Un día más tomamos la RN3 para dirigirnos a las planicies elevadas, sufriendo el desesperante tráfico. Sin duda, la cara negativa de la Isla Reunión. Colas y parones están a la orden del día en cualquier carretera y a cualquier hora. Tráfico que sufrimos hasta Plaine des Cafres, donde nos desviamos a Bois Court para dirigirnos al mirador de Grand Bassin.
Mirador de Grand Bassin
Fabuloso es el mirador que hallamos al final de la carretera que pasa por Bois Court. Me encantan esas montañitas verdes que desafían al vértigo, deslizándose hacia los ríos que fluyen arrimados a ellas. En el fondo de la profunda garganta divisamos una pequeña aldea, y muy cerca, una cascada que, desde lo alto, se ve diminuta.
Mirador de Grand Bassin: Belvedere de Bois Court
Un paisaje de colinas que elevan sus copas hacia lo alto, ansiando buscar la luz, como manojos de montañas, mientras los ríos se contorsionan para fluir entre ellas.
¡Qué bonito! ¡Cuánto recuerda a Mafate y a su aislamiento! Resulta que otros ya lo han pensado antes, y Grand Bassin se conoce como “el pequeño Mafate”. Grand Bassin es esa pequeña aldea sin acceso por carretera, alejada del terrible tráfico de La Reunión. Se insinúa como un lugar encantador para explorar a pie.
Caminata a Grand Bassin
Parece increíble que exista un sendero para bajar hasta allí. Pero,………… existe. Excavado al borde del precipicio, habría puesto a prueba mi vértigo si no fuera por la vegetación encaramada a la pared, que protege mi mirada del abismo. Aunque, de vez en cuando, la vegetación se abre y podemos contemplar tan formidable panorama, como en esta ocasión en la que apreciamos cómo el barranco se abre hasta llegar a la costa.
La bajada no se interrumpe durante más de 700 metros de desnivel a lo largo de escalones y más escalones. Aunque nosotros sí que nos detenemos de vez en cuando para intentar captar cada detalle de tan extraordinario panorama.
Grand Bassin reposa en el fondo del valle, entra plataneras y exuberante vegetación tropical. Dispone de algunos alojamientos y chiringuitos que ofrecen comidas, y, …………. lo más importante…….. bebidas frías. Habría estado bien quedarnos una noche para explorar más la zona, como el sendero al Piton Bleu.
Desde lo alto, la cascada no se distinguía más que como un pequeño filamento colgado de un pequeño orificio. Pero una vez frente a ella, los pequeñajos somos nosotros. La potencia del chorro principal ambienta el escenario, mientras varios chorrillos menores hacen los coros, sobre una poza de azul intenso.
Todo lo que baja, sube, y tras las correspondientes bebidas frías en una florida terraza nos toca enfrentarnos a la interminable subida, que podría resultar mortífera si no fuese porque después de Mafate todo parecía pan comido, ahora que no cargábamos peso.
Atardecer en Cap Mêchant. Costa sur
Nuestro alojamiento para esa noche estaba en la costa sur, en Basse Vallée (Saint Philippe). Nos tocó de nuevo sufrir el tráfico lento, pero volvimos a encontrar la paz en Cap Mêchant.
Resulta una delicia pasear por el sendero costero de Cap Mêchant al atardecer, entre apuestos árboles de vacoa. Y contemplar la puesta de sol sobre el Océano Índico desde los acantilados de oscuro basalto, tapizados de mullida hierba, en un decorado negro, verde y azul.
Costa de basalto de Cap Mêchant
El sol de atardecer incluso es capaz de convertir en dorada la negra costa volcánica.
Atardecer en Cap Mêchant
Para comer y dormir en Basse Vallée:
Alojamiento: Pinpin D’Amour. Hospitalario dueño. Acogedora casa de huéspedes rodeada de árboles de vainilla. Desayunos como es habitual en Reunión, con mucho dulce; es una pasada tanta mermelada. Estuvimos muy a gusto.
Cena en Restaurante Warren Hastings. Dorada a la plancha acompañada de arroz, ensalada y palmitos. Bastante sabrosa para ser pescado de aguas cálidas.
Track de la ruta
https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=15596062
ESTA ETAPA PERTENECE AL VIAJE: Isla Reunión: trekking, coche y helicóptero