Esta ruta de senderismo por la Ribeira Sacra es preciosa (PRG-157), de Doade a Augasmestas. Recorreremos enclaves de enorme belleza paisajística, y lugares de gran valor etnográfico. Nos acercaremos a la cultura popular y a tradiciones milenarias. Conoceremos características y peculiaridades del Cañón del Sil, así como la forma de vida de las aldeas aferradas a estas escarpadas laderas.
Localización
Estamos en el interior de Galicia, en la Ribeira Sacra, en la provincia de Lugo. Iniciamos la ruta en Doade, población que pertenece al municipio de Sober, tomando la pista que conduce al Souto de Valguaire y al Mirador Pena do Castelo. Llegaremos hasta Augasmestas en el municipio de Quiroga.
Coordenadas GPS del punto de inicio en Doade: 42.4139787,-7.4776588,2315
Ruta de Doade a Augasmestas en otoño en 2 tramos
Yo tenía gran interés en hacer esta ruta en otoño, para sumergirme en el festival de colores que se despliega en la vegetación. Esto implica que los días ya son más cortos, lo cual unido a una distancia considerable, 28 Km de caminata no exenta de dificultades y en recorrido lineal sin alojamientos cercanos, al paso por lugares variados e interesantes que merecen ser disfrutados con calma, y a unos senderistas poco madrugadores, me obligó a darle a algunas vueltas, hasta que encajé un plan que resultó perfecto para un fin de semana de octubre.
Habíamos decidido dividir la ruta en 2 etapas. Para ello, reservamos habitación en el Parador de Monforte de Lemos y contactamos con un taxista de dicha localidad para plantearle nuestras necesidades, y acordar los traslados que necesitábamos para inicio y fin de la ruta del primer día, por un precio de 30 euros.
- 1er día: taxi de Monforte a Doade. Inicio de ruta, primera etapa de Doade a Vilachá
Taxi de Vilachá a Monforte. Noche en Monforte - 2º día: traslado a Vilachá en nuestro coche, y segunda etapa de Vilachá a Augasmestas ida y vuelta.
Así que, hasta Monforte nos vamos, donde dejamos el coche y tomamos un taxi a Doade.
Primer tramo: De Doade a Vilachá
El taxista nos dejó en Doade, poco antes de entrar en el pueblo, y donde comienza una pista de tierra que indica al Miradoiro Pena do Castelo. Por esta pista nos adentramos en el Souto de Valguaire. Quedan algunos gigantes troncos de castaños milenarios entre los pinos con los que han reforestado el bosque, y que nos dan idea de cómo debió de ser la zona en otros tiempos.
Tras 1 Km llegamos al embelesador mirador de Pena do Castelo. Las vistas hacia el Cañón del Sil son maravillosas. Estamos en uno de los puntos más altos de la Ribeira Sacra, a 600 m de altura dominando todo el entorno. Los viñedos en terrazas ocupando las laderas se han empezado a teñir de colores otoñales. Divisamos A Abeleda y Castro Caldelas con su castillo en la orilla ourensana. En la orilla lucense, Doade y Francos. La temperatura es alta, aunque soportable por el vientecillo.
Este lugar ya estuvo poblado en tiempos antiguos, con la existencia de un castro. También existió una capilla en honor a San Amaro, con el fin de proteger estas tierras fértiles, y aunque desapareció en el siglo XIX, se ha reconstruido recientemente.
Mirador de Pena do Castelo en Doade
La parada ha sido larga. No me quiero marchar y eso que esto no ha hecho más que empezar.
Retomamos la marcha en descenso por un estrecho sendero. No es fácil. El terreno es accidentado. El paisaje es precioso. Vamos por la zona alta, roca viva, viendo los viñedos que quedan más abajo, hacia el río Sil. Ya no hay viento por esta zona, se nota el calor. Sería impensable hacer esta ruta en verano, cuando las temperaturas fácilmente alcanzan o superan los 40 ºC.
Así llegamos a las Fontes de San Xermunde. Se trata de unos manantiales también conocidos como fuentes de oro. Según la leyenda, una mujer había sido hechizada. Quién consiguiera deshacer el hechizo sería recompensado con una fortuna de oro. En este lugar existió una capilla dedicada a San Xermunde, con el fin de cristianizar el lugar, aunque ya ha desaparecido.
Un bosquecillo crece en el entorno de las fuentes de San Xermunde: álamos, érbedos, helechos, y en esta época, también muchas setas.
Desde aquí, el sendero resulta dudoso. Varias zonas pisadas nos confunden. Hay que fijarse en un hito y seguir a la izquierda por unos peldaños de piedra que nos ascienden hasta un fabuloso mirador.
A continuación, tenemos que pasar por un tramo entre tojos de 1-1.5 m de altura que van cerrando la senda. Después seguimos entre pinares, hasta que llegamos a un sitio alto y despejado con vistas al Sil y a los lugares que hemos recorrido. A lo lejos quedan las bodegas Regina Viarum.
Viñedos en las laderas del Sil en la Ribeira Sacra
El camino es ahora más ancho y cómodo, nos permite acelerar el paso…………antes avanzábamos a ritmo de tortuga.
Debemos seguir todavía un par de kilómetros más por estas zonas altas que no son demasiado interesantes, por pistas forestales y cortafuegos entre pinares, hasta alcanzar la aldea de Os Palleiros. Naturaleza empobrecida por las repoblaciones forestales, donde casi no viven animales y apenas oímos pájaros. Eso sí, numerosas mariposas revolotean a nuestro alrededor.
Otros 2 km por pistas…………más pinos, algunos robles, algunos castaños……..Muy buenas castañas podemos ir recogiendo………Sin vistas. Feo. Tramos invadidos por tojos y silvas que necesitan un desbroce urgente………….hasta llegar a la aldea de O Colado.
Cuando pasamos por O Colado llevamos caminados 8 Km. Aquí triunfa el feísmo. Antiguas casas de piedra reconstruidas con paredes de ladrillo que nunca se han terminado de aderezar. Y también domina la vida rural más tradicional. Tomateras repletas de tomates, mazorcas de maíz colgadas con vistas hacia Castro Caldelas sobre lo alto de la sierra.
Aldea de O Colado: Ribeira Sacra
La bajada hasta el Molino de López discurre por un sendero estrecho y empinado. El lugar en el que se ubica el molino es bonito, al lado del riachuelo Montefurado, pero no hay quién aguante a los mosquitos.
Ascendemos para buscar un sitio donde parar a comer. El Cañón del Sil se abre a nuestra vista.
Reemprendemos la marcha siguiendo entre pinares con variedad de setas. Algún jabalí nos lleva ventaja, vamos siguiendo sus huellas,……. esperemos no encontrarlo.
Los ruidos que proceden del bosque nos van inquietando.
Poco antes de Vilar de Mouros, preciosos troncos de castaños centenarios adornan el bosque. Más castañas para el zurrón.
Después, entre muros de fincas abandonadas nos acercamos a esta inverosímil aldea. Y es que entrar en Vilar de Mouros nos produce extrañas sensaciones; no sé si es cómo meterse en un escenario de película de guerra o en uno de cualquier catástrofe que ha obligado a sus habitantes a salir corriendo. Porque la aldea está abandonada de una forma sorprendente. En sus fachadas todavía podemos ver ropa colgada convertida en harapos por el paso del tiempo, y mazorcas de maíz secándose al sol.
Curioseando por el interior de viviendas y cuadras, observamos los más diversos utensilios de la vida rural, abandonados en el lugar en el que eran utilizados. Balcones de madera, escalinatas de piedra, paredes con elementos rurales.
Un museo etnográfico al aire libre………la vida rural en estado de abandono.
Aldea de Vilar de Mouros: Ribeira Sacra
Continuamos por la parte alta de la sierra. Pena do Aigue hace de espléndido mirador hacia el Cañón del Sil, en esta zona de muy difícil acceso, de laderas muy escarpadas cubiertas de bosque. El Sil dibuja meandros azules, que las verdes laderas abrazan.
Vistas desde Pena do Aigue
Tenemos que volver a bajar. El sendero se estrecha y la pendiente se acentúa. Nos acompañan hermosos érbedos con sus frutos rojos y anaranjados. Y, como no, setas de diferentes formas, tamaños y colores.
Pasar por Froxende es otro retroceder en el tiempo. Aldea abandonada, perdida en un souto de castaños, sin camino de acceso, más que éste por donde hoy sendereamos. Aquí, las castañas son más gordas que en ningún otro sitio. Y los mosquitos, de lo más insistentes.
Aldea abandonada de Froxende en la Ribeira Sacra
Un poco más y alcanzamos el mirador de Barxa, sobre el espectacular meandro de A Cubela. Sin duda, una imagen sin igual en el resto de Galicia. Un lugar para deleitarse, pura esencia de la Ribeira Sacra. La belleza de este lugar es inenarrable. La aldea de A Cubela queda en la orilla de enfrente, colgada sobre la ladera que cae al Sil, justo en este lugar donde el río describe un meandro de casi 360 º.
Las encinas hacen acto de presencia en esta zona de fusión de vegetación mediterránea con atlántica.
Meandro de A Cubela desde el Mirador de Barxa
Aldea de A Cubela desde el Mirador de Barxa
Nos habríamos quedado mucho más tiempo, ensimismados contemplando este paisaje, pero la oscuridad se acerca y obliga a proseguir.
Pequeños arroyos forman entornos húmedos, verdes y frondosos.
El sendero nos guía hasta la aldea de Barxa. Otra de las aldeas deshabitadas que visitamos en esta ruta. Como en tantos otros lugares, me pregunto quién habrá sido su último habitante, cómo transcurriría su día a día, y qué pensaría al ver que su aldea se estaba muriendo. La belleza del lugar es indiscutible, rodeada de arboleda, sobre el río Sil.
Aldea abandonada de Barxa en la Ribeira Sacra
El siguiente tramo de la ruta tiene gran encanto. Lo recorremos pegados al Sil, y en medio de una enorme variedad de especies vegetales que forman un auténtico jardín botánico. Los sonidos de la fauna son innumerables, los pajarillos entonan alegres melodías.
Hemos bajado hasta 230 m de cota, al nivel del río. Y para rematar el día, nos queda machacarnos en una demoledora subida hasta lo alto de la ladera, a 600 m de altura, bajo un sol demoledor. Las pistas en zig-zag atraviesan pinares. Nosotros contemplamos cómo el río serpentea abriéndose paso por esta accidentada geografía, y pintándose de azul o verde en función de los efectos de la luz.
Finalmente conseguimos llegar a Vilachá. Por fin, una aldea habitada.
En Vilachá visitamos el interesante lugar de las Adegas milenarias de A Abelaira, un conjunto etnográfico de gran valor cultural e histórico.
Adegas de A Abelaira en Vilachá
Aquí nos recoge el taxista para devolvernos a Monforte.
Descanso en Monforte de Lemos
Nos alojamos en el Parador de Monforte de Lemos, situado en un edificio histórico.
Y la verdad es que en Monforte nos sentimos como los condes de Lemos, dominando toda la ciudad y todo el valle desde el Parador. Y es que el Parador se sitúa en el Monte de San Vicente, el punto más alto de la ciudad. Como no podía ser de otra manera, aquí existió un castro, en este caso, de la tribu de los Lemavos. En el siglo IX se construyó el Monasterio de San Vicente del Pino, edificio que ahora ocupa el Parador de turismo.
Relax, baño de espuma, buena cena y habitación con vistas a la Torre del Homenaje.
Hemos dormido como reyes y nos despertamos con Monforte a nuestros pies entre la niebla.
Parador de Monforte de Lemos
Segundo tramo: De Vilachá a Augasmestas
Sabemos que tenemos que terminar la caminata que empezamos ayer, por lo que tomamos rumbo a Vilachá. Tenemos que llegar al punto donde ayer finalizamos la caminata, en las Adegas milenarias de A Abelaira, ruta que vamos a completar esta tarde.
Nos damos otro paseo por estas bodegas que fueron utilizadas por los monjes de distintos monasterios durante un milenio. Ahora han sido restauradas, y sirven de escenario a la fiesta del vino de Vilachá que se celebra el primer fin de semana de mayo, para cata de vinos de denominación de origen Ribeira Sacra.
Adegas de A Abelaira en Vilachá
Desde el recinto de las bodegas parte un sendero que seguimos hasta llegar a Trasmonte, otra pequeña aldea. Encharcamientos y silvas son los principales obstáculos.
Emprendemos el descenso por una pista. Varios cazadores regresan. “Tres jabalíes para la cena”, nos comentan con una amplia sonrisa.
Pronto, las vistas empiezan a ser magníficas. Estamos altos, y vemos el río Sil que discurre por el fondo del cañón cubierto de vegetación. Los viñedos de múltiples tonalidades crecen en las orillas. El calor es tremendo.
El tramo entre viñedos es precioso, hemos descendido hasta meternos entre ellos.
Otras zonas son de jardín botánico natural: encinas, alcornoques, castaños, robles, los érbedos están especialmente bonitos en esta época. Eso sí, el sendero es puñetero.
En las proximidades del arroyo de Trasmonte todo se vuelve verde y umbrío…………..y muy resbaladizo. Laureles y helechos predominan. Por aquí tuvimos algunas dudas y cruzamos el río por un sitio equivocado, poniendo a prueba nuestra pericia. Hay que seguir caminando al lado del río una vez que se llega a su orilla, y cruzarlo más adelante.
Tras salir de la zona de bosque continuamos entre viñedos. Pertenecen al municipio de Pobra de Brollón y se conocen como Ribeira de Vilachá.
La única “mecanización” que ha sido posible en la zona es obra de Fidel, un dinámico muchacho que ahora tiene 84 años e ideó este sistema cuando retornó jubilado tras estar emigrado en Alemania. Y le llamaban loco…………Se trata de unos raíles que suben mecánicamente los cestos cargados de uvas durante la vendimia, y que únicamente se encuentran instalados en un 20 % de propiedades vinícolas de estas empinadas laderas.
Merece la pena conocer a Fidel y comprarle miel artesanal en el puesto que suele montar junto al embarcadero de Doade.
También conocimos el nuevo diseño de bici-viñedo
Nos internamos otra vez en el bosque-jardín para pasar por la aldea de O Feluxento, de la que ya apenas queda nada, en medio del bosque, en una zona de difícil acceso.
Empezamos a divisar Augasmestas y el puente de San Clodio. Las vistas durante el siguiente tramo son muy bonitas, vamos pegados al río Sil, y con los colores otoñales vistiendo el paisaje. En la otra orilla vemos Castro de Abaixo, de donde parte la ruta da Cubela, que tan bonita es.
Laderas pedregosas en las que se insertan los árboles. Y finalmente llegamos a la aldea de Parada, casi deshabitada. Fin de ruta. Sólo que nosotros tenemos que regresar, y ahora es cuesta arriba, desde 230 m hasta los 600 m. No apetece nada. ¡Qué calor hemos pasado!
Menudo trabajo han hecho los que desbrozaron y señalizaron la ruta.
Enfilamos hacia Pobra de Brollón por una bonita y estrecha carretera, todo carballeiras. Y directos a casa.
¡Qué bonito atardecer en tonos rosados y anaranjados!
Track de la ruta
Descargable para GPS:
Tramo 1. De Doade a Vilachá: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8433614
Tramo 2. De Vilachá a Augasmestas: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=8433642
Por accidente he llegado a su pagina, sin embargo le felicito por tan precisa descripción del viaje y las hermosas fotos que han tomado. Soy de Bogotà Colombia, espero algun dia poder conocer tan majestuoso lugar.
Hola Jimena,
Un placer recibir tus comentarios. Por aquí te esperamos si algún día tienes la oportunidad de visitarnos, y mientras tanto, puedes pasarte cuando quieras por este rinconcito viajero.
Saludos