado ensayo de baile marinera nos sorprendía en una escuela. Las niñas se ganaban mis aplausos al repetir el baile para mí. Parecían encantadas de salir en las fotos y de ondear sus voluminosas faldas al son de la música.
Baile marinera en Moyobamba
Atardecer sobre el río Mayo
El atardecer sobre el río Mayo era de lo más accesible desde nuestro hotel Altavista. Las ocho hectáreas de bosque que lo rodean nos invitaban a recorrer sus senderos de vegetación tropical hasta llegar a orillas del río.
Vistas desde los jardines del hotel Altavista en Moyobamba
Para cenar en Moyobamba
Restaurante El Néctar. Recomendado por nuestro hotel, y aunque, al principio nos pareció desangelado y nos costó decidirnos a entrar, la verdad es que la comida estaba muy buena, y la atención muy amable. Lomo fino de res. Tilapia (pescado de río) con palta y patacones, etc.
Tilapia frita
Otras posibles actividades desde Moyobamba
Nuestro principal interés en Moyobamba era visitar la Reserva Tingana, alejada de los circuitos turísticos habituales. Otras actividades también se pueden realizar desde la ciudad de las orquídeas:
- Cueva de Palestina, en La Rioja
- Morro de la Calzada
- Baños termales de San Mateo
- Paseos en bote por el río Mayo