Durante seis días visitamos lugares de Big Island en Hawaii. Es la isla de mayor tamaño del archipiélago, donde la tierra está todavía “viva”. Los volcanes escupen lava, las playas se maquillan en diferentes colores, la vegetación tropical tapiza la costa este, el surf es una religión, y muchos lugares se convierten en santuarios para contemplar atardeceres.
En Big Island nació Kamehameha El Grande, personaje decisivo en la historia hawaiana. Fue el creador del reino de Hawaii en 1810 al lograr conquistar el resto de islas del archipiélago, unificando leyes y costumbres.
Al igual que en Maui, el contraste de paisajes es radical. Exhuberante vegetación en la lluviosa costa este, mientras que en la soleada y seca costa oeste se tuestan los bañistas en la playa, al mismo tiempo que los volcanes activos ocupan el interior de la isla. Sin duda, son los volcanes su principal atracción, englobados en el Parque Nacional de los Volcanes, aunque el resto de atractivos no es nada desdeñable.
Costa sudeste de Big Island
Hilo, la capital de Big Island
Nuestro vuelo recaló en Hilo, la capital de Big Island, donde pasamos la primera noche. Hilo es una pequeña ciudad de unos 40000 habitantes, situada en la costa este. Raro es pillar un día de sol en esta zona, que habitualmente condensa los vientos alisios provocando precipitaciones.
Mi impresión era la de encontrarme en un asentamiento lejano y casi provisional, como si sus habitantes hubiesen construido de forma improvisada, pensando que tal vez no permanecerían mucho tiempo en este lugar. Y quizás en esta percepción tenga algo que ver la historia reciente de la ciudad. Un par de tsunamis arrasaron la ciudad durante el siglo XX, y por ello fue reconstruida un poco más hacia el interior, a salvo del efecto devastador de las olas. Precisamente, al conocimiento sobre los tsunamis le han dedicado un museo en Hilo, el Museo de los Tsunamis del Pacífico, emplazado en el edificio histórico del First Hawaiian Bank: http://www.tsunami.org/index/index.html
En Hilo me llamaron la atención algunas tiendas con secciones especializadas en determinados productos, como una que tenía una completísima exposición de legumbres.
Expositor de granos en una tienda de Hilo
Aunque no hay mejor sitio para conocer los artículos locales que el Farmer’s Market de Hilo. Por este mercado curioseamos un rato, indagando en los puestos que ofrecían frutas, verduras, legumbres, tejidos,….. un sinfín de productos tropicales, algunos de los cuales eran nuevos para mí.
Taro en el Farmer’s Market de Hilo. El taro es el cultivo básico tradicional de los hawaianos.
Un lugar que desprende cierto aire romántico en Hilo es el rincón japonés en los Liliuokalani Gardens. Estos jardines encierran la sutileza de la ornamentación japonesa en forma de pequeños puentecillos, pagodas, toris o estanques en el entorno de los cuidados jardines.
Alrededores de Hilo. Akaka Falls State Park
Las abundantes lluvias que caen en la costa este de Big Island favorecen el crecimiento de exuberante vegetación tropical. Un buen lugar para comprobarlo es el Parque Estatal Akaka Falls, que se localiza a unos 25 Km de Hilo. El parque dispone de senderos para inmiscuirse entre la vegetación tropical y de miradores para disfrutar de las cascadas de Kahuna y de Akaka. Es otro de los lugares de Big Island que conocimos en nuestro viaje a Hawaii.
Los colores de orquídeas, heliconias y diversas flores rompen la homogeneidad del verde penetrante de la selvática flora. Las cascadas más llamativas son las Akaka Falls, cuyo chorretón de agua se despeña desde 130 m de altura entre la tupida vegetación.
Aunque el Akaka Falls State Park era nuestro destino, no merece la pena ir por el camino más corto. Nosotros tomamos la desviación al Pepeekeo Scenic Drive, un tramo de carretera escénica que se arrima a la costa por Onomea Bay. Es un tramo de 6 Km por la Old Mamalahoa Highway que tiene un poco de todo y requiere ser degustada tranquilamente: costa de lava, vegetación selvática, cascadas……..
Podemos divisar Onomea Bay desde algunos puntos de la carretera. Y también es recomendable parar en el Hawaii Tropical Botanic Garden, espléndidos jardines botánicos que albergan diversas plantas tropicales.
Parque Nacional de los Volcanes
Sin duda, el Parque Nacional de los Volcanes es la principal atracción de Hawaii, y lugar que para muchos justifica por sí sólo una visita al lejano archipiélago. El Hawaii Volcanoes National Park fue constituido en 1916 y ocupa una amplia extensión del sudeste de Big Island. La lava que no cesa de fluir del volcán Kilahuea es la gran estrella, y de vez en cuando, la naturaleza se encarga de aderezar el espectáculo con las llamativas explosiones que emanan del volcán. Big Island es una isla viva, que no para de moverse y de crecer al solidificarse la lava cuando llega al mar.
En las creencias populares hawaianas, todo esto es motivado por la diosa Pelé, diosa del fuego y de los volcanes.
Hawaii Volcanoes National Park
Diversas actividades se pueden realizar en el Parque de los volcanes:
- Rutas en coche (de hecho, presumen que el Kilahuea es el único volcán activo del mundo al que se puede llegar en coche), especialmente la escénica Crater Rim Drive, con paradas en miradores o puntos representativos.
- Caminatas por los volcanes, de diversas dificultades y duraciones. Incluso es posible acercarse a veces a la lava incandescente en excursiones guiadas.
- Vuelos en helicóptero para ver el espectáculo de la tierra viva desde el aire.
- Excursiones en barco para acercarte a la costa y ver cómo cae la lava incandescente al mar como si fueran cascadas de fuego. Tiene que ser impresionante, y era mi principal prioridad. Pero, qué mala suerte, que esos días cancelaron los barcos por mala mar.
- Charlas y exposiciones en el centro de interpretación.
Lo mejor del Volcanoes National Park es que no sólo podemos ver lava reciente, emanaciones gaseosas o borboteos, sino que además podemos caminar por esos lugares extraterrestres. Es lo que hicimos al recorrer la caldera del Kilauea Iki. Se trata del Kilahuea Iki Trail. Aunque a menor escala, recuerda al Piton de la Fournaise. Resulta sorprendente el contraste de la verde vegetación que envuelve el cráter, frente a la desolación del suelo de la caldera que recorremos de un extremo a otro. Descendemos por el bosque tropical, caminando entre helechos arbóreos. Una vez alcanzado el fondo de la caldera, avanzamos sobre lava del siglo XX, y todavía observamos emanaciones gaseosas brotando de la tierra. Notamos el calor de la lava cuando la tocamos. Parece que cruje bajo nuestros pasos y que el cráter se va a hundir todavía más de uno momento a otro. En 2 ó 3 horas se realiza esta caminata.
Caldera del Kilahuea Iki, uno de los más destacados lugares de Big Island
Kilahuea Iki Trail
Muy cerca está el gran Tubo de Lava Thuston. Por su interior fluía la lava. La burbuja debía de ser impresionantemente grande, ya que el espacio que ha quedado horadado tiene hasta 6 metros de altura. Ahora está acondicionado con iluminación, por lo que puede ser recorrido cómodamente dadas sus holgadas dimensiones.
Otro cortísimo sendero que recorrimos es el Devastation Trail, que transcurre entre coladas de lava de 1959, arrasando la vegetación que encontraron a su paso.
Devastation Trail en el Parque Nacional de los Volcanes de Hawaii
Los Sulphur Banks exigen otra parada. El azufre se acumula, y su color amarillo otorga una distinción particular al entorno. Lo malo es el olor azufrado y picante.
Sulphur Banks
Miradores del Volcanoes National Park
Saliendo del recinto del Parque Nacional nos dirigimos a Kalapana al atardecer para intentar acercarnos a la lava incandescente. Kalapana se sitúa en la costa y toda la zona es una superficie de lava reciente. Se puede caminar sobre la lava y llegar hasta las actuales erupciones. Para apreciar el rojo incandescente hay que hacerlo al oscurecer, lo que implica regresar en total oscuridad………….hay que llevar linternas. Aunque intentamos hacerlo dos días por libre, no conseguimos llegar hasta el flujo de lava ardiente……….. El segundo día nos lo impidieron unos guardias por actividad volcánica demasiado alta y riesgo para la salud debido a las emanaciones de gases. Tal vez sea mejor contratar los servicios de una excursión guiada.
Cordales de lava en la costa de Kalapana
Cascadas de lava hacia el mar en la costa de Kalapana
Información de la situación actualizada del Kilauea: https://volcanoes.usgs.gov/volcanoes/kilauea/elevated.html
Green Sand Beach
Esta hermosa, remota y peculiar playa es otro de los lugares de Big Island que hay que conocer. Aunque actualmente se conoce más por como Green Sand Beach, realmente su nombre originario es Papakōlea Beach. El color verde de la arena de esta playa se debe a su composición volcánica. Se trata de cristales de peridoto, una variedad de olivina, expulsados hace varios milenios por un cono volcánico. Es una playa muy llamativa, tanto por el color de la arena como por su ubicación entre acantilados. Además, sólo se puede llegar a pie o en 4×4, lo que acrecienta la sensación de encontrarte en un lugar singular.
Costa sur de Big Island
Para llegar hasta la Green Sand Beach nos dirigimos en coche a Kalae, en el extremo sur de Big Island. Es un lugar desolado, en el que el viento impide que crezcan árboles. Aunque intentamos seguir en nuestro 4×4 (al parecer, ahora está prohibido circular), el camino era tan malo que avanzar se convertía en una pesadilla. Así que, decidí bajarme del coche y continuar a pie. Excelente decisión, porque la caminata me resultaba encantadora, disfrutando de la brisa marina y del paisaje costero.
Green Sand Beach o Papakōlea Beach en Big Island
Punaluu Black Sand Beach
Sobre las negras arenas de la Black Sand Beach golpea el azul del Océano Pacífico. Esta playa se sitúa al sur de Big Island, cerca de Pahala. Se puede llegar hasta la playa en coche, por lo que es un lugar bastante popular. Los bañistas se tumban a la sombra de los cocoteros mientras observan el oleaje o leen algún libro. Paseando por la playa nos tropezamos con unas cuantas tortugas, que, ajenas a los visitantes, buscan su espacio para descansar sobre la arena.
Punaluu Black Sand Beach, en el sur de Big Island
Punaluu Black Sand Beach
El café de Kona y la Bahía Kealekekua
Los cafetales se cultivan en los terrenos de la costa de Kona, la costa oeste de Big Island. Su clima suave favorece el desarrollo de este cultivo, y el café de Kona ha adquirido tanto prestigio que se considera uno de los mejores del mundo. Es posible visitar algunas plantaciones de café y degustar la aromática bebida, preparada forzosamente en una cafetera tipo kona.
Cafetera kona
Pero en la costa de Kona no sólo hay cafetales. Playas y bahías se salpican, invitando al baño a nativos o visitantes. Surf, buceo, snorkel, kayak, son actividades habituales en sus cálidas y turquesas aguas. Aunque si alguna actividad ostenta la medalla de oro es la contemplación de las puestas de sol sobre el mar. Me encantaban esos momentos en los que todo se paraliza en la isla y la gente acude a las playas a disfrutar del atardecer.
Notable lugar es la Bahía de Kealekekua, lugar en el que falleció el capitán Cook, histórico navegante que recorría el Pacífico en busca de nuevos territorios. En realidad, su primer desembarco fue pacífico en la playa de Napo’opo’o Beach. El capitán Cook y sus tripulantes convivieron durante unos cuantos días con los nativos, que los recibieron con todos los honores. Sin embargo, la acogida no resultó tan hospitalaria en su segundo desembarco. Los nativos ya no estaban dispuestos a compartir sus manjares, y tras varios desacuerdos la emprendieron a puñaladas contra el explorador británico.
Hoy en día, esta bahía acoge una rica vida marina y es lugar destacado de buceo y snorkel. También es habitual recorrerla en kayak.
Napo’opo’o Beach en la Bahía de Kealakekua
Embarcación tradicional hawaiana
Puuhonua O Honaunau National Historical Park
Puuhonua es el principal de los lugares históricos y espirituales de Big Island. Es un recinto visitable que se emplaza en una resguardada ensenada de la costa de Kona. Consta de algunos edificios con techo de paja y llamativas esculturas de madera que muestran sus dientes como queriendo intimidarnos.
Al parecer, antiguamente los sacerdotes realizaban ceremonias en este lugar. Buena ubicación eligieron, al borde del mar. También era el lugar donde habitaban los antiguos gobernantes. Y además era considerado un lugar de salvación para los condenados a muerte, aquellos que infringían las estrictas normas que estaban establecidas en aquellos tiempos, llamadas karpu. Si los condenados conseguían llegar a Puuhonua quedarían indultados de sus condenas……….aunque alcanzar este sitio no era nada fácil.
Me pareció un rincón agradable, no sólo para conocer la cultura tradicional hawaiana, sino también para pasear por la costa de lava frecuentada por tortugas. También a los nativos debe de gustarles este sitio, más allá de su significado espiritual, pues aprovechan para pescar, para bañarse o hacer picnic al otro lado de la ensenada. Incluso algunos se instalan para construir artesanalmente canoas tradicionales de madera.
Recinto arqueológico Puuhonua O Honaunau National Historical Park
Tortugas marinas en la costa de Puuhonua
Siguiendo ballenas en el norte de Big Island
Uno de los momentos más emocionantes en Big Island ocurrió al descubrir una ballena en el mar desplazándose paralela a la costa. Conducíamos por el norte de la isla……….., casi podríamos decir por el remoto norte, porque la carretera estaba de lo más solitaria. Algo emergía en el mar y volvía a sumergirse. Aquel surtidor de agua no dejaba duda, se trataba de una ballena que salía a respirar emitiendo su chorro.
La ballena avanzaba en la misma dirección que nosotros…… hacia el norte. La escasa vegetación de esta zona norte de la isla permite un amplio panorama sin obstáculos, y la ballena seguía allí cada vez que mirábamos. Nos detuvimos unas cuantas veces para poder contemplar mejor la magnitud del animal y sus movimientos.
Una de las paradas tuvo lugar en el Lapakahi Historical Park. Se trata de un recinto arqueológico que me dio sensación de estar bastante desaliñado. Encontramos construcciones tradicionales con techos de paja, aunque nosotros no perdíamos de vista a la ballena.
Pololu Valley
Al noreste de Big Island, la costa pega unos quiebros para formar abruptos acantilados. Conforman un paisaje precioso, aunque bastante inaccesible. Pero sí que es posible llegar a cada uno de los extremos de este tramo conocido como Costa de Hamakua y admirar el paisaje. Se trata de Pololu Valley a un lado y de Waipio Valley al otro. En ambos lugares hay miradores que permiten contemplar la costa de acantilados. Además se puede bajar hasta el fondo del valle para acercarse al mar.
No nos alcanzaba el tiempo para conocer ambos lugares de Big Island y sólo visitamos Pololu Valley. Para llegar hasta allí debemos tomar la carretera 270 que bordea la costa este desde Kona y después la costa norte de Big Island. Al borde de la carretera se sitúa el Pololu Valley Lookout, excepcional punto panorámico hacia esta hermosa costa. Pero no nos conformamos con verlo desde arriba, sino que tomamos el sendero que desciende hacia el fondo del valle, y que no requiere más que unos pocos minutos a pie. En la playa de arena negra baten las olas, mientras que la bruma envuelve las montañas que llegan hasta el litoral.
Mirador de los acantilados de Pololu Valley
Vista de la playa negra de Pololu Valley
Playa negra de Pololu Valley
Pololu Valley
Mauna Kea, nieve hawaiana
Mauna Kea y Mauna Loa son los nombres de los mayores volcanes de Hawaii. Ambos superan los 4000 m de altura, e incluso se considera que el Mauna Kea es la montaña más alta de la tierra si se mide desde su base, situada en el fondo del océano. Lo que ocurre es que su mayor parte se ubica bajo el mar, más de 5000 m son submarinos.
A la cima del Mauna Loa sólo se puede subir a pie en una excursión de varios días. Nos apetecía investigar el entorno de las laderas del volcán y tomamos la carretera que asciende hasta unos 2000 metros. No hay vistas, sino que lo que conseguimos es ver cómo las laderas han sido colonizadas por la vegetación. El Mauna Loa es un volcán activo, aunque sus erupciones no son frecuentes.
En cambio sí que se puede llegar en coche a la cima del Mauna Kea (4205 m). Ya sea al amanecer, al atardecer, o durante el día, es una de las excursiones más populares de Big Island. Nosotros accedimos desde la costa de Kona, aunque también se puede llegar desde Hilo, ya que el volcán se sitúa en el centro de la isla, y una carretera lo recorre de costa a costa. Por ejemplo, hay unos 65 Km desde Hilo y unos 100 Km desde Kailua-Kona.
Vista del Mauna Kea desde la carretera de acceso
A unos 2800 m de altura se sitúa el Centro de Visitantes del Mauna Kea: http://www.ifa.hawaii.edu/info/vis/
Aconsejan hacer una parada en estas instalaciones para aclimatarse a la altitud, ya que en un par de horas vamos a subir del nivel del mar a más de 4000 m. Como había un telescopio que permitía acercar tu vista al sol, nos resultó entretenida la espera.
Finalmente se sube a la cima por una pista de tierra en pronunciada pendiente, lo que requiere conducir con cuidado. El paisaje volcánico nos envolvía. Observábamos diversos conos rojizos o marrones y extensos campos de ceniza volcánica.
Paisaje volcánico del Mauna Kea, uno de los lugares de Big Island imprescindibles
La cima del Mauna Kea alberga observatorios astrofísicos dotados de telescopios gigantes, el más famoso es el telescopio Keck. Yo me anoté en un listado cuando lo visité y todavía sigo recibiendo boletines informativos astrofísicos por email. El cielo de esta zona de Hawaii es tan limpio, seco y nítido que permite una observación astronómica superlativa.
Quizás resulte raro, pero en nuestro caso pisamos nieve en la cima del Mauna Kea, por algo su nombre significa “Montaña blanca”.
Cima del Mauna Kea. Al fondo, el Mauna Loa
Costa de Kohala
Los atardeceres son toda una ceremonia en Hawaii y los mejores lugares de Big Island para disfrutarlos están en la costa de Kohala, al noroeste de la isla. Y es que esta zona es muy soleada, en contraste con las nubes que abundan en la costa este.
Varias playas primorosas se extienden en esta costa, como Mauna Kea Beach o Hapuna Beach, bastante habituales de turistas. Aunque es posible encontrar otros rincones en los que compartes intimidad con los nativos, quienes apuran las últimas horas de la tarde surfeando olas o simplemente contemplando la puesta de sol.
Playa en la Costa de Kohala
Surfeando al atardecer en la costa de Kohala
Atardecer en la Costa de Kohala
ESTA ETAPA PERTENECE AL VIAJE: HAWAII, 4 islas asombrosas