Menuda borrachera de templos llevamos encima…….y todavía queda Madurai, donde además del mercado de las flores, visitaremos el Palacio Thirumalai Nayakan y el imponente Templo Meenaskshi Amman, uno de los más grandes de India y que hierve de fervor por la tarde.
De Trichy a Madurai
De Trichy a Madurai nos desplazamos a primera hora de la mañana por una autovía de una India que transita a otra velocidad. No hay cochambrosas cabañas como veíamos en la India rural, sino factorías y edificios comerciales salpicados en el campo. Porque campo hay mucho, algunos arrozales, algunas palmeras, pero sobre todo campo improductivo, sin bosques ni cultivos; sólo crecen matojos, y no entiendes cómo es posible que tanta gente viva en la miseria mientras dejan el campo sin cultivar.
En la radio vamos alternando música india y española, nosotros nos ponemos al día de los ídolos indios en tanto que Prabhu presta atención a los sonidos occidentales .
Tardamos algo más de dos horas en llegar desde Trichy bajo la lluvia y sin apenas tráfico en un domingo por la mañana. Es una autovía de peaje peculiar, ya que en cualquier momento puede aparecer una moto en sentido contrario por el arcén. Todo es muy llano y se ven enormes extensiones verdes que se pierden en el horizonte. En algunos sitios me pararía a hacer fotos para retratar estos paisajes caracterizados por los campos de arroz inundados y los cocoteros, pero no me parece oportuno pedirle al conductor que pare en estas carreteras. No quiero contribuir al desorden.
Madurai
Madurai es otra de las ciudades profundamente religiosas del sur de India. Su origen es muy antiguo. Hace ya 2000 años se reunían aquí escritores y poetas, encuentros que crearon los cimientos de la cultura tamil. Entre los siglos VII y XIII fue capital de los pandaya y posteriormente capital Nayaka entre los siglos XVI y XVII. En definitiva, cultura, arte, religión y comercio han marcado y siguen guiando su historia y la vida diaria de sus habitantes.
Mercado de las flores de Madurai
Nuestro aterrizaje en Madurai nos deja en el mercado de las flores. Las flores son un comercio importante en la región y a este mercado acuden vendedores y compradores de los alrededores. Y es que las flores son fundamentales en su vida, para adornar, para ofrendar……… Paseamos por los puestos en los que venden pétalos al peso o bien flores enteras, o guirnaldas que preparan ahí mismo. Es todo un arte ensartar los pétalos, y lo hacen con una destreza increíble, casi sin mirar, tanto hombres como mujeres. Para mí es una buena experiencia visual, colorida y olorosa.
Mercado de flores de Madurai
Thirumalai Nayakan Palace
Prabhu nos ofrece parar en el Museo Ghandi, pero nos cuenta que su interior sólo exhibe fotos y documentos y no es interesante. Nos fiamos de su consejo, por lo que nos dirigimos directamente al Thirumalai Nayakan Palace. Este palacio fue construido en el siglo XVII por un rey Nayaka. Se paga una pequeña entrada y también por cámara de fotos. Y no hay que descalzarse.
Gran parte del edificio ya no existe, pero de todas formas la construcción existente da idea del majestuoso poder y lujo con el que reinaban los reyes nayaka. De la parte que se conserva destacan el Patio Swarga Vilasem, la Sala del trono y el Salón de baile.
El Patio del Palacio es bonito, rodeado por columnas y arcos. Su arquitectura de tendencia islámica nos resulta chocante al mezclarse con los rasgos hindúes de la gente y sus singulares vestimentas.
El Salón del Trono da pena. Se halla en lastimoso estado de conservación que nada tiene que ver con la grandeza del pasado. Se nota que hace falta dinero para un remozamiento.
También es llamativa la decoración del Salón de Baile, ahora convertido en museo. Expone estatuas de bronce y de piedra, aunque resulta inevitable fijarse en los detalles de sus paredes decoradas con esculturas de animales, las cuales vivieron tiempos más gloriosos.
Finalizada la visita y puesto que a mediodía cierran los monumentos, toca comer y descansar, como siempre en el hotel.
Palacio Thirumalai Nayakan de Madurai: Patio Swarga Vilasem
Palacio Thirumalai Nayakan de Madurai: Salón del Trono
Thirumalai Nayakan Palace de Madurai: Salón de Baile
Templo Meenaskshi Amman
Al Templo Meenakshi Amman nos dirigimos por la tarde en cuanto es hora de abrir (16:00). Prabhu nos aconsejó visitar este templo con guía para comprender su magnitud dentro del hinduismo y localizó a un amigo suyo para que nos acompañase. Quedamos muy satisfechos con las explicaciones del guía. La entrada es gratuita pero hay que pasar un exhaustivo cacheo policial para acceder. No se permite entrar con cámara, móvil o cualquier aparato electrónico, ni siquiera con pulsera o reloj electrónico. Las fotografías están estrictamente prohibidas.
Es un recinto enorme, uno de los templos más grandes de India y su interior hierve de actividad. Como ha llovido por la mañana, otra vez nos toca embadurnar los pies en el barrillo asqueroso que se mezcla con orina y excrementos. Esta gente sí que se gana el cielo, porque…. andar todos los días con los pies llenos de roña….Esa suciedad debe de permanecer impregnada en la planta del pie y no se quita con nada.
Los fieles acuden a recibir las bendiciones en este templo consagrado a Meenakshi, o sea, Parvati, esposa de Shiva. Los que no pagan tienen que soportar una cola kilométrica, seguro que al menos un par de horas. Los que pagan pasan por el “fast track” y en poco tiempo acceden al brahmán que los bendice. Por otra parte están las vacas, cuidadas en una especie de establo. Han sido donadas por gente pudiente a los sacerdotes. Los menos acomodados, simplemente compran hierbas para alimentar a las vacas y que así produzcan buena leche para los brahmanes.
Acompañados por el guía recorremos las estancias permitidas a visitantes. Hay que tener en cuenta que algunas capillas son de acceso restringido a hinduistas. Alrededor del gran estanque se detiene la gente, es un lugar bastante apacible.
Delante de los altares y de las pequeñas figuras de dioses se inclinan los fieles. Algunos se mueven compulsivamente, otros hacen flexiones tumbados en el suelo. Podría decirse que el templo ejerce también de lugar social.
Columnas, estatuas, pinturas……es una decoración tan recargada que resulta apabullante. Las 14 torres (Gorupams) exteriores lucen miles de estatuas en vivos colores. No era así originalmente, sino que la pintura se incorporó a finales del siglo XX. El templo original data del siglo VII y posteriormente fue reconstruido por cada una de las dinastías.
Todo es descomunal. La sala de las 1000 columnas es impresionante. Hay que pagar una pequeña aportación de 50 rupias para acceder a esta estancia. Ahora es museo de esculturas, aunque lo más extraordinario es el conjunto de columnas de piedra talladas con diferentes figuras.
Hoy nos hemos librado de selfies. Esto de prohibir fotografiar en el templo tiene sus ventajas.
Templo Meenakshi Amman en Madurai
Tras siete días en Tamil Nadu me he quedado con empacho de templos. Menuda saturación después visitar no sé cuántos templos de diferentes siglos y estilos arquitectónicos. Podemos decir que todos tienen en común el arte en piedra representado en montones de estatuas y relieves. Mañana nos vamos a disfrutar de la naturaleza de Kerala, de los verdes paisajes de sus colinas.
Mercado de Madurai
Finalizamos el día con un paseo por el mercado, como siempre rebosante de actividad nocturna.
Mercado de Madurai
Hotel en Madurai
Hotel JC Madurai. Es super-pijo, con muebles tallados y mucha gente elegante que asistía a celebraciones. Nos permitió comprobar el lujo que se gasta la alta sociedad india, luciendo vestidos y joyas como si fueran princesas.
Habitación estupenda, piscina, y servicio siempre pendiente de ti.
Con el restaurante quedamos muy satisfechos. Comimos buffet a mediodía, que estaba muy bueno, comida sabrosa, variada y bien preparada, y bastantes platos no picantes…Nos pusimos las botas y la verdad es que resultó excelente. La cena a la carta también estaba rica y bien preparada.
Hotel JC Madurai
ESTA ETAPA PERTENECE AL VIAJE: INDIA SUR- TAMIL NADU Y KERALA