Acantilados de la costa de Anaga

En ruta por Anaga CANARIAS: TENERIFE


Las viejas montañas del nordeste de Tenerife emergen del mar en Anaga formando barrancos en los que se asientan pueblos escalonados de casas blancas. En las cumbres se dibujan afilados picos que más abajo se tupen de laurisilva. En esta ruta en coche y a pie visitaremos varios lugares representativos de esta cordillera marítima.

Las zonas altas de Anaga están pobladas por bosques de laurisilva, antiquísimos, tupidos y siempre verdes. En los escarpados barrancos se asientan pueblos escalonados en ubicaciones increíbles, que se dedican a la agricultura. Las terrazas de cultivo se labran en laderas verticales, recordándonos la dureza de la vida en estos apartados lugares, especialmente en el pasado. En la costa recortada de acantilados y playas negras, pequeños pueblos de pescadores reciben desde siempre al impetuoso océano y ahora acogen visitantes que comen pescado en las terrazas frente al mar. El Macizo montañoso está recorrido por caminos tradicionales que antiguamente ejercían de vía de comunicación entre los pueblos, muchos de los cuales se usan ahora como rutas de senderismo.

Anaga es una encrucijada de nubes. Es un lugar en el que los puntos cardinales te desconciertan. Me encanta.

El Macizo de Anaga fue declarado Reserva de la Biosfera (Web Reserva biosfera Tenerife) en 2005 y algunas zonas son de acceso restringido, sólo accesibles solicitando un permiso.

Paseo costero de Punta del Hidalgo a San Juanito

Una interesante opción para iniciar un contacto visual con las montañas de Anaga consiste en acercarse a Punta del Hidalgo, lugar que toma su nombre del Hidalgo Pobre que poseía este territorio en época guanche.

La carretera desciende en curvas desde la autopista para llegar hasta la costa de Bajamar y Punta del Hidalgo. Son localidades conocidas por las piscinas naturales y los charcos formados en la costa rocosa de origen volcánico que hacen las delicias de aquellos que prefieren bañarse a salvo de las olas.

En Punta del Hidalgo se acaba la carretera y hay aparcamiento. Después continúa un camino al borde del mar.

A lo largo de la senda costera conocida como Camino de San Juanito se pueden ver algunas aves marinas. Por ello han instalado observatorios ornitológicos. Tuvimos la oportunidad de ver garzas, gaviotas………. pero no mucho más.

Se trata de un camino llano a orillas del mar que parte del edificio Altagay y muchos tinerfeños utilizan como lugar de paseo los fines de semana.

Iniciamos el paseo en dirección este observando el golpeteo de las olas sobre la costa de lava, divisando al frente el Faro de Punta del Hidalgo, al que pronto llegamos. La estructura blanca y moderna del faro da la impresión de imitar las formas de columnas de basalto. Es el faro más alto de Tenerife.

Nuestros pasos avanzan tranquilamente para llegar a la ermita de San Juanito, de diseño muy sencillo, situada al borde del mar. Cuando llega el solsticio de verano, los romeros rinden homenaje a San Juanito. Desde aquí ya divisamos las siluetas del Macizo de Anaga, que emerge del mar.

Todavía continuamos un poco más para llegar a un lugar panorámico sobre la Playa de los Troches. El mirador nos ofrece el espléndido paisaje de montañas y mar que compone Anaga. Frente a nosotros destacan las siluetas puntiagudas del Roque de los Dos Hermanos, que toman su nombre de una trágica leyenda de dos jóvenes hermanos enamorados.

Desde aquí se puede subir a pie por el PR-TF-10 hasta la Cruz del Carmen, situada a casi 1000 m de altitud en el corazón del Macizo de Anaga. Este sendero aprovecha el camino que antiguamente usaban los habitantes de La Punta del Hidalgo para comerciar con los campesinos de los valles de Anaga, donde intercambiaban pescado a cambio de productos agrícolas.

También es posible hacer una ruta circular, regresando por el interior a mayor altura. Sin embargo, nosotros volvemos por el mismo camino, gozando de nuevo del espectáculo costero.

Faro de Punta del Hidalgo

Faro de Punta del Hidalgo

Acantilados de Anaga

Acantilados de Anaga

Ermita de San Juanito

Ermita de San Juanito

Costa de Anaga en Punta del Hidalgo

Costa de Anaga en Punta del Hidalgo

Costa de Anaga en Punta del Hidalgo

Costa de Anaga en Punta del Hidalgo

 

Ruta en coche por Anaga

Iniciamos el recorrido en coche por el Macizo de Anaga partiendo de la población de La Laguna, desde donde subimos por el Monte de las Mercedes. Nos internamos en una carretera que discurre en medio de frondosos bosques y que más bien parece situarte en el norte de España que en una isla volcánica subtropical.

Mirador de Jardina

La calima del cielo nos va a enturbiar la vista desde los miradores. El primero es el Mirador de Jardina, que se sitúa sobre La Laguna y el valle cultivado. Incluso se puede divisar el Teide en días despejados, pero no es el caso.

Mirador de Jardina

Mirador de Jardina

Mirador de Jardina

La Cruz del Carmen

Seguimos subiendo hasta la Cruz del Carmen, antiguo lugar de encuentro de los habitantes de los pueblos, donde comerciaban o paraban cuando acudían a la capital de La Laguna en acontecimientos señalados. Por ser encrucijada de caminos, se erigió una cruz que da nombre al lugar, y posteriormente fue sustituida por una ermita dedicada a la virgen del Carmen.

Asomarnos al Mirador de la Cruz del Carmen no resultó demasiado fructífero en esta ocasión debido a la calima.

Sendero de los Sentidos en Anaga

En Cruz del Carmen se halla el Centro de Visitantes del Parque Rural de Anaga. Desde aquí parten varios senderos señalizados de este espacio natural. Uno de ellos es el Sendero de los Sentidos, el más popular e indispensable para conocer el ambiente húmedo de la laurisilva. Con escasamente 2 Km de longitud, te internas en los selváticos bosques de laurisilva, que son prácticamente una reliquia del pasado, y perviven gracias a la humedad que aportan los alisios. Es un sendero para recorrer con calma, que invita a olerlo, a tocarlo y a sentirlo.

Existe un circuito más corto (de 1 Km) y otro más largo (de 2 Km), este último añade un mirador, el del Llano de los Loros. Aunque es fácil y conocido, conviene llevar calzado adecuado, porque el camino tiende a estar húmedo.

Laureles, tejos y otras especies crean túneles vegetales que nos sumergen por completo en la naturaleza de este sendero que utiliza un tramo del antiguo camino real que comunicaba los pueblos de Anaga con La Laguna, antigua capital de la isla. Es una auténtica maraña vegetal, más una selva que un bosque.

Pero no todo es bosque original. Algunos paneles nos explican que los árboles originales fueron talados en algunas zonas durante los siglos XIX-XX para ganar terrenos de cultivo. Después los terrenos fueron repoblados y los árboles volvieron a crecer, aunque no laureles, sino tejos.

Sendero de los Sentidos en Anaga

Sendero de los Sentidos en Anaga

Sendero de los Sentidos en Anaga

Sendero de los Sentidos en Anaga

Mirador del Pico del Inglés en las cumbres de Anaga

Volvemos a la carretera y hacemos la próxima parada en el Mirador Pico del Inglés, escenario del trágico accidente de un extranjero, que le da nombre, ya que antes se conocía como Pico de las Aguilillas. Lástima que el paisaje no luce tanto en este día de calima, pero ya lo conocemos de otras veces.

Macizo de Anaga desde el Mirador del Pico del Inglés

Macizo de Anaga desde el Mirador del Pico del Inglés

Macizo de Anaga desde el Mirador del Pico del Inglés

Se puede llegar en coche hasta el mirador, aunque antiguamente se accedía por el Camino Viejo al Pico del Inglés, que podemos conocer en las cercanías. Formaba parte de una antigua carretera, aunque ahora no se puede circular y no tiene salida, pero mucha gente se detiene a hacerse una foto. La verdad es que este camino flanqueado por altos muros recubiertos de vegetación escenifica un insólito lugar.

Camino Viejo al Pico del Inglés

Camino Viejo al Pico del Inglés

Valle de Taganana

Continuamos por la carretera de la cumbre de Anaga, y tras el túnel de Anaga cambiamos de vertiente. Entonces, la transformación del paisaje es radical y la vegetación cambia por completo. Desaparece el bosque y se desvelan las vistas de montañas y barrancos. El panorama desde lo alto es impresionante. No hay que ir a países muy lejanos para ver paisajes espectaculares.

Vistas de la costa de Anaga desde la carretera a Taganana

Vistas de la costa de Anaga desde la carretera a Taganana

Descendemos por la vertiginosa carretera de infinitas curvas del Bailadero en dirección al valle de Taganana, parando en varios miradores para absorber toda esta belleza que, cada vez que vengo, me impresiona más.

Valle de Taganana

Valle de Taganana

El pueblo de Taganana luce sus casitas blancas en el abrupto barranco que se labra en bancales de cultivo, antaño dedicados a la caña de azúcar. Las terrazas menos accesibles han quedado abandonadas, pero la agricultura pervive en los terrenos más próximos al pueblo, surtiendo de papas canarias, verduras y vino a la población. La humildad de la arquitectura típica del caserío es el contrapunto a la soberbia belleza de su emplazamiento.

Taganana

Taganana

Costa de Taganana

Llegar hasta el mar de Anaga es nuestro objetivo, y desde Taganana sólo hay un suspiro. En la costa se suceden las playas negras: Playa del Roque, Playa del Roque de las Bodegas, ….Precisamente en ésta, al borde del mar, paramos a comer en las casas de pescadores reconvertidas en restaurantes. Al igual que otros, el Bar Playa-Africa, tiene terraza frente al mar, ante la presencia del Roque de las Bodegas, peñasco que se adentra en el océano. Para comer nos pedimos pulpo frito y pescado del día (cantarero frito), comida que no resultó demasiado sabrosa.

Roque de las Bodegas en la costa de Anaga

Roque de las Bodegas en la costa de Anaga

La carretera continúa bordeando la costa, muy pegada al mar, pasando por la Playa de Almáciga hasta llegar a Benijo.

Sendero de Benijo a El Draguillo en la costa de Anaga

El pequeño pueblo de Benijo se sitúa al final de la carretera. Después ya no se puede continuar en coche, pero sí a pie, como es nuestra intención. Se trata del sendero PR-TF-6.2, que va hasta El Draguillo.

El camino sube gradualmente. Es ancho, pero sólo permiten circular a vehículos autorizados (habitantes locales). En esta costa de acantilados avanzamos a cierta altura sobre varias playas, todas de arena negra. La primera es la Playa de Benijo.

El paisaje se puebla de matorrales adaptados a la escasa pluviosidad que recibe esta zona: cardones y plantas crasas.

Tras caminar 2 Km llegamos a la pequeña aldea de El Draguillo, encastrada en un barranco. La costa se ha fragmentado en varios gajos, conocidos como los Roques de Anaga, que reciben el incesante golpeteo de las olas. Varios dragos crecen en la aldea haciendo honor a su nombre.

Debido a desprendimientos, un cartel prohíbe seguir por el sendero PR-TF-6 que conduce desde El Draguillo al poblado de Las Palmas de Anaga y al Faro de Anaga. Nosotros sólo continuamos unos metros más, simplemente para observar el emplazamiento del pueblo desde otra perspectiva. Dimos la vuelta antes de llegar a la zona de riesgo de caída de rocas sobre el sendero.

Desde El Draguillo se puede coger una desviación hacia Cruz del Draguillo, situado en una zona más alta, enlazando con el PR-TF-6.3 que parte de Benijo.

Puesto que la ruta costera es lineal, regresamos por la misma pista hasta Benijo, volviendo a gozar de las panorámicas costeras, de las playas que se muestran bajo nuestra mirada, y de los paisajes de los barrancos que bajan al mar.

Sendero de Benijo a El Draguillo

Sendero de Benijo a El Draguillo

Sendero de Benijo a El Draguillo

Sendero de Benijo a El Draguillo

El Draguillo en la costa de Anaga

El Draguillo en la costa de Anaga

El Draguillo en la costa de Anaga

Dragos en El Draguillo

Dragos en El Draguillo

Sendero al Faro de Anaga

Sendero al Faro de Anaga

Costa de Benijo

Costa de Benijo

Costa de Benijo

La Playa de Benijo es muy bonita. Al regresar había bajado la marea y se descubre la arena negra que antes tapaba la pleamar. La playa queda recogida entre acantilados y se accede bajando unas 200 escaleras. Un par de roques emergen del mar, a los cuales se puede llegar caminando en bajamar. Se trata del Roque Benijo y Roque La Rapadura. Sin duda, la escenografía de este lugar adquiere un carácter salvaje.

Playa de Benijo en la costa de Anaga

Playa de Benijo en la costa de Anaga

Playa de Benijo en la costa de Anaga

Playa de Benijo en la costa de Anaga

Mar y monte. Así es Anaga


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