Durante cinco días visitamos varios lugares de Kauai. Es esa isla verde de paisajes abruptos que hemos visto en varias películas. Cada isla del archipiélago de Hawaii es diferente. Puesto que se trata de una isla más antigua, en Kauai no hay paisajes volcánicos ni coladas recientes de lava, sino altísimos acantilados en la costa de NaPali, playas vírgenes (y otras no tanto) y sobre todo vegetación a raudales; por eso se conoce a Kaui como la “isla jardín”.
Kauai es uno de los lugares más lluviosos del planeta, y puedo asegurar que allí llueve de verdad. A finales de otoño nos asustaban los intensos chaparrones nocturnos. Nunca había oído llover así. Parecía que todo iba a salir volando con el viento, que todo terminaría inundado y que tendríamos que salir del bed and breakfast en zodiac. Afortunadamente, los días transcurrían más apacibles que las noches, aunque nos encontramos carreteras cortadas, senderos embarrados, cascadas marrones, ríos marrones, e incluso partes de océano marrón, impidiéndonos disfrutar de la isla en todo su esplendor.
Kauai promulga su naturaleza e incluso ha tomado medidas para mantener su espíritu verde, prohibiendo que ningún edificio supere la altura de los cocoteros. Su capital es Lihue, pequeña localidad situada al sudoreste de la isla, cerca del pequeño aeropuerto.
El clima de Kauai. La ley del coco
El Cañón de Waimea
Accedemos a los miradores del Cañón de Waimea siguiendo la carretera Waimea Canyon Drive, que parte de la localidad de Waimea al sudoeste de la isla. En esta población desemboca el río Waimea y fue el primer punto al que arribó el Capitán Cook. Sin duda, este profundo cañón es uno de los paisajes más representativos de la isla de Kauai.
Es un paisaje labrado por el discurrir del tiempo, por la insistencia del río Waimea que ha ido erosionando las capas del terreno. Desde distintos miradores, como el Iliau Nature Lookout, el Waimea Canyon Lookout y el Puu Hinahina Lookout, contemplamos ahora en silencio y soledad este rincón del mundo pintado en rojo y verde.
Varios senderos, que observamos enfangados, descienden a la profundidad del cañón de Waimea, pero nosotros nos contentamos con observarlo desde los miradores. Sólo recorrimos un tramo corto de senderos en las inmediaciones de un mirador, permitiéndonos apreciar espectaculares panorámicas.
Cañón de Waimea, uno de los lugares de Kauai de visita obligada
Kokee State Park y Kalalau Lookout
La carretera del Cañón de Waimea se transforma hacia el norte en la Kokee Road. Por ella conducimos hasta nuestro siguiente destino, el Kalalau Lookout. Es difícil describirlo. Es un mirador impresionante. Durante la hora que pasamos allí, presenciamos un espectáculo diferente cada 3 minutos. Por momentos, la niebla ocultaba toda la costa. Pero a continuación se despejaba y nos regalaba una panorámica realmente asombrosa. Me pareció tan bonito que no me habría importado quedarme el día entero.
La visión de los acantilados de Napali, emergiendo a los lados del inaccesible valle Kalalau te corta la respiración. Ahora es uno de los deshabitados lugares de Kauai, pero antiguamente el Kalalau Valley estuvo habitado por los indígenas.
Este lugar pertenece al Kokee State Park, el cual cuenta con varios senderos para internarse en sus entrañas. El fondo del parque se conoce como Alakai y es un lugar de extrema humedad, de dificilísimo acceso debido a que los senderos que conducen hasta allí son un auténtico lodazal.
Una espesa vegetación es el hogar de numerosas especies de fauna, muchas de ellas endémicas de este Parque Estatal.
Nosotros recorrimos un tramo del Pihea Trail. Este sendero parte cerca del Kalalau Lookout y discurre entre la espesa vegetación de la jungla tropical, abriéndose vistas a la costa de vez en cuando Es como caminar por un jardín botánico salvaje. No llegamos a completarlo puesto que el suelo estaba muy resbaladizo y embarrado.
Kalalau Valley, uno de los impresionantes lugares de Kauai
Napali Coast en barco
Los acantilados de la costa de Napali son otro de los lugares de Kaui que no se olvidan. Por tierra son muy inaccesibles, dado su escarpado relieve. Las carreteras de la isla se cortan por el norte justo a ambos lados de los acantilados, y ese tramo entre ambas carreteras sólo se puede recorrer a pie acampando durante la noche.
Más cómodas, aunque menos íntimas, existen otras alternativas para contemplar esta fantástica costa: por el agua o por el aire. Debido al mal tiempo, los vuelos escénicos de avionetas o helicópteros estaban interrumpidos durante nuestra estancia, o sea que nos quedaba la opción del barco.
Elegimos la excursión en un yate pequeño. No sabíamos si la mala mar nos permitiría llegar al destino. “Very exciting” definía el capitán del yate la navegación que nos esperaba al poco de partir de Port Allen. Y no se equivocaba. El yate era una cáscara de nuez en el océano, enfrentándose a las olas que nos pasaban por encima. Menos mal que la pericia del capitán mantenía la nave a flote.
“Atención, que tal vez podremos avistar ballenas” anunciaba también el capitán. Efectivamente, era ya la época de llegada de ballenas a las costas de Hawaii, aunque nosotros no las veríamos en esta ocasión, sino en Big Island.
Tras navegar por la costa sur de Kauai, viramos al norte para dirigirnos a Napali. Contemplamos la extensa y virginal playa Polihale como preámbulo de costa salvaje. A Polihale Beach es posible llegar en coche por una pista de tierra con profundos agujeros. Tal vez en otra época del año sea posible recorrer esta pista sin 4×4. Pese a que un día lo intentamos con nuestro coche, no nos resultó posible avanzar.
Nos emocionamos en cuanto nuestra vista empieza a alcanzar los acantilados. ¡Qué bonito! Un paisaje desgarrado en rojizos, anaranjados, verdes, con profundos surcos, elevadas paredes, y que de vez en cuando ampara alguna pequeña cala totalmente inaccesible.
Na Pali Coast en barco
Playa Polihale
Atardecer desde el yate
Napali Coast a pie. Kalalau Trail
Recorrer la Costa de Na Pali a pie es una experiencia que uno no debe perderse en Kauai. La travesía completa de Kee Beach a Kalalau Beach (35 Km ida y vuelta) requiere un par de días acampando la noche intermedia en la playa de Kalalau, situada al final de la ruta lineal. En cualquier caso, es posible realizar un tramo más corto del Kalalau Trail de ida y vuelta en el día. Para ello debemos tomar la carretera del norte hasta que finaliza en Kee Beach. En esta playa de idílico aspecto los gallos corretean por la arena y los cocoteros aportan una ansiada sombra para refugiarse del sol tropical.
Existe amplio aparcamiento y señalizaciones del inicio de la ruta de senderismo. Aunque sensiblemente resbaladizo y húmedo, logramos avanzar por el sendero que comienza ganando altura para otorgarnos vistas de la playa de Kee. En poco tiempo alcanzamos sensacionales panorámicas hacia los acantilados de Napali. Precisamente “pali” significa acantilados en la lengua indígena. Es un lugar de leyendas, como la de los “menehune”, diminutos individuos que se creía que habitaban estos escondidos rincones antes de la llegada de los polinesios.
Aunque ayer estuvo cortado el acceso al norte en el puente de Hanalei debido a inundaciones, hoy hace un espléndido día.
El sendero desciende entre vegetación tropical hasta la playa de Hanakapiai. Es un buen lugar para descalzarse y notar la llegada de las olas a la arena.
A continuación se asciende a las cascadas Hanakapiai Falls. Más allá, el sendero continúa transitando los valles de Hanakapiai y Kalalau…….para aventureros (se necesita permiso de acampada). Para nosotros es momento de regresar para un cálido baño en la Kee beach.
Kee Beach
Kalalau Trail
Acantilados NaPali
Hanakapiai Beach
La costa sur de Kauai
Al sur se extienden los resorts turísticos en la costa más soleada de Kauai. Poipu es la capital playera por excelencia de Kauai. Su clima benigno propició que en la segunda mitad del siglo XX se construyeran hoteles en las tierras que ocupaban haciendas azucareras.
Hanapepe es una localidad curiosa. En las casas históricas de madera, en perfecto estado de revista, se han instalado galerías de arte y tiendas artesanales. La visitamos un día al atardecer, cuando la animación era agradable para recorrer sus calles y curiosear los cuadros que exhibían las tiendas de arte.
Playas y costa de lava se alternan en Poipu. Nos dedicamos a echar un vistazo a algunas de las playas. También a los Spouting Horn. Es una zona muy frecuentada y no es lo que buscábamos, por lo que nos alejamos, en busca de zonas más vírgenes.
Papá Noel hawaiano
Spouting Horn
Explorando sin rumbo y sin prisa los lugares de Kauai nos metíamos por pistas solitarias. Se nos ocurrió seguir el coche de unos hawaianos que parecían dirigirse a la costa. La pista finalizaba y sólo nos rodeaba vegetación. Escuchábamos las olas. Parecía que el mar estaba cerca, pero ningún camino era visible. Hasta que preguntando a los del otro coche nos indicaron un estrecho e imperceptible sendero entre la vegetación. Llegamos a una playa virgen y desierta, tanto que una foca estaba alumbrando un bebé sin que nadie las molestase. Ambas, unidas por el cordón umbilical permanecieron descansando sobre la arena mientras el oleaje batía sobre la blanca arena. Caminamos por la arena hasta el final de la playa. Desde las rocas de lava teníamos una excelente perspectiva de la playa, divisando el mar a un lado de la arena y la vegetación al otro. Seguimos caminando, explorando aquel territorio que no figuraba en la guía turística, y cuyo nombre desconozco.
Foca recién nacida
Rincones anónimos de Kauai
Este de Kauai. La costa del coco
Así es como se conoce la costa este de Kauia, la Costa del Coco, haciendo referencia a los numerosos cocoteros que pueblan los bordes de la costa. No son árboles nativos, sino que fueron plantados en el siglo XIX.
Hoteles y apartamentos copan esta costa, a menudo azotada por el viento. Y precisamente con viento nos recibe a nosotros. Los cocoteros se mecen sobre las playas de Kapaa y Wailua.
Desde Wailua parte una carretera que se adentra en el interior de la isla remontando el río Wailua, aunque otros lo hacen en kayak para explorar la Fern Grotto. Había llovido muchísimo y las cascadas se precipitaban con un caudal descomunal, arrastrando sedimentos que las teñían de color marrón. Son las Opaekaa Falls, visibles desde un mirador en la carretera. También el río Wailua descendía de color marrón y desde lo alto divisábamos cómo el mar se pintaba igualmente de marrón cerca de la desembocadura del río.
Llegaba un momento en no podíamos seguir más. Las inundaciones interrumpían la carretera.
La Costa del Coco. Playa de Kapaa
Kitesurf en la ventosa Costa del Coco
Río Wailua
Carretera inundada
Norte de Kauai
La carretera del norte permanece intransitable cuando llueve mucho. Se corta en Hanalei. Ocurrió durante nuestra estancia, por lo que tuvimos que informarnos previamente del estado de la carretera y buscar el día idóneo para poder visitar el norte y realizar un tramo del Kalalau Trail.
En el faro de Kilauea iniciamos este recorrido en coche por la costa norte de Kauai. El cabo Kilauea forma parte del Kilauea Point National Wildlife Refuge. Esta punta del noreste de Kauai es refugio de aves.
Había leído que desde el Hotel Princeville se divisan fabulosas vistas de la isla, así que decidimos acercarnos. Incluso nos atrevimos a entrar en el lujoso vestíbulo. Menudo lujo de hotel y de ubicación.
Otra de las imágenes típicas de Kauai es la que se obtiene desde el Mirador de Hanalei. Abajo están los campos de taro inundados, que dibujan verdes formas geométricas.
Varias playas se suceden en esta costa norte. Secret Beach, Anini Beach, Waioli Beach, Lumahai Beach, Haena Beach, Tunnels Beach, hasta llegar a Kee Beach donde finaliza la carretera. Paramos a echar un vistazo y dar un paso en las más salvajes, las cuales esteban prácticamente desiertas. Supongo que en verano la afluencia debe de ser bastante diferente.
Mirador de Hanalei. Campos de taro
Los gallos de Kauai
Eran domésticos en su día, traídos por los colonos, pero ahora son animales salvajes. Los gallos de Kauai vagan por la isla. Te los puedes encontrar en las playas, en los campos, buscando su propio alimento y viviendo libremente.
ESTA ETAPA PERTENECE AL VIAJE: HAWAII, 4 islas asombrosas