Dedicábamos nuestro último día de estancia en Huaraz a visitar el Museo arqueológico, el mercado, y la Laguna Wilcacocha. Nada más despertarme, ya me estaba dando pena marcharme de Huaraz. Aunque fea y desordenada ciudad, me había acostumbrado a levantarme por la mañana observando las montañas nevadas, y a contemplar el atardecer sobre ellas cada tarde.
El mercado central de Huaraz ebulle a cualquier hora, y más por la mañana. Todo tipo de artículos lucían colorido en los interminables puestecillos, tanto interiores como exteriores. Sacos de azúcar, de trigo, de arroz, pollos descabezados, textiles, baratijas………….la muchedumbre desfilaba dejando sus miradas en cada uno.
En combi al Puente de Santa Cruz
Junto al mercado parten las combis que paran en el Puente de Santa Cruz, punto de inicio de la caminata a la laguna Wilcacocha. Era toda una experiencia viajar apretujados en la furgoneta, disputando una ración de oxígeno con mujeres mayores vestidas con incontables prendas y adornadas por esos sombreros tan elegantes. No consigo imaginarme cuánto tiempo deben de dedicar para vestirse. En cambio, las más jóvenes se dejaban llevar por la moda internacional, luciendo vaqueros desgastados.
En la combi fue donde conocimos a Hugo, oriundo de Huaraz que se ha ido a vivir a la montaña buscando mayor tranquilidad y menos corrupción.
El río Santa recorre todo el Callejón de Huaylas. Así se denomina el valle que se interpone entre la Cordillera Blanca y la Cordillera Negra. El Santa nace en la Cordillera Blanca, y hasta su desembocadura en el Océano Pacífico riega muchos pueblos del valle.
Sendero de subida a la Laguna Wilcacocha desde Puente Santa Cruz
Una vez cruzado el río por el Puente de Santa Cruz, nos dirigimos ladera arriba hacia lo alto del cerro, en la Cordillera Negra, donde se sitúa la laguna Wilcacocha. Hugo nos guiaba por caminos de pobladores mientras compartíamos conversación. Como esta caminata discurre fuera del Parque Nacional, no se paga entrada……..de momento.
La subida no cesa desde los 3100 m al lado del río hasta los más de 3700 m a los que se emplaza la laguna.
Los campesinos que nos encontrábamos durante todo el camino convertían estos lugares en un paisaje viviente.
La aldea de Santa Cruz se desperdiga por toda la ladera. Sus viviendas son humildes, aunque, poco las usan……… sólo para dormir. En realidad, su casa es la montaña, y al aire libre desarrollan cualquiera de sus tareas cotidianas: coser, lavar, arar………
En la aldea no falta su escuela, anexa a una gran cancha deportiva en la que los niños jugaban un partidillo. Creyéndose artistas de cine, ofrecían posados a cambio de dinero…….Qué descaro.
Laguna Wilcacocha
Las cumbres de la Cordillera Blanca se asomaban cada vez más, conforme ascendíamos. Imponentes eran las vistas desde la laguna Wilcacocha, y me daba cuenta de que me había equivocado totalmente. Y pensar que yo no había previsto hacer esta ruta, porque no me entusiasmaban las fotos que había visto de la laguna. ¡Cuánto me equivocaba!
Laguna Wilcacocha
En las tranquilas aguas se daban cita un buen número de aves que huían en cuanto me acercaba. Ovejas, cerdos y burros pastaban en las orillas.
Hasta la laguna Wilcacocha llegan las casas de adobe. Y las vistas eran…………una barbaridad………..no me lo esperaba. Kilómetros y kilómetros de Cordillera, de picos nevados desde donde se descolgaban glaciares que podíamos apreciar con nitidez. Y esta bella estampa estaba viva, animada de vida andina.
Las técnicas tradicionales eran las únicas que usaban los campesinos, arado o azada en mano. Toda la familia contribuía, aunque por turnos. Mientras unos trabajaban, otros descansaban, y después, se daban el relevo. Estos trajes andinos son de los más vistoso, y los sombreros nunca faltan………..el sol es abrasador en la cordillera tropical más extensa del mundo.
Vistas desde la Laguna Wilcacocha
Tantos picos nevados, y las laderas convertidas en campos de cultivo, desperdigadas casitas……La realidad demostraba mi error. Es una caminata muy bonita y bastante fácil. Quizá es el mejor mirador natural hacia la Cordillera Blanca.
Vistas desde la Laguna Wilcacocha
Sendero de descenso de la Laguna Wilcacocha
En combi de Huaraz a Yungay
De nuevo combi para volver a Huaraz……….¡son un infierno!
Enormes zumos de frutas, mango y papaya, una merienda sabrosa que nos regalábamos antes de despedirnos de Huaraz, porque nos vamos a Yungay a pasar las próximas 2 noches para visitar el sector norte del Parque Nacional Huascarán. En realidad, todos los días nos vitaminábamos con al menos un par de jugos de frutas, que siempre, siempre, estaban deliciosos.
Recogida de maletas, y taxi a la parada de combis a Yungay. Isabel, la recepcionista del hotel La Suiza Peruana, de Huaraz, había sido una gran ayuda para organizar nuestras excursiones. Tanto si preferíamos taxi, combi, o grupo organizado, siempre nos lo resolvía de inmediato.
No hemos tenido que usar el comodín de las ruinas de Chavín de Huántar, que guardábamos por si algún día se presentaba lluvioso.
Alocado conductor el de la combi a Yungay, que se debía de creer en un parque de atracciones. Con impresionantes vistas a la mole del Huascarán, que por la tarde brillaba efusivamente con el blanco más blanco imaginable, bajo un cielo azul intenso. Lástima no haberle hecho una foto. Mareados y acalorados, pero llegar, llegamos.
Ya en Yungay, aquella moto-taxi que pillamos en la terminal de combis apenas subía las cuestas…….por momentos pensé que tendríamos que bajarnos a empujar.
Al instante notábamos la menor altitud de Yungay. A 2500 m de altura, la nariz se desatasca y el aire entra mejor.
Track de la ruta a la Laguna Wilcacocha
Descargable para GPS: es.wikiloc.com/wikiloc… d=11902867