En la isla de Sao Vicente nos quedamos día y medio, y me hubiera sobrado un día. Lástima no haberlo aprovechado en Santo Antao. La isla de Sao Vicente es pequeña, y su paisaje desértico y desolado no incita al asombro. Mindelo, Monte Verde y Baía das Gatas son sus principales puntos de interés.
Monte Verde
El día amanece nublado y fresco en la isla de Sao Vicente. Ya es raro. De todas formas, después de localizar una tienda de música donde comprar unos cuantos discos de artistas caboverdianos, no desistimos de intentar subir al Monte Verde. Con 750 m de altura, es el punto más alto de la isla y se accede por una carretera adoquinada. Llegamos a la cima en un periquete en el taxi que nos llamaron desde el hotel.
Pero, las sospechas se convertían en realidad. Todo está tapado por las nubes e incluso hace fresco. Pensábamos senderear por Monte Verde, pero así no tiene sentido. En días despejados se puede divisar una amplia panorámica de la isla de Sao Vicente.
Lo intentamos de nuevo al día siguiente. El cielo estaba mucho más despejado y queríamos intentar de nuevo conseguir las vistas desde Monte Verde. En el mismo taxi de Carlos realizamos la tentativa por la carretera adoquinada. Pero, allí estaban instaladas permanentemente las nubes y sólo permitían apreciar una panorámica parcial.
Vistas desde Monte Verde
Baía das Gatas
En taxi seguimos por la carretera que bordea la Baía das Gatas hasta llegar a Calhau. El arco de Baía das Gatas está ocupado por una extensa playa salvaje. En cada extremo se sitúa un pueblo de pescadores, Calhau a un lado y el pueblo Baía das Gatas al otro.
En Calhau nos despedimos del taxista (2500 CVE) para emprender un paseo de casi 10 Km a lo largo de toda la playa. El cielo nublado invita a pasear contemplando el oleaje furioso. La playa es sorprendente, en blanco y negro. Las blancas arenas voladoras procedentes del Sahara se han amontonado formando dunas, que contrastan con la lava negra de origen volcánico. Diversos conos volcánicos circundan el solitario paisaje. Curiosas son también las formaciones de arena endurecida que casi se han convertido en rocas erosionadas. Unas dos horas y media tardamos en recorrer la playa de Baía das Gatas, con tiempo para fijarnos en los detalles.
Qué sorprendente es que en los áridos campos no sobrevive nada, y en cambio crecen plantas sobre la arena de la playa. Bueno, en realidad sí que hay terrenos cultivados en la isla de Sao Vicente. Nos contaban que cuando llueve, los agricultores acuden a Monte Verde para sembrar sus parcelas. En otras épocas, su agricultura de subsistencia pervive en un valle protegido que antaño recibía riego de viejos pozos y ahora lo recibe de una planta desalinizadora. Es también desalinizada el agua corriente de uso doméstico, puesto que en la isla no existen corrientes de agua dulce.
En el pulcro pueblo playero de Baía das Gatas encontramos un restaurante animado. Se llama Take Away, donde se mezclaban turistas con nativos. El pulpo grelhado no estaba tan bueno como el nuestro.
El oleaje se calma al final de la bahía. Es un recodo muy tranquilo y adecuado para bañarse, aunque la fresca temperatura del día no anima al baño. En agosto de cada año es escenario de un festival de música internacional que congrega a multitudes caboverdianas y extranjeras. El festival de Baía das Gatas es la fiesta más relevante de Cabo Verde.
No es fácil encontrar transporte por aquí. Sin embargo, tenemos suerte y pillamos un taxi frente a la playa para regresar a Mindelo.
Mirador de la playa de Baía das Gatas en la isla de Sao Vicente
Puerto de Calhau
Conos volcánicos de Calhau
Playa de Baía das Gatas
Puerto de Baía das Gatas
MINDELO: Paseo marítimo y arquitectura criolla
La bahía de Mindelo ocupa un antiguo cráter hundido. Según nos comentaron, el puerto fue diseñado por los ingleses, como punto de entrada de carbón y de esclavos, fundamento de su floreciente comercio en aquellos tiempos. Los esclavos eran capturados en los países africanos, transportados a Cabo Verde y vendidos al mejor postor para trabajos forzados en las haciendas de Centroamérica y Sudamérica. Las islas eran un punto clave en el transporte marítimo entre Europa y América, y también con Asia en aquellos tiempos en los que todavía no se había abierto el canal de Suez. Los buques hacían escala y se aprovisionaban de carbón como combustible para sus máquinas de vapor.
La tarde de domingo no es en absoluto tercermundista en Mindelo. Las tiendas cierran, la gente descansa o pasea. Se nota que los portugueses han dejado su vena católica y siguen conservando el descanso dominical como mandamiento. La ciudad mira a Europa y casi parece estar en Portugal. Los edificios coloniales del centro están bien conservados y las calles bastante limpias (de hecho, vemos visto numerosas campañas de concienciación medioambiental), e incluso dispone de un agradable paseo marítimo y puerto deportivo. Pasear es también lo que hacemos nosotros, llegando hasta la playa urbana de Laginha. Unas cafeterías con impresionantes terrazas frente al mar nos quieren convencer de que estamos más en Miami que en África. Tanto oriundos como visitantes aprovechan esta playa como espacio de esparcimiento. Algunos se bañan, otros se refrescan en las terrazas, o bien pedalean en bicicleta. Hay quien prefiere practicar gimnasia, o simplemente sentarse a descansar y esperar que pase el tiempo. También contemplar la puesta de sol es una de sus aficiones preferidas.
Mira que son dicharacheros y curiosos los caboverdianos. En cuanto ven que entiendes su idioma, les encanta pararse a charlar con los extranjeros y preguntar montones de cosas. Les gusta bailar o improvisar raps. Hay que llevar los ojos y los oídos abiertos, porque en cualquier rincón puedes encontrarte un baile improvisado.
Palacio do Povo en Mindelo
Arquitectura criolla en Mindelo
Playa de Laginha en Mindelo
Paseo marítimo de Mindelo
Puesta de sol en la Bahía de Mindelo
Mercados de Mindelo
El lunes por la mañana todos están en la calle en Mindelo. La animación es bulliciosa y pausada a la vez. No está de más darse una vuelta por los mercados locales, uno cubierto y otro descubierto. El mercado municipal interior se sitúa en la Rua Lisboa. El mercado exterior ocupa una amplia plaza cercana a la réplica de la Torre de Belém.
Venden productos del campo así como manufacturas. Por ejemplo, un hombre elaboraba cestos de palma en su puesto del mercado. Los frutos tropicales adornan los tenderetes: papayas, mandioca, ñame, verduras o legumbres, guardan un orden.
Monte Cara
Me despedí de Mindelo mirando hacia el Monte Cara. Es uno de los montes áridos y picudos situados en uno de los extremos de la bahía de Mindelo. Se pueden imaginar los ojos, la nariz, la boca………….. Desde un promontorio a las afueras de Mindelo se aprecia mejor. Pero, no sé……………. me parecía una cara anodina, nada que ver con los expresivos rostros de los caboverdianos. Aquellas sonrisas y aquellos ojos grandes mirándome son de los mejores recuerdos que me traigo de Cabo Verde.
Y nada más. Directos al aeropuerto de Sao Vicente para regresar a casa.
Bahía de Mindelo
Monte Cara en la Isla de Sao Vicente
Dónde comer y dormir en Mindelo (Isla de Sao Vicente)
Hotel Morenos Boutique, en Mindelo. Pequeño y céntrico hotel, y también pequeña habitación. Dispone de minibar, aire acondicionado, e incluso zapatillas de baño. Nos ayudaron en todo lo necesario, por ejemplo, comprándonos con antelación los pasajes para el ferry a Santo Antao.
Casa Café Mindelo: local animado, tanto para tomar algo como para cenar. Por la noche tocan músicos en directo. La comida no estuvo a la altura. Tal vez nos equivocamos al elegir platos: lapas, lulas gelhadas.
Restaurante Le Gout Grills: Enorme local con servicio muy lento. Van grupos de turistas y también gente local de clase acomodada. Música en vivo. Pescado al gril (esmoregal) , lomo de cerdo, todo con verduras y patatas.
Restaurante Nautilus: Cachupa rica, riquísimo plato típico caboverdiano. Es un potaje de garbanzos, alubias, maíz, carne, chorizo, verduras, y una salsa riquísima. Morena frita. Espetada de atún e serra. Pudim de queso con dulce de papaya.
ESTA ETAPA PERTENECE AL VIAJE: Cabo Verde. Senderismo y música
Fantastico blog¡¡¡ Aun estoy alucinando, llevo muchas horas leyendote.
Estoy pensando en Cabo Verde, bien para final de año o bien para febrero que el dia 25 es carnaval en Mindelo.
Descarto Sal Boavista etc,,, y Fogo con mucha pena tambien, pero es basicamente el volcan y hay otro vuelo por medio.
Asi que creo que me voy a ceñir a lo que hiciste. Que esta fantastico… y como has atado todo¡¡¡¡ Fabuloso. Unas preguntas….
Eres super senderista, que suerte que puedas con todo. Nosotras somos un grupo de mujeres, de entre 60 y 70 años con varios niveles de «andar». En Santo Antao, quizas la mas dificil , es la de Monte Trigo, la veo muy larga y con mucho desnivel….es fuerte no??? Como lo ves??? esta la veo para no hacerla.
El dia de Praia, que subiste a Tarrafal, hare lo mismo, me da tiempo a incluir Ciudade no????
Me cuesta pensar que es todo tan facil de solucionar alli, pero te hare caso. LLevare todo lo que pueda planificado desde aqui.
Te agradezco este magnifico blog. Veo que hemos estado en los mismos paises, excepto en Butan que yo no he estado.
He hecho algunos mas, xk soy bastante mas mayor que tu. Y aunque no escriblo blogs ni diarios, si que los tengo en privado… Cualquier pais en que te pueda echar una mano, cuenta conmigo….. Me ha venido a la cabeza que te gustaria Madagascar….
De bien nacido es ser agradecido, y te debo una¡¡¡ Mil felicitaciones.
Hola Marta, ¡qué bueno verte por aquí! Muchas gracias por tus comentarios.
Yo creo que Fogo debe de estar bien. Yo no tenía suficientes días, aunque no descarto volver en el futuro.
En Santo Antao, la caminata a Monte Trigo es larga si se hace ida y vuelta. No hay desniveles pronunciados, aunque sí son continuos sube y baja. Lo más duro es el sol (ni una sombra en todo el camino) y el calor que desprende el terreno volcánico. En otros meses del año hay posibilidad de regresar en barca desde Monte Trigo a Tarrafal, pero ello no suele ser posible entre enero y marzo porque hay demasiado oleaje. Si vais en otra época, podríais hacerla sin duda, pero en esos meses hay ese problema.
La caminata que sí que tiene mucho desnivel es la de Xoxo. Sin embargo ese valle es precioso. A mí me encantó. Habitualmente recomiendan hacerla en bajada, aunque yo prefiero subir y cansarme más que bajar y castigar las rodillas, que, con los años cada vez sufren más (y a lo mejor no me llevas tantos como piensas).
En Santiago pienso que tendréis tiempo de acercaros a Cidade. No madrugamos mucho ese día porque nuestro vuelo llegó tarde, o sea que madrugando un poco más entiendo que dará tiempo.
Madagascar me encantaría. Lo he pensado varias veces pero de momento nunca he podido encajarlo. Ojalá algún día.
Pregunta lo que necesites. Saludos