Delimitando un extremo de la bahía de Cagliari se localiza el Cabo Carbonara, al sudeste de la Isla de Cerdeña. La Fortezza Vecchia defendía antaño los ataques piratas en esta costa y ahora el faro guía a los navegantes. Me pareció delicioso recorrer cada cala y disfrutar de los hermosos paisajes costeros.
Explorando el Cabo Carbonara
Nuestro primer contacto con la zona de Cabo Carbonara ocurrió al llegar a la extensa playa de Simius, con un agua de color azul verdoso. Caminamos por la arena contemplando los faros del Capo Carbonara y de la Isola del Cavoli. Los días son cortos en esta época y la tarde no rinde mucho, ya que anochece muy temprano, sobre todo después del cambio de hora otoñal.
Playa de Simius
Para contemplar la puesta de sol nos dirigimos al Forte Vecchio, una antigua torre de vigilancia costera. El viento pegaba de lo lindo y el atardecer resultó extraño y tenebroso. El sol iluminaba el cielo sobre la Isla de Santo Stefano y los nubarrones oscuros creaban un fuerte contraste, un escenario casi surrealista.
Al día siguiente volvimos a la Fortezza Vecchia a la luz del día, un lugar que ha sido escenario de batallas contra piratas, especialmente turcos, que pretendían saquear la costa. No me extraña que fuese elegido como lugar de vigilancia costera. Es una magnífica atalaya hacia el cabo y el golfo de Cagliari.
En muchos lugares de la isla de Cerdeña se pueden observar antiguas coladas volcánicas o rocas de basalto u obsidiana que denotan el pasado volcánico de la isla. Este es uno de estos lugares donde apreciamos las cordadas que ha formado la lava.
Fortezza Vecchia de Cabo Carbonara
Explorar el Cabo Carbonara en este día tan bueno es una maravilla. Recorrimos cada playa, todas diferentes, y cada rincón es una postal. Intentamos subir al faro Carbonara, pero es de uso militar y está prohibido el acceso. Dejamos el coche y seguimos a pie por una pista de tierra en la que la circulación está prohibida para vehículos. Y caminando llegamos al extremo del cabo, donde nos esperaba una cala de guijarros, Cala Burroni, frente a la Isola del Cavoli.
Cala Burroni en Cabo Carbonara
Cabo Carbonara
Desde la ubicación alta de la zona cercana al faro contemplamos una preciosa vista de Cava Usai, una playa resguardada por un promontorio en el que se enclava una torre costera.
Vista de Cava Usai
A Cava Usai bajamos después en coche por la pista de tierra. La playa no es muy buena, aunque el lugar es precioso.
Cava Usai
Porto Giunco sí que es una playa maravillosa, larga, ancha, de fina arena blanca, con un agua de precioso color aguamarino, y además queda enmarcada por las montañas que se elevan detrás. Por si no fuera suficiente, también cuenta con un cordón de dunas protegido en el que se desarrolla vegetación dunar. Es extensa y estupenda para pasear. Nos hubiéramos quedado a bañarnos si no fuera porque teníamos que llegar a Cagliari.
Porto Giunco en Cabo Carbonara
Anexa a la playa de Porto Giunco se sitúa una laguna costera en la que habitan flamencos, el Stagno di Notten. Aunque escaseaban en esta época, pudimos los flamencos rosados desde la playa, y también acercándonos al lago por el interior.
Stagno di Notten
Pillamos la playa de Campus, totalmente solitaria, frente a Cabo Carbonara. Un ligero oleaje llegaba a la playa de arena blanca.
Playa de Campus en Cabo Carbonara
La playa Campulongo es más extensa, aunque estrecha, y cuenta con pinar y cordón dunar. En esta época el oleaje era más intenso, aunque parece ser que es buena para snorkel en verano. Desde la arena divisamos el faro sobre el cabo, el fuerte y la isla de Santo Stefano.
Playa Campulongo
Un mirador situado al borde de la carretera, Bellavista Villagio Mandorli, nos ofrece vistas al Cabo Carbonara y a la playa Campus. En la costa crecen chumberas y observamos el trazado de la carretera panorámica costera que vamos a recorrer después.
Mirador Bellavista
Capo Carbonara marca un extremo de la bahía de Cagliari. A continuación tenemos previsto recorrer la bahía por la Carretera Panorámica Provincial SP17 hasta llegar a la capital de Cerdeña. El escarpado relieve de la sierra costera obliga a la carretera a describir pronunciadas curvas.
Hay algunos miradores, que a veces únicamente consisten en un reducido espacio para parar, aunque a mí me resultan insuficientes………..¡¡¡yo querría detenerme montones de veces!!! y así saborear con más calma estos deliciosos paisajes costeros. Paisajes de acantilados verdes y mar azul, de enebros, pinos, chumberas…..
Carretera Panorámica Provincial SP17
Aunque existe una carretera nueva SS125 más rápida, nosotros optamos por la SP17, más pegada al mar y más panorámica.
Paramos en diferentes puntos elevados cada vez que teníamos ocasión y también nos acercamos a Cala Regina conformada por guijarros.
La costa se aplana cuando nos aproximamos a Cagliari. Hemos dejado atrás la sierra costera y las curvas para aproximarnos a un entorno cada vez más urbanizado.
Dónde dormir y comer en Villasimius (Cabo Carbonara)
Todos los alojamientos los íbamos reservando el día anterior o el mismo día, en un viaje improvisado, y en este caso optamos por el Hotel Le Anfore, especialmente por las buenas opiniones del restaurante. Sin embargo, no todo puede salir bien, pues el restaurante del hotel estaba cerrado. Era la tónica general en la zona, ya habíamos visto todo cerrado. Estos lugares vacacionales costeros de Cerdeña se convierten en pueblos fantasma fuera del verano. El hotel se emplaza en las afueras del pueblo de Villasimius, el cual es el más cercano a Capo Carbonara. Dispone de aparcamiento propio y piscina.
Desayunamos de maravilla en la terraza, en manga corta al solecito de noviembre. En el buffet se puede elegir fruta, yogur, pan, queso, dulces….
Cenamos en La Lanterna. Frégola con frutti di mare, malloreddos (otra pasta sardeña) con salchicha sardeña y tomate, tiramisú.