Gargantas del Dades en Marruecos

Gargantas del Dades MARRUECOS


En este itinerario recorreremos la carretera que parte de Boumalne Dades y se adentra en las Gargantas del Dadés ascendiendo en espirales. Nos asomaremos a miradores, descubriremos pueblos de barro y cultivos que se asientan cerca del río, así como formaciones rocosas que ha labrado la erosión, creando composiciones muy llamativas.

Ruta en coche por las Gargantas del Dades

Iniciamos la jornada en Tinghir y la finalizamos en Skoura. Partiendo de Tinghir, avanzamos por la carretera general hacia Boumalne Dades, que es llana y recta.

Los colores pintan el paisaje: rojizos a un lado, las negras siluetas del macizo montañoso del Saghro al otro, y manchas verdes de pequeños arbolitos en la tierra amarilla.

Al llegar a Boumalne Dades paramos en el mirador con vistas al valle del Dades. Las casas viejas y nuevas de la población se asientan en el valle a lo largo del oasis. En el mirador se instalan vendedores de recuerdos, aunque no resultaron muy pesados. El entorno ha cambiado mucho respecto a días anteriores en los que no nos encontrábamos casi a nadie. Esta zona está más poblada y más turistificada, ya que queda en la famosa Ruta de las Mil Kasbahs, así como en la ruta a las dunas de Mergouza, que atraen a muchos turistas.

Mirador de Boumalne Dades

Mirador de Boumalne Dades

Cruzamos el cauce seco del río Dades y giramos hacia el norte para adentrarnos en el valle. Vamos pasando por varios pueblos cuyas casas se arriman a la pared rocosa. Nos alegramos de ver los huertos verdes y cultivados aprovechando los escasos hilillos de agua. El terreno se enrojece, las casas se camuflan del mismo color contrastando con el verde de la vegetación. Viejas kasbahs de barro conviven con casas más nuevas que en cierto modo mantienen el estilo arquitectónico tradicional, aunque construidas con materiales más modernos.

Pueblos en las Gargantas del Dades

Pueblos en las Gargantas del Dades

Pueblos en las Gargantas del Dades

Una de las numerosas kasbahs que se asientan en las Gargantas del Dades es la kasbah de Ait Moutad, la cual, al igual que muchas de la zona perteneció a la familia Glauoui, los señores que dominaban la zona hace algunos siglos.

Tras recorrer varios kilómetros nos encontramos las curiosas y conocidas formaciones rocosas que se conocen como “dedos de mono”, uno de los puntos habituales de parada en el circuito por las Gargantas del Dades. También observamos plegamientos, formaciones tubulares y otras figuras redondeadas en la roca roja de esta geología tan particular, algunas parecen champiñones. Desde varios miradores podemos observar los famosos dedos de mono.

Dedos de mono en las Gargantas del Dades

Dedos de mono en las Gargantas del Dades

Dedos de mono en las Gargantas del Dades

Las viejas kasbahs se suceden, como la que vemos en la base de los dedos de mono o la que más adelante se alza sobre un promontorio.

Kasbahs en las Gargantas del Dades

Seguimos encontrando pueblos, huertos, tierra roja, tiendas, albergues, mujeres acarreando grandes fajos de hierba, otras que cargan con sus bebés a espaldas,  hombres construyendo casas nuevas……….

Kasbahs en las Gargantas del Dades

Después del pueblo de Ait Oudinar cruzamos a la orilla oriental del río. A continuación el desfiladero se estrecha entre paredes rocosas, tramo que recorremos al nivel del río, antes de que la carretera empiece a trepar en zigzags excavados en la roca.

Gargantas del Dades

Gargantas del Dades

Durante la subida hay varios apartaderos para parar el coche y contemplar el desfiladero y la zigzagueante carretera. En lo alto se han instalado un par de hostales; uno de ellos tiene una impresionante terraza colgada sobre la garganta. También asomándonos desde el aparcamiento obtenemos vistas de vértigo sobre el estrechamiento rocoso.

Gargantas del Dades

La carretera desciende a continuación, otorgándonos también excelentes panorámicas. Finalmente, llega al nivel del río, circulando unos 500 m por otro estrechamiento entre altas paredes.

Gargantas del Dades

Superado este angosto tramo, se ensancha el valle y da alojamiento al pueblo de Tigha. Sus casas se cuelgan en la ladera mientras que los huertos reverdecen en un meandro del río.

En este tramo incluso crecen árboles que amarillean en otoño. El ambiente es mucho más fresco que los días anteriores, apenas 16 ºC a 1700 msnm.

Esperaba encontrar más turistas en la zona, pero no hay casi ninguno.

Pueblo en las gargantas del Dades

Pueblo en las gargantas del Dades

Mujeres cortan ramas de higueras, supongo que para usar como combustible. Los niños se acercan a pedir caramelos. Intento convencerlos de que dejen de chupar los chupa-chups que tienen en la boca, explicándoles que perjudican sus dientes, pero no sé si me entienden.

En las parcelas cultivadas destacan los coloridos ropajes de las mujeres trabajando el campo. Otras pasan cargadas con fajos de hojas. Son estampas muy rurales.

Mujer acarreando hojas

La garganta se vuelve a estrechar y la carretera sube serpenteando al pueblo de Tidrite, donde también vemos huertos y árboles. Después subimos más fuertemente para alcanzar la cima plana de los acantilados a 2100 m de altitud. Aparcamos en el puerto de montaña y subimos a pie hasta las antenas sobre un montículo. Es un mirador soberbio a la Garganta de Thidirin. Divisamos la estrecha garganta formada por cortados rocosos de color ocre, mientras que la mancha verde de los huertos es un milagro sólo posible cerca del agua, en el fondo del valle. Estamos en un desolado y apartado paraje de silencio total.

Garganta de Thidirin

Garganta de Thidirin

Garganta de Thidirin

Garganta de Thidirin

La carretera continúa asfaltada unos kilómetros más hasta Msemir. Después hay pista de tierra hasta Agoudal y se puede enlazar con la garganta del Todra. Como desconocíamos el estado de la pista y no tenemos suficiente tiempo, damos vuelta. Parece ser reparan la pista cada cierto tiempo y en ocasiones se puede pasar con un vehículo pequeño, pero no siempre.

Carretera a Msemir

Carretera a Msemir

Volvemos a recorrer los mismos parajes, ahora con luz más bonita de la tarde. Adelantamos a un grupo de ciclistas y paramos a tomar un té en el alto de la garganta con vistas de escándalo desde la terraza del Café Timzzillite. Los precios son altos, pero tampoco es una ruina. Es lo que hay que pagar por el estratégico emplazamiento.

Regresamos a Boumalde y después continuamos a Skoura por carretera principal.

Mujeres lavando en el río

Este trayecto nos lleva de nuevo por la meseta desértica, esteparia, sin mayor interés. Aunque la carretera tiene algunos baches, se avanza a buen ritmo, pues circula fuera de núcleos de población. La N-10 tiene el firme en buen estado, pero atraviesa pueblos y no es la que tomamos. Nosotros vamos por una carretera secundaria paralela que evita poblaciones, aunque el firme está peor y hay que ir atentos a socavones y piedras caídas. Unos kilómetros antes de Skoura enlazamos con la nacional. El tráfico es muy escaso.


 

ESTA ETAPA PERTENECE AL VIAJE: SUR DE MARRUECOS

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