Visitar la interesante ciudad medieval de Ferrara es un buen complemento en un viaje a la región italiana de Emilia Romaña. Posee un casco histórico bien conservado con estrechas callejuelas y pasadizos, una bonita catedral, plazas, el Castillo Estense y varios palacios.
La familia Este gobernaba Ferrara durante la Edad Media y el Renacimiento, período de florecimiento de la ciudad. Los Este vivían en un gran castillo mientras que por las calles pululaban destacados artistas y pensadores, entre ellos Tiziano y Copérnico, que estudió en la Universidad de Ferrara.
El casco histórico de Ferrara, antiguamente amurallado, es ahora Patrimonio de la Humanidad por conservar muy bien su trazado medieval. Resulta agradable visitar la apacible ciudad; todo es llano y el paseo es tranquilo. Además se come muy bien. Son característicos sus edificios de ladrillo rojo.
Plaza de la Catedral de Ferrara
Llegar a Ferrara
A Ferrara se tarda menos de media hora en tren de alta velocidad desde Bolonia. Conviene comprar los billetes con antelación para conseguir mejores precios (se puede mirar en la compañía Italo y en Trenitalia). Es muy cómodo viajar en tren, van de centro a centro de ciudad, sin soportar atascos de tráfico ni tener que buscar aparcamiento.
La estación de Ferrara está algo alejada del centro histórico, a unos 2 Km de distancia, pero al ser una ciudad pequeña, las distancias siempre son llevaderas.
Pórticos en Ferrara
Itinerario para visitar Ferrara en un día
Cuadrivio, el barrio de los palacios extramuros
Con un frío terrible en un día de febrero salimos de la estación de tren para dirigirnos al Cuadrivio, donde se asientan varios palacios.
Caminamos por el Corso Porto Po, una avenida bastante ancha. Pasamos por la Iglesia de San Benedetto, bastante austera tanto por fuera como por dentro.
Iglesia de San Benedetto
Se denomina Cuadrivio de los ángeles al cruce de las calles Corso Porta Mare y Corso Ercole I d’Este. En cada esquina se emplaza un palacio. Palazzo dei Diamanti, Palazzo Turchi di Bagno, Palazzo Prosperi-Sacrati, Palazzo Bevilacqua.
Cuadrivio de Ferrara
El Palazzo dei Diamanti es uno de los palacios que se construyeron fuera de murallas durante la ampliación de la ciudad a finales del siglo XV. Pertenecía al Duque de Ferrara, de la dinastía Este.
El edificio se caracteriza por su fachada de bloques de mármol puntiagudos que recuerdan la forma de los diamantes. Actualmente es sede del Museo Nacional de pintura y su interior alberga exposiciones, tanto permanentes de la Escuela de Ferrara, como temporales. Posee un patio interior renacentista, que estaba en obras cuando lo visitamos.
Palazzo dei Diamanti
El Palazzo Turchi di Bagno se localiza enfrente del Palazzo dei Diamanti y pertenecía a familias nobiliarias de Ferrara, pasando en el siglo XX a propiedad pública. Actualmente es sede del Instituto de geología y del Museo de Paleontología y prehistoria de la Universidad de Ferrara. Posee un jardín botánico muy antiguo, del siglo XVIII, el cual se puede visitar.
Próximo al Cuadrivio está el Parco Massari, jardines públicos para relajarse paseando por los senderos o sentándose en los bancos bajo los árboles. Hay baños públicos.
Parco Massari
Después de las anteriores paradas, seguimos caminando por Corso Porta Mare hasta la Piazza Aristea, en cuyo centro se halla el Monumento a Ludovico Ariosto. Es un espacio rodeado de pequeñas graditas en el que alguna gente aprovechaba para coger solecito en la heladora mañana.
Piazza Aristea
Palacio Schifanoia
Era una villa de descanso de la familia Este. La fachada de ladrillo rojo del edificio renacentista es bastante sobria, y lo que más destaca es la portada de mármol.
Actualmente alberga un museo, especialmente de pinturas, entre las que destacan los frescos del Salone dei Mesi (La Sala de los Meses), que representan escenas y alegorías de cada uno de los meses del año.
Centro histórico de Ferrara, la ciudad medieval intramuros:
Plaza Trento-Trieste
La Vía Canonica nos deja en la Piazza Trento-Trieste, la más emblemática de Ferrara, en la que se ubican sus edificios más distintivos. A un lado, la Catedral, con los curiosos pórticos de la antigua loggia del mercanti, que siguen alojando locales comerciales. Al otro lado está la Torre dei Ribelli. Enfrente a nosotros vemos la Torre della Vittoria, de piedra, reconstruida después de quedar destruida la anterior.
Piazza Trento-Trieste de Ferrara
Catedral de Ferrara
La catedral de San Giorgio estaba en restauración. Se ve imponente, aunque se nota que pedía a gritos algunos arreglillos. Su fachada de mármol se construyó en estilo gótico en el siglo XII.
En el siglo XV se añadió la torre-campanario en estilo renacentista, aunque nunca llegó a terminarse. Parece totalmente camuflada con la catedral, y sin embargo, no es de mármol, sino de ladrillo revestido de caliza.
Entramos en el interior de la catedral, aunque estaba llena de andamios, lonas y obreros trabajando. Incluso así podíamos intuir su monumentalidad barroca en techos y paredes pintadas.
Palacio de la Razón
Frente a la catedral, pasando bajo un arco (Bóveda del Caballo) accedemos al antiguo patio del palacio, ahora convertido en la Piazza del Municipio, donde está el Palacio de la Razón, que data del siglo XIV. Era el antiguo Palacio Ducal, residencia de los Este antes de mudarse al castillo. Ahora es sede del ayuntamiento (Palazzo Municipale) y resulta llamativa su escalinata exterior con cúpula; se trata de la Escalera de Honor. Se puede visitar el Gabinete de las Duquesas y la Sala dell’Arengo, con decoración ambientada en el siglo XIV.
Escalinata del Palacio de la Razón de Ferrara
Castillo Estense de Ferrara
El Castillo de Ferrara está a un paso de la Catedral. Pertenecía a la familia Este, los señores feudales de la zona, y por eso se conoce como Castillo Estense. Fue construido en el siglo XIV y está rodeado de un foso de agua (dicen que es el único foso de agua que se conserva en Europa). Al castillo se trasladaron los Este desde su anterior residencia en el Palacio de la Razón.
Se puede entrar gratuitamente al Patio de Honor. Para visitar las estancias hay que comprar entrada por 12 € (en 2022). Después de haberlo visto, no me parece que merezca mucho la pena, pero siempre pasa lo mismo, ya que has llegado hasta aquí, quieres verlo.
Durante algo más de una hora visitamos los calabozos, las cocinas, la terraza de los naranjos, y diversas estancias con llamativos techos pintados, aunque sin mobiliario. Hay exposición de pintura.
Comer en Ferrara
Era hora de comer cuando salimos del castillo. En Italia se come más temprano que en España, y si te retrasas puedes encontrarte los restaurantes cerrados.
Optamos por la Trattoría La Raschetta, gran acierto. Probamos el plato típico de pasta local, los cappellacci rellenos de calabaza, acompañados de ragú, además de spaguettis con setas y ciervo. Muy rico.
Via delle Volte
Inmiscuirnos en la zona medieval mejor conservada era nuestra siguiente misión. La Via delle Volte es la mejor representación. Esta calle conserva plenamente su esencia de la Edad Media y hay que recorrerla con calma para observar su empedrado irregular, las casas antiguas de ladrillos, y sobre todo los arcos que se suceden, actuando de pasadizos entre casas. No hay que perdérsela.
Pasear por las calles de Ferrara supone descubrir iglesias y palacios en cada rincón, fruto de su esplendor en siglos pasados.
Iglesia de Santo Stefano
Palazzo Bentivoglio
Ferrara estaba rodeada de murallas y su perímetro de 9 Km ejerce de carril bici y de paseo muy frecuentado por los habitantes de la ciudad. Varias puertas permitían entrar o salir de la ciudad; una de las más antiguas que todavía se conservan es Porta Paola.
Volvemos al interior de murallas para seguir callejeando por las estrechas calles medievales y acercarnos a la Plaza de la Catedral. En la calle de atrás, la Via Adelardi, está la histórica taberna Al Brindisi. Es tan antigua que ya existía en el siglo XV y hace siglos la frecuentaban personajes tan influyentes como Copérnico. Lo mejor es que sigue funcionando para beber y comer. Antes de coger el tren para regresar a Bolonia es momento para tomar algo y comentar cuánta historia se encierra en Ferrara.