El municipio de Aljezur se sitúa al norte de Vila do Bispo, en el Algarve. Recorrimos diversos lugares de la costa de Aljezur, donde destacan varias playas que son paraíso de surfistas (Amado, Bordeira, Arrifana), paramos en miradores y caminamos por los senderos de los espectaculares acantilados.
Aljezur
El precioso pueblo blanco de Aljezur es capital municipal y cuenta con unos 5000 habitantes. Se localiza al norte del Algarve y se integra en el Parque Natural del Sudoeste Alentejano y Costa Vicentina.
Su nombre tiene origen árabe, ya que ellos fueron los fundadores en el siglo X y en estas tierras permanecieron hasta ser derrotados en la reconquista cristiana en el siglo XIII.
Paseamos las estrechas y sosegadas callejuelas del centro histórico, explorando sus rincones. Subimos hasta el castillo situado en una colina que domina los alrededores (la entrada es libre). De la antigua fortaleza apenas quedan ruinas de murallas y torreones. Desde esta posición elevada apreciamos los tres barrios separados que componen Aljezur. El casco antiguo se apiña y escalona en la ladera. El barrio más moderno se sitúa en la zona llana y baja, más cómoda para la vida actual. Fue principalmente la destrucción causada por el terremoto de 1755 el motivo que desencadenó el traslado a esta zona.
Aljezur se emplaza entre dos ríos cercanos al mar, el río de la Cercas y el de las Alfambras. Ambos confluyen en el pueblo para formar el río Aljezur que desemboca en la Praia da Amoreira. La ventaja de haber sido navegables hasta el siglo XVI, le garantizaba una economía desahogada en la era medieval. Era el único puerto resguardado entre Alcácer do Sal y Sagres, por lo que numerosos barcos de mercancías lo usaban como refugio, generando una intensa actividad comercial. Hay que imaginarse estas calles hace siglos efervescentes de mercaderes que comerciaban con productos traídos de diversos lugares del mundo. Aquí se cobraban los impuestos de esas transacciones, que suponían una fuente de ingresos muy sustanciosa.
Además, desde Aljezur se exportaban diversos productos que se obtenían en la zona. Había agricultura, ganadería, caza, pesca. Semejante ajetreo comercial resultaba muy atractivo a los piratas, y para defenderse de sus incursiones se construyó el castillo.
Calles de Aljezur
La construcción del castillo de Aljezur se atribuye a los árabes en el siglo X y fue el último reducto de la ocupación musulmana en Portugal, el último en ser conquistado por los cristianos. Desde el castillo observamos el entorno de Aljezur. Sus tierras de cultivo se disponen en cuadrículas, algunos rebaños de vacas pastan en los prados, e incluso a lo lejos divisamos el mar.
Calles de Aljezur
Praia do Amado
Los surfistas bajan a la Praia do Amado con la mirada fija en las olas. Es su santuario. Sin embargo, a mí me resulta inevitable fijarme en los acantilados de colores. Además de una belleza natural, es una escuela de geología. La roca arcillosa se estratifica en capas de diferentes colores. También los bloques de piedra que han caído sobre la playa y los cantos rodados poseen todas las tonalidades. Y no faltan colores en las pequeñas piedrecillas mezcladas con la arena. Es una playa realmente asombrosa.
Pasamos una tarde playera de otoño muy agradable paseando a orillas del mar mirando cómo los surfistas cabalgan las olas y tumbándonos en la arena para dejarnos mecer en una siesta al arrullo de las olas.
A la Praia do Amado se llega por pista asfaltada. Hay aparcamiento, bar y pasarela de madera con mirador. Se sitúa cerca del pueblo de Carrapateira.
Praia do Amado
Portal da Carrapateira: Circuito costero entre Praia do Amado y Praia de Bordeira
El circuito del Pontal da Carrapateira se puede recorrer en coche o a pie. Cuenta con diversos miradores y aparcamientos, y paneles metálicos en varios puntos con explicaciones del lugar. Como no teníamos tiempo para caminar, nosotros lo recorrimos en coche, parando en casi todos los miradores.
El primer mirador se sitúa en Ponta do Castelo, donde existen ruinas de un antiguo poblado de pescadores musulmanes de los siglos XII-XIII. Hacia el sur ofrece vistas panorámicas a la Praia do Amado y la sucesión de playas entre acantilados. Distinguimos la silueta puntiaguda de la roca que protagoniza la playa de Pedra Furada. Al otro lado divisamos el pequeño embarcadero de Portinho do Forno.
Ruinas islámicas en Ponta do Castelo
Vista de la Praia do Amado desde Ponta do Castelo
En el siguiente mirador gozamos de vistas a calas de cantos rodados entre acantilados rojizos. Al igual que en el anterior, y en la mayoría de miradores del circuito, hay pasarela de madera. También la mayoría cuenta con una plataforma de madera frente al mar.
Mirador en Pontal da Carrapateira (Aljezur)
Seguimos el circuito para detenernos en otro mirador con vistas de la costa que se prolongan hasta el Cabo Sao Vicente en un paisaje de rocas estratificadas.
Desde los dos siguientes miradores contemplamos acantilados anaranjados.
Nuestra sexta parada tiene lugar en el Porto da Zimbeirinha, antiguo puerto pesquero
En el siguiente punto panorámico enfocamos la vista hacia el sur para divisar la costa hasta el Cabo de Sao Vicente.
En la punta más saliente, Ponta da Carrapateira, nos encontramos un doble mirador. A un lado, la vista alcanza hasta Cabo Sao Vicente. Al otro lado, la Praia de Bordeira preside el paisaje, mientras que los acantilados se extienden hacia el norte (señalizado E).
A continuación existen otros 2 miradores hacia la Praia da Bordeira. Es una playa salvaje y preciosa, acordonada por dunas. La frecuentan los surfistas, por lo que el ambiente en el aparcamiento y aledaños es de montones de furgonetas cargadas con tablas de surf que se toman algo mientras contemplan el mar y la puesta del sol.
Y, efectivamente, la guinda del día es el atardecer que contemplamos desde la Praia da Bordeira, aunque en esta época el sol no se pone sobre el mar desde esta posición, sino por encima del acantilado de Ponta da Carrapateira.
Praia da Bordeira
Praia da Arrifana en Aljezur
La Praia da Arrifana se enclava en el municipio de Aljezur y es otra meca del surf. Ya de buena mañana estaban los surfistas cabalgando las olas. 23 ºC a las 10 de la mañana a mediados de octubre, ¡qué lujo!
En el extremo distinguimos la Pedra da Agulha, peñasco separado de la costa. Las casitas blancas del pueblo de Arrifana trepan por el acantilado y otras descienden hacia la playa.
Praia da Arrifana
Pedra da Agulha
Fortaleza de Arrifana
Los restos de la muralla se alzan sobre el acantilado desde el que divisamos la Praia de Arrifana y un escenario de acantilados hacia norte y sur. Se llega por carretera asfaltada. La Fortaleza de Arrifana se construyó en 1635 para defender la costa. Fue abandonada en el siglo XIX.
Ruinas de la Fortaleza da Arrifana
Caminata de Fortaleza de Arrifana a Ponta da Atalaia
Es una caminata lineal de 6 Km. La primera mitad transcurre por senderos difíciles sin señalizar, mientras que la segunda mitad es fácil, ya que utilizamos la Rota Vicentina que está señalizada.
Comenzamos bajando el acantilado desde la Fortaleza de Arrifana hacia un valle repleto de vegetación, para después volver a subir por el siguiente acantilado. Esta operación se repite tres veces por senderos muy empinados que exigen extremar las precauciones. Me sorprende encontrarme estos inaccesibles valles costeros en los que revolotean pajaritos y libélulas.
Cada acantilado nos ofrece nuevas postales de formaciones costeras espectaculares. Calas semicirculares que rematan en pináculos, o paredes que caen bruscamente al océano. Parecen islas volcánicas. Me recuerda a las Islas Galápagos.
Después de algo más de la mitad de recorrido, enlazo con la Rota Vicentina que transcurre por caminos de arena. Me separo a veces por senderos bien visibles más cercanos a la costa y descubro banquitos-homenaje que invitan a sentarse para contemplar estas maravillas.
Crecen pequeñas palmeritas silvestres en la arena. Todo es alucinante. No te cansas de descubrir nuevas postales.
Llego finalmente a la Ponta da Atalaia donde se emplazan las ruinas del Ribat da Arrifana. Se trata de los restos de un antiguo convento de monjes guerreros del siglo XII. En este punto se nos abre un nuevo panorama a la costa norte, divisando en primer término la Praia da Pipa entre acantilados de rocas negras, también conocida como Praia do Medo.
Se podría continuar caminando por la Rota Vicentina que en este tramo, hasta la Praia de Monte Clérigo, vuelve a transcurrir próxima a la costa.
Track de la ruta: Enlace a wikiloc
Costa de Arrifana
Ribat da Arrifana en Ponta da Atalaia
Vistas desde Ponta da Atalaia
Praia de Monte Clérigo (Aljezur)
A esta playa nos acercamos en coche, ya que dispone de acceso por carretera. En un extremo se asientan encantadoras casitas blancas encima de la arena, mientras que el otro extremo es más salvaje y lo preside una ermita blanca sobre un promontorio. Es también frecuentada por los amantes del surf.
Praia da Amoreira en Aljezur
Sobrepasamos la playa de Monte Clérigo y continuamos por esta carreterita hasta el final. La circulación está prohibida a caravanas, aunque, por lo que vemos, algunas no respetan la prohibición. Nos tropezamos de frente con una vista impresionante de la Praia da Amoreira, que dispone de varios miradores.
Es espectacular, una playa salvaje con dunas. El río Aljezur, de precioso de color azulado, serpentea por la arena y desemboca en el mar. Nos quedamos a comer el bocata en el acantilado y nos entretenemos un buen rato mirando la destreza de surfistas sobre las olas. Vienen muchos alemanes en furgonetas.
La parte negativa es la suciedad que hay en estos espacios naturales: plásticos y papeles nos encontramos en cualquier sitio. Parece mentira tan escasa concienciación a estas alturas.
Praia da Amoreira
Praia do Vale dos Homens
Llegamos por pista asfaltada desde Rogil, a pocos kilómetros de Aljezur. Hay un mirador con bonitas vistas a la playa entre acantilados. Bajar a la arena supone descender un buen tramo de escaleras.
Praia do Vale dos Homens
Nos vamos a Porto Covo porque mañana empezamos el Trilho dos Pescadores. ¡Qué emoción!
Alojamiento en Aljezur
Hotel Vale de Telha, cerca de Aljezur. El hotel no es una maravilla pero no está mal y el precio resultó imbatible.
Desayuno en el hotel: por el covid te sirven lo que elijas del buffet. Huevo duro, quesos, jamón, zumo artificial, café, bollería, fruta, yogurt, pan.
Cenar en el restaurante más cercano al hotel, Fonte do Vale, muy animado y con comida variada. Tomamos lulas grelhadas y bifinhos de vitela con patatas y ensalada. Crumble de manzana. Rico y muy bien presentado.
ESTA ETAPA PERTENECE AL VIAJE: ALGARVE Y ALENTEJO. COSTA SUR DE PORTUGAL
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