Otro día dedicado al buceo en San Andrés. Los dos puntos de inmersión diurna de hoy son Wild Life y Punta Padi, sobre fondo coralino el primero y a lo largo de una pared con cuevas el segundo rematando en la exposición submarina de estatuas. El buceo nocturno resulta excitante acompañados del plancton luminiscente.
Doble buceo en San Andrés: diurno
A las 8:30 nos recogen en el hotel los de Scuba San Andrés con quienes hemos contratado la doble inmersión. Ya estaban preparando nuestros equipos cuando llegamos a sus instalaciones en la costa oeste de la isla. Da gusto, te lo dan todo hecho.
Lo bueno del buceo en San Andrés no es sólo la excelente claridad y temperatura del agua a 28 ºC, sino que además no es necesario sumergirse a mucha profundidad. A unos 15 m ya encuentras unos fondos coralinos estupendos, por lo que el consumo de aire es bajo y la botella rinde más, pudiendo prolongar las inmersiones.
Compartiremos la primera inmersión con una pareja de argentinos que conocimos ayer y se hospedan en el pequeño hotelito de la escuela de buceo. Son encantadores. No están certificados aunque tienen soltura bajo el agua y dominan bastante bien la flotabilidad, ya que han buceado anteriormente en otros países. Dicen que les encanta sentirse peces en el agua, aunque en Buenos Aires no tienen oportunidad de bucear y por eso no han hecho todavía el curso.
Para llegar a Wild Life, el primer punto de inmersión, tenemos que recorrer unos pocos kilómetros en coche hasta el puerto de The Cove donde nos aguarda la embarcación. Sólo necesitamos unos minutos de navegación para lanzarnos al agua.
Buceamos tranquilos porque el instructor está muy pendiente de los principiantes argentinos, aunque yo los veo bucear bien. Exploramos un arrecife de corales donde abundan los peces menudos y alguna raya. Es muy bonito. Algo más de 40 minutos sin pasar de 14 m y emergemos a la superficie donde nos espera el barco.
Los argentinos regresan a tierra y nosotros esperamos el intervalo de superficie antes de comenzar la segunda inmersión en Punta Padi. Comiendo coco con panela charlamos con el dive master a bordo del barco. Es un tío genial con una perspectiva muy positiva de la vida.
Tampoco en esta inmersión tenemos que pasar de los 14 metros para disfrutar de una preciosa pared coralina llena de vida marina. Penetramos en cuevas, recorremos la pared recubierta de corales y de plantas que dan cobijo a infinidad de peces de colores. Las estatuas que han colocado en el fondo del mar le aportan un carácter singular. Representan escenas de la vida isleña.
Con una buena pesca de peces león emergemos a la superficie tras unos excelentes 50 minutos bajo el agua. Mira que son curiosos estos peces cuando los ves nadando con todo su abanico desplegado. Yo siempre podría extender más las inmersiones, ya que consumo poco aire y suelo terminar con la botella mediada, pero siempre hay otros que limitan.
En las instalaciones del club de buceo nos entretenemos charlando y charlando a la sombra. Es un paraíso rodeado de vegetación tropical, sólo separado del mar por la carretera. Y un baño en la piscina sienta genial para endulzarnos.
Regresamos al hotel para comer y descansar porque hemos quedado para volver a bucear por la noche. Nos volverán a recoger esta tarde. Comida, descanso y paseíto por la playa cuando empieza a dar la sombra.
Buceo nocturno
Para el buceo nocturno nos recogen a las 7 pm anocheciendo. Los equipos ya están montados cuando llegamos. ¡De lujo! En este caso compartimos la experiencia con una suiza y el mismo dive master que nos ha acompañado en todas las inmersiones. Es un tipo genial, divertido, y lo domina a tope. Hemos sintonizado muy bien.
La cercanía de la barrera coralina a la costa nos permite descender directamente por las escaleras sin necesitar barco. La noche estrellada, el silencio, la soledad, encontrarnos en medio del mar entre la negrura, ¡qué buenas sensaciones!
Iluminando los fondos y los corales con las linternas descubrimos peces globo, rayas, pulpos que ondean sus tentáculos, una morena que serpentea………y todo ese acuario natural adquiere una escenografía especial. El silencio es más silencioso, los colores son más intensos, la fauna nunca duerme, los peces se mueven, las plantas acuáticas se balancean, respiran…………
Sin duda, los momentos más mágicos llegan cuando apagamos las linternas y nos rodea el plancton luminiscente. Los pequeños puntitos verdes se suspenden como burbujas. Es una pasada sentir la flotabilidad, la ingravidez en la oscuridad entre estos fuegos artificiales.
Han sido 40 minutos muy relajantes y excitantes a la vez, llenos de sensaciones mágicas que culminan cuando emergemos y miramos hacia arriba para saludar al cielo estrellado que Orión corona en el cénit.
El taxi de regreso a la ciudad nos da un rodeo por el interior de la isla para dejar a la suiza en su hospedaje. Son poblados de casas de madera en las que la población más oriunda vive alejada de turistas. Me parece una arquitectura criolla muy interesante. Ellos y ellas cantan y bailan por la noche a la puerta de las casas.
Cenamos en Casablanca, un restaurante elegante y caro en el paseo peatonal de la ciudad. En San Andrés los precios doblan o triplican los del continente. Róbalo al ajillo con arroz de coco. Róbalo a la plancha en salsa de queso con chips de plátano frito. Y la rica limonada de coco. Hasta las 11 pm se puede cenar en San Andrés.
Fotos de buceo en San Andrés
ESTA ETAPA PERTENECE AL VIAJE: COLOMBIA: EJE CAFETERO, CARIBE Y AMAZONAS