Paseo montañero por los alrededores de La Cueta BABIA (LEÓN)


En este día sin planes prefijados barajamos varias posibilidades de rutas por la zona de Babia. Finalmente decidimos dirigirnos hacia La Cueta para explorar un poco los alrededores e intentar subir a alguna montaña. En la caminata alcanzamos un collado con excelentes vistas a las montañas de este sector de la Cordillera Cantábrica.

Desayunamos fenomenal, como siempre, en el Rincón de Babia. Nos despedimos de Marta y Gerardo, que nos miman tanto, y con quienes siempre nos echamos unas risas repasando aventuras.

Día cálido y con nubes altas en Babia, en este domingo de inicio de Semana Santa.

Aparcamos en la entrada a la aldea de La Cueta, junto a las vías de escalada. (Hay aparcamiento para 3 ó 4 coches).

Emprendemos la marcha justo al lado del paredón, por una senda que baja paralela a la carretera y al río Sil.

En cuanto se acaba este camino, y viendo que bajábamos en vez de subir, iniciamos la subida monte a través. ¡Brutal pendiente! (Deberíamos habernos desviado antes de la pista).

Vamos ganando espléndidas vistas hacia el encajonado valle del Sil. La Cueta queda al pie de las montañas. Divisamos las cumbres de Laciana y Omaña muy nevadas en su vertiente norte.

Vistas del Valle del Sil

Un poco más arriba empezamos a divisar la cumbre del Cornón. Y el Sil, que serpentea abriéndose paso entre la estrechez del valle,……….no dejamos de oírlo.

A 1700 m de altura, alcanzamos un collado con unas vistas preciosas: el Valle del Sil, el Cornón y demás picos de Babia, Somiedo, Laciana, Omaña.

Y en cuanto caminamos unos cuantos pasos más, giramos de perspectiva, y vemos Peña Crespa y Peña Redonda.

Tenemos que descender ligeramente entre neveros y escobales hasta llegar a otro collado. La temperatura es perfecta.

Seguimos subiendo, peleándonos entre matorrales y nieve. Se hace duro, pero las vistas recompensan.

A 1800 m de altura, las vistas siguen mejorando. Pasamos por un corro.

La subida continúa con dureza hasta que alcanzamos otro collado a 2000 m de altura. Desconocemos su nombre, pero a nosotros nos vale quedarnos aquí a comer y extasiarnos con todo lo que nos rodea. Como no parece tener nombre, decidimos bautizarla como “Peña Real”, pensando que Babia era el lugar elegido por los reyes de la Edad Media para descansar. Y así nos sentíamos, como reyes, contemplando el panorama en nuestro rincón de descanso. De cuerpo y mente en Babia.

Yo creo que por muchas montañas que hayas subido, nunca dejas de maravillarte y de admirarlas en cualquier época del año y en cualquier lugar. El silencio reina en las cumbres, y la vista no es capaz de absorber todo lo que se extiende 360 º alrededor.

Al oeste, las montañas de Somiedo y Leitariegos, incluso la vista se extiende hasta Ancares. Al sur, el valle de Babia, en el que se ubican Torre de Babia y La Riera….. Distinguimos el camino que lleva al Montihuero por la Majada de Fonfría……….El valle rodeado por las montañas. Al este, el Montihuero muy cerquita, y más allá Peña Ubiña.

Y Peña Crespa, casi a nuestro lado. Vemos su cara tan vertical que nos impresionó cuando estuvimos en su cima hace un par de años………realmente de vértigo.

En resumen, nos rodean docenas y docenas de picos nevados de esta tan hermosa Cordillera Cantábrica………. ¡Para recrearse!

Desde este collado es fácil seguir cresteando y pasar por distintas cimas: Peña Redonda, Los Años, etc. Hemos hecho lo más difícil, pero no tenemos tiempo para lo mejor. Tras bocata y descanso, comenzamos la bajada por el mismo camino……..bueno, prácticamente sin camino, bajando monte  a través, hasta llegar al otro collado. Entonces, en vez de bajar por donde hemos subido, elegimos otra opción algo más larga pero más cómoda.

Cruzamos unas praderas, rotundamente verdes, por las que bajan arroyos, y las flores empiezan a asomar. Pequeñas florecillas amarillas y azules, bulbos de narcisos y orquídeas que comienzan a brotar, dando la bienvenida a una primavera todavía muy incipiente. No puedo evitar imaginármelas dentro de un par de meses, cuando la explosión floral tiñe de color las praderas. Y es que yo asocio Babia con sus multicolores valles alfombrados de multitud de flores.

Finalmente abordamos un pronunciado descenso hacia el Valle del Sil. Desde esta perspectiva, el paisaje de este valle parece diferente del que apreciamos en otras ocasiones.

El Sil recién nacido se acelera potente por las profundidades del valle. Los árboles que pueblan sus riberas empiezan a brotar, aportando un colorido anaranjado que contrasta con el verde de las praderas. Y las montañas calizas lo enmarcan.

Finalmente, enlazamos con la ruta de las Fuentes del Sil que nos conduce de regreso a La Cueta, esta pequeña aldea leonesa de montaña que resulta encantadora, con sus casas de piedra y sus puentes sobre el río Sil. Sus habitantes pasan la tarde de domingo tranquilamente al sol.

En aquellos momentos estaba a punto de aprobarse la declaración de Parque Natural para Babia. Nosotros ya hemos descubierto este tesoro hace algún tiempo.

¡VOLVEREMOS!

Y si no fuese porque hay que dormir en tienda de campaña, tal vez incluso nos animaríamos a participar en la Babia Sherpa tour, para cerrar el pelotón.

Track de la ruta por los alrededores de La Cueta de Babia

Descargable para GPS: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=6584369

Ver más excursiones por Babia: Aquí

 

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