Miradores de Moyobamba sobre el río Mayo PERU - MOYOBAMBA


Seguimos por el norte de Perú, y por los miradores de Moyobamba paseamos durante la tarde. Desde cada uno contemplábamos distinta perspectiva del río Mayo. Un río de chocolate con cascarón verde, que termina entregando sus aguas al río Amazonas. Pero antes, tendremos que llegar hasta Moyobamba desde Chachapoyas, pasando por el bosque protegido del Alto Mayo, dejando la región Amazonas para entrar en la región San Martín.

De Chachapoyas a Moyobamba en combi

Era una alegría que el palista de turno en la carretera de Chachapoyas a Pedro Ruiz no tuviese trabajo este día. Sin lluvias, no había desprendimientos, y podíamos circular sin problema. Si en otros sitios se necesitan palas quitanieves, esta carretera requiere palista para retirar la tierra y las piedras de la carretera que con la mínima lluvia caen de la montaña.

Cinco horas es la duración del viaje en combi desde Chachapoyas hasta Moyobamba….¡con asientos numerados! que reservamos un par de días antes en la terminal de Chachapoyas. A Tarapoto tarda dos horas más.

Ya conocíamos el tramo hasta Pedro Ruiz, por el cañón del Uctubamba. Sentíamos cierta añoranza al pasar por el cruce a Cocachimba.

Las curvas continuaban durante dos horas más después de Pedro Ruiz, entre verdes montañas que en algunas zonas conservan vegetación nativa y abundantes palmeras, mientras que en otras zonas han sido desprovistas de su espesura.

Después de la laguna Pomacochas, famosa por sus colibríes espátulas, comienza el bosque de protección Alto Mayo. Se acentuaban las curvas……….y el calor.

A pesar de que la carretera estaba insistentemente adornada con doble línea continua al centro, y señales de “velocidad máxima 30 Km/h”, o “manténgase a la derecha”, yo no encontraba su uso práctico. Notaba las palpitaciones del corazón tras cada frenazo, o en los sobresaltos que producía encontrarnos de frente con cada camión que circulaba en medio de ambos carriles en plena curva, al tiempo que se oía un sonoro y colectivo “aaahhhhhhhhhh!!” .

Nosotros no pertenecíamos al club de los suertudos que podían contemplar el espectacular paisaje del bosque selvático del Alto Mayo desde los miradores dispuestos para ello. Nos teníamos que conformar con verlo pasar desde la ventanilla de la combi, con olor a gasolina quemada.

Cinco horas amenizadas por semejante chabacanería musical casi conseguían hacernos explotar la cabeza. Incluso Karina no sonaba del todo mal, en medio de aquel mejunje polifónico incalificable.

El sol aparecía al abandonar el bosque nuboso de montaña y perder altura. Un paisaje igual de verde, pero más plano, era el hogar de pequeñas poblaciones que asomaban entre plataneras. Las casas de madera sustituían a las de adobe o de ladrillo.

Ya en la región de San Martín, las localidades de Nueva Cajamarca y La Rioja eran el preámbulo de lo que nos íbamos a encontrar durante nuestra estancia en Moyobamba. (El principal atractivo de La Rioja es la Cueva Palestina). Moyobamba nos recibía con 35 ºC…….nos sobraban la mitad!

Aire tropical, muchas motos, paraguas que son una prolongación más de los brazos, tanto para la lluvia como para el sol, fenómenos que se alternan de forma intermitente.

Miradores de Moyobamba

Moyobamba se conoce como la ciudad de las orquídeas, fundada por españoles en 1540, cuya economía gira en torno al café y al arroz. Ubicada en un promontorio sobre el río Mayo, varios son los miradores tendidos por la ciudad. Y un paseo por esos miradores de Moyobamba era nuestro entretenimiento para la tarde.

El mirador de Punta de San Juan, Puerto de Tahuisco, el mirador de Punta Tahuisco, el Malecón, la Plaza de Armas, actuaban de escenarios de nuestro paseo. Las aves sonaban entre la vegetación tropical que acompaña el itinerario por los miradores, aunque apenas se dejen ver. Se respiraba relax.

Mirador Punta de San Juan en Moyobamba

Puerto Tahuisco (río Mayo)

Mirador Punta Tahuisco, otro de los miradores de Moyobamba

Si en los pueblos de los Andes veíamos que la gente nunca deja de estar ocupada, ya fuese tejiendo, cuidando del ganado, labrando la tierra………. en este clima cálido, la gente se aplatana. Pasan el tiempo simplemente sentados a la sombra sin realizar el más mínimo movimiento.

En el centro de Moyobamba la vida transcurre sobre las motos. Hasta 4 personas montadas en una. Sin embargo, llamaba nuestra atención el bebé chupando el biberón encima de una moto, sin que su mamá necesitase parar de conducir.

Poco más se puede hacer en Moyobamba con este calor. Terminábamos el día con un poco de relax por los jardines del hotel. Son tan extensos que bajan hasta el río Mayo, entre gran variedad de plantas y flores. Desde los jardines podíamos observar al atardecer cómo bandadas de grullas blancas aterrizaban en las riberas del río para pasar la noche.

Para comer y dormir en Moyobamba

Para cenar: Restaurante El Avispa Juane. Avispa juane con gallina, juane de yuca con chancho, cerveza y jugo de guanava. El avispa juane es un plato típico de Moyobamba, compuesto por una mezcla de gallina, arroz y verduras que se envuelve en una hoja de bijao (planta tropical).

Alojamiento en Moyobamba: Hotel Altavista: habitación con rejilla antimosquitos ¡sin cristales!. Excelente atención, cómoda cama, buen desayuno, y una maravilla de jardines.

 

ESTA ETAPA PERTENECE AL VIAJE: Perú norte. De los glaciares a la selva

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