Tenemos por delante un largo día de coche, ya que iremos desde Portree a Gairloch por la carretera panorámica NC500. Visitaremos Plockton, Lochcarron antes de atravesar la carretera más escénica de Escocia, carretera de montaña Bealach na Baa, conocida como Cattle Pass para después bordear la península de Applecross y continuar por Torridon y Loch Maree.
De la Isla de Skye a Gairloch por Cattle Pass de Applecross siguiendo la NC500
Llovizna cuando avanzamos desde Portree hacia Kyleakin para cruzar el puente (Skye Bridge) y volver a la Escocia “continental”. Paramos a repostar en la gasolinera de Broadford, donde la gasolina está bastante más barata que en otras. Aprovechamos para comprar algo en el supermercado anexo, Coop.
Justo después de cruzar el Skye Bridge torcemos a la izquierda para dirigirnos a Plockton, y ya ha parado de llover. El amarillo de los tojos ribetea la carretera, que tiene algún tramo de carril único.
Plockton se considera uno de los pueblos más encantadores de las Highlands escocesas. Es pequeño, bonito y tranquilo. Goza de un emplazamiento sensacional, resguardado en un fiordo. El puerto natural se rodea de colinas.
Resulta delicioso pasear por la calle al lado de las casas blancas perfectamente cuidadas que se alinean en hilera, las cuales miran al mar y a las colinas del otro lado del fiordo. El paseo está aderezado por multitud de plantas en flor y por esbeltas drácenas (un tipo de palmeras) que aportan un aire exótico. Este pueblo de pescadores dispone de alojamiento.
Plockton
Hasta Achmore circulamos por una bonita y estrecha carretera.
Me encanta la idea que han tenido en algún pueblo de aprovechar las cabinas telefónicas para instalar desfilibriladores.
Después bordeamos Loch Carron, un brazo del fiordo (por carretera de 2 carriles) al lado de la vía del tren. ¡Vaya viaje en tren más panorámico!
Loch Carron
Para alcanzar Lochcarron, pueblo a orillas del fiordo, tenemos que rodear por completo la masa de agua de Loch Carron, primero por una orilla y después por la otra.
Lochcarron consiste sólo en una reducida hilera de casas blancas mirando al fiordo. Posee un hotel, guesthouses, cafés, galerías y un puertecito natural que da cobijo a pequeñas embarcaciones.
Locharron
Cuando llegamos a Loch Kishorn (donde hay un gran puerto) comienza el ascenso por la carretera de montaña que conduce a Applecross. Se conoce como puerto del ganado, Cattle Pass, y forma parte de la NC500, siendo considerada una de las carreteras más escénicas de Escocia, para algunos la más bonita. Esta carretera se construyó en 1822 para facilitar el paso de ganado y sube hasta 626 m, siendo el tercer paso de montaña más alto de Reino Unido. Esta altitud sería muy moderada en otros países, y sin embargo, aquí corresponde a inhóspitos parajes de alta montaña.
Cattle Pass, carretera de montaña de Applecross
No llovía, pero la niebla lo envolvía todo, haciéndonos la puñeta e impidiéndonos admirar el paisaje que compone un binomio de montaña y mar. En zonas bajas la niebla no era tan densa, destapándose los valles glaciares tan cerca del mar. Pero en el puerto de montaña no se veía nada.
Si ya era una aventura conducir por estas empinadas rampas y pronunciadas curvas envueltas en la niebla, no veas el coraje que le echaban algunos ciclistas que pedaleaban en pantalón corto, desafiando frío, viento, niebla y cuestas.
En la bajada hacia Applecross se suaviza la niebla y divisamos al frente la silueta de la Isla de Skye que sobresale por detrás de la Isla de Rassay. Después de haber estado hace apenas unos minutos en un entorno desolado de alta montaña, resulta alucinante llegar a Applecross y descubrir el verde valle que desemboca en el mar.
Bahía de Applecross
El pueblo de Applecross se resguarda en una bahía. La temperatura ha subido y el viento ha desaparecido. Cuesta tanto llegar a Applecross que cuando por fin estás allí pareces haber alcanzado el fin del mundo. El apacible puertecito consta de una hilera de casas como muchos otros, pero aquí lo curioso es que cada vivienda ha montado una terraza exterior al otro lado de la calle, encima de la playa de guijarros. Algunas están muy curradas, con mesas, tumbonas, macetas, barbacoas. Me imagino que cuando sale un rayo de sol corren como locos a disfrutar del aire libre. Y la verdad es que el paisaje no está nada mal, frente a la Isla de Raasay, y más al fondo la isla de Skye. Aprovechamos para comer. Hay restaurante en un hotel y un par de chiringuitos de take away.
Applecross
Nuestra ruta hasta Gairloch todavía continúa y seguidamente nos disponemos a rodear la península de Applecross.
Bahía de Applecross
Esta carretera costera al borde del Inner Sound se conoce como Applecross Coastal Road. Todo el trayecto es panorámico, siempre pegado al mar. Se salpican aisladas granjas con sus huertos para subsistir………aquí no hay supermercados. Encontramos pequeñas calas de arena o de guijarros. Toda la carretera es de un carril, pero sin tráfico, está muy solitaria y es una delicia recorrerla.
Bordeando la península de Applecross por la Applecross Coastal Road
La llegada a Shieldaig es espectacular. La península entre Loch Shieldaig y Loch Torridon conforma una imagen de postal, y eso a pesar de tantas nubes. En días soleados debe de ser la leche.
Loch Shieldaig
Una parada en Shieldaig se nos antoja imprescindible para estirar las piernas paseando por este encantador y diminuto pueblecito entre el mar y las montañas de Munro Torridon que elevan sus 1000 m de altura muy cerca del mar. Como siempre, las casas se alinean frente al mar. Aquí todas tienen vistas. Las nasas y los viveros de acuicultura forman parte de su paisaje. Aprovechamos para tomar unos chocolates calientes. Me encantó este pueblecito.
Shieldaig
Después de Shieldaig en dirección a Torridon, la carretera tiene dos carriles por la orilla de Loch Torridon. La niebla tapa las montañas de Torridon que se elevan sobre el fiordo.
Vaca en Torridon
Torridon consiste sólo en un puñado de casas en un emplazamiento magnífico. La montaña sube abruptamente desde el mar y a ella se arriman las casas.
Torridon
Después, la carretera de un carril atraviesa un valle glaciar, Glen Torridon. Al pasar por este desolado paraje tuvimos la oportunidad de ver un grupo de ciervos salvajes. Correteaban por los campos y corrieron a esconderse entre los peñascos. Se engloba en la Reserva Nacional Natural de Beinn Eighe.
Glen Torridon
El paso por Kinlochewe nos agasaja con un arco iris.
A continuación de Kinlochewe comienza el Lago Maree, el cual, encerrado entre montañas, se considera uno de los lagos más bellos de Escocia. Esta área pertenece también a la Reserva Nacional Natural de Beinn Eighe, la más antigua de Gran Bretaña. Uno de sus objetivos es proteger los pinos autóctonos escoceses que siguen creciendo en esta zona y son una reliquia del pasado, cuando gran parte de las Highlands estaban cubiertas por estos bosques de pinos antes de ser talados para ganar terrenos para pastos.
Loch Maree
Cuentan que Loch Maree recibe su nombre de un monje irlandés que en el siglo VII se estableció en una isla del lago, hecho que finalmente dio origen a un lugar de peregrinaje. Por esta zona se pueden recorrer varios senderos. El Woodland Trail de sólo 1,8 Km discurre por el bosque nativo de pinos Caledonios. El Mountain Trail, de 6,5 Km asciende a la montaña.
Bosque en Loch Maree
Nos acercamos a la orilla del lago para admirar las vistas a las montañas que lo rodean. Loch Maree es el único de los grandes lagos escoceses que se preserva en estado virginal, sin reforestaciones ni presas.
Para rematar el día sólo nos queda continuar hasta Gairloch, que se emplaza al borde del fiordo. Por lo menos un par de empresas ofertan excursiones en barco para ver ballenas y marsopas en mar abierto, y aves marinas (entre ellas, águilas marinas y puffins) en las cercanas Islas Shiant. Nos hubiéramos animado a hacer alguna de estas excursiones si el tiempo fuese más favorable.
Dónde comer y dormir en Gairloch
Nos alojamos en el Hotel Bespoke Gairloch. Por fin un hotel, más cómodo que los B&B. Habitación amplia, cama grande, baño amplio, aparcamiento, restaurante………ya no hay que estar llamando a distintos restaurantes para que te digan que están llenos, como nos pasaba en Portree.
Cenamos en el hotel y, aunque la comida no era una maravilla, no estuvo mal: risotto de verduras, hamburguesa…. El menú era muy variado y resultó muy cómodo cenar en el hotel.
El desayuno en el hotel es un buffet muy completo, con opciones escocesas y continentales: huevos, salchicha, beicon, champiñones, tomate, black pudim, beans. tostadas, fruta, yogur, queso, café, pan….