Cafayate es una localidad de urbanismo colonial en la provincia de Salta. Aunque sus vinos gozan de reconocido prestigio y constituyen uno de los motivos para visitar este lugar, sin duda, el mayor espectáculo se reúne en la Quebrada de las Conchas. Un encuentro con caprichos geológicos dominados por el color rojo. Estamos en el NOA.
Cafayate
A Cafayate llegamos al atardecer, tras recorrer los paisajes cambiantes del Valle del Tafí, que después deja paso a los Valles Calchaquíes. Agradable pueblo para descansar, ya en la provincia de Salta.
Cafayate es una localidad bastante turística. Por esta ciudad de urbanismo colonial pasa la mítica Ruta 40.
Situada en los Valles Calchaquíes, a unos agradables 1700 m de altura, es zona reconocida por sus vinos. Los viñedos crecen entre paisajes rojizos, y uno de sus atractivos turísticos consiste en visitar alguna bodega de torrontés, las cuales ofrecen visitas guiadas. Y a eso dedicaba su tiempo buena parte de los argentinos que lo habían elegido como destino en este puente de la Hispanidad.
Un buen lote de restaurantes completan la oferta gastronómica, ofreciendo especialidades andinas. Aparte de los alfajores, a mí me tentaban los sabores que proponía una heladería, que incluso fabricaba helados de vino.
Pero, sin duda, lo más espectacular está en sus alrededores, especialmente en los paisajes colorados de la Quebrada de las Conchas.
Aunque, también es posible hacer otras excursiones por los alrededores de Cafayate. Una de las alternativas consiste en recorrer la ruta del río Colorados. Únicamente tuvimos tiempo de acercarnos al inicio de la ruta, donde una comunidad indígena se asienta para guiar a los visitantes por un itinerario en el que se aprecian varias cascadas.
Otra opción consiste en visitar las cuevas del Suri, que requieren aproximadamente una hora de caminata por un sendero imperceptible si no conoces el lugar. A estas cuevas indígenas tratamos de llegar, sin lograrlo, por lo que nos perdimos las pinturas rupestres de los Diaguitas. Es mejor conseguir que te acompañe un guía.
Quebrada de las Conchas
El colorido paisaje y las formaciones rocosas de la Quebrada de las Conchas nos empezaban a dejar boquiabiertos. Entre los tonos rojizos de las montañas y rocas, y el verde de los viñedos, circula la carretera asfaltada que se dirige de Cafayate a Salta. Realmente es muy accesible recorrerla en coche.
El espectáculo geológico se compone de innumerables tonos de rojo y de miles de formas en las rocas. Como suele ocurrir en estos lugares, algunas de esas formaciones rocosas han sido bautizadas con los nombres que a alguien le han inspirado. Así, podemos encontrar el fraile, el sapo, los castillos……
Otros lugares de ineludible parada son el Anfiteatro, las Yeseras, la Garganta del Diablo. Sí, claro, aquí también hay una Garganta del Diablo, casi en un extremo de la quebrada.
En el Anfiteatro se instalan músicos, para darle todavía un aire más melódico y hacer honor al nombre de este espacio semicircular erosionado por el agua.
Son varios los puntos de interés señalizados en la carretera que recorre la Quebrada de las Conchas. Sin embargo, merece la pena meterse por algunos de los muchos caminos polvorientos que se adentran en la quebrada, ya sea en coche o andando, y explorar libremente. Eso hicimos nosotros, entretenernos explorando las entrañas de tan peculiar lugar.
Como nos quedamos un par de noches en Cafayate, disponíamos de tiempo para recorrer con calma esta enciclopedia geológica. La perspectiva era diferente conduciendo hacia un lado o hacia el otro. Y la luz de la mañana o de la tarde también la hacían diferente. Pasar a diferentes horas por el mismo sitio parecía pasar por lugares diferentes.
Por la tarde, los niños se divertían tirándose por los Médanos. Estas dunas de arena blanca quedaban en nuestro camino de regreso a Cafayate desde la Quebrada de las Conchas. El niño que llevamos dentro reclamaba participar y también nos apuntamos a la juerga.
Alojamiento en Cafayate
Hotel Asturias. Propiedad de un emigrante asturiano. En pleno centro de Cafayate. La habitación superior era tremenda, pero no se lucen con los desayunos.