Visitar Cartagena de Indias: colorido y sabor colonial COLOMBIA: CARIBE 1


Para muchos, en un viaje a Colombia es imprescindible visitar Cartagena de Indias, ya que está considerada una de las ciudades más bellas de América. Emplazada a orillas del Mar Caribe, su pasado colonial impregna calles, fachadas y plazas, permitiéndonos pasear a través de una historia de siglos. 

Cartagena se cruzó en el camino sin ser una prioridad para mí. Queríamos viajar de Pereira a San Andrés, pero no hay vuelos directos. Entre las posibles escalas, Medellín y Bogotá llevaban las de perder frente a Cartagena. El error fue quedarnos 2 días para conocer las desalentadoras Islas del Rosario, pero eso lo contaré en el próximo capítulo.

Desde el “aeropuerto urbano” llegamos muy rápido en taxi a la ciudad. Cartagena de Indias nos recibe por la noche con fuegos artificiales. Ha llegado el momento de sudar. En Cartagena hace calor de día y de noche.

Bocagrande

Nos alojamos las dos primeras noches en el Hotel OZ en Bocagrande (después nos cambiaremos a una casona colonial en la ciudad amurallada), ya que no conseguí encontrar un alojamiento de mi gusto en el centro para 3 noches seguidas, tal vez por coincidir en fin de semana. Reservé una junior suite. Habitación estupenda al igual que el desayuno.  

En general, los alojamientos de Bocagrande ofrecen una mejor relación calidad/precio que en los barrios del centro. Se trata de hoteles modernos, con habitaciones espaciosas, cómodas y bastante bien insonorizadas.

Bocagrande es el Benidorm de Colombia. Altos rascacielos se elevan al lado del mar en esta alargada lengua de tierra. El Caribe envía su oleaje hacia una extensa playa llena de sombrillas que ocupa un costado de Bocagrande. Hoteles, restaurantes, edificios de apartamentos ocupan esta moderna zona de rascacielos construida en vertical.

Rascacielos y playa de Bocagrande

El Laguito en Bocagrande

 

Barrio de Getsemaní

Empezamos a explorar la Cartagena colonial recorriendo el barrio de Getsemaní. Todo está cerca en esta ciudad y en apenas unos minutos, un taxi nos dejaba en el Muelle de Los Pegasos, de donde zarpan embarcaciones turísticas.

Es agradable pasear por las calles de Getsemaní. Este barrio comunicado con el centro amurallado mediante el Muelle de los Pegasos se compone de casas de planta baja. Eran las viviendas de la clase humilde en la época colonial. En una explosión de color, las buganvillas adornan las coloridas fachadas de Getsemaní. Podemos pasear con tranquilidad por las estrechas callejuelas, ajenos al acoso de vendedores ambulantes, ya que en su mayoría prefieren asentarse en la ciudad amurallada.

En la Plaza de la Trinidad prevalece la animación. Se instalan vendedores de frutas, de cocos, de gorros. Se nota que el barrio se ha puesto de moda entre viajeros. Hay numerosos alojamientos, bares y restaurantes. Siguen restaurando casas para convertirlas en negocios turísticos.

Fachada de Getsemaní

Plaza de la Trinidad en Getsemaní

Calles de Getsemaní

 

Visitar Cartagena de Indias: Paseo por la Ciudad Amurallada.

Emprendemos después rumbo a la Ciudad Amurallada, accediendo por la Puerta del Reloj que nos deja en la Plaza de los Coches, antiguamente mercado de esclavos. Es contigua a la Plaza de la Aduana.

Al visitar Cartagena de Indias hay que saber que es terriblemente turística. No es de extrañar el turismo masivo, ya que la califican como una de las ciudades más bellas de América. Su arquitectura y su encanto encandilan a cualquiera a pesar del calor y de las muchedumbres. No sólo está a tope de turistas, también de vendedores que intentan ganarse la vida. Venden por la calle todo lo que puedas imaginar. Especialmente abundan los carritos de frutas y de cocos.

Mención especial merecen las fruteras, las Palenqueras, que todos los días se acicalan con coloridos ropajes para salir a la calle a engatusar a los turistas y cobrar por las fotos. Representan la imagen más fotografiada de Cartagena.

Nos dejamos vagar sin rumbo, empapándonos del aire colonial que desprenden las elegantes casonas de dos plantas del interior de la ciudad amurallada donde antes habitaban las familias más acomodadas.

Me gustan sus fachadas coloridas recubiertas de enredaderas, sus ventanas enrejadas, sus balconadas de madera, sus enormes puertas con símbolos de su pasado.

La mezcla de razas invade sus calles. Estos territorios estaban originariamente habitados por tribus indígenas. Los españoles la conquistaron y posteriormente recibió a miles de africanos durante la lamentable época de la esclavitud. Cartagena era una puerta de entrada de esclavos al continente americano y un enorme mercado humano. Era también un importante puerto en el que embarcaban galeones cargados con suculentas mercancías rumbo a Europa.

En este ambiente caribeño, al menos corre una ligera brisa y no hace tanto calor como imaginaba. Entre paseo y paseo nos acercamos a visitar los museos más renombrados, como son el Museo del Oro y el Palacio de la Inquisición.

El Museo del Oro se halla en restauración hasta 2021 y han trasladado una pequeña parte de la colección a otro edificio cercano para poder ser visitado. Aunque de diferentes culturas y localizaciones geográficas, los indígenas colombianos compartían desde muy antiguo su fascinación por el oro. Eran excelentes orfebres y fabricaban objetos de oro para usar en sus rituales o para adornar los cuerpos de los poderosos fallecidos, otorgándoles un poder mágico.  El Museo del Oro principal reside en Bogotá y el de Cartagena es sólo una “sucursal”.

El antiguo Palacio de la Inquisición funciona como museo. En estos hermosos edificios coloniales comunicados, los inquisidores realizaban abominables torturas. La planta inferior está dedicada a las prácticas de la Inquisición mientras que la superior alberga varias salas museísticas que explican la historia de la ciudad, entre patios abiertos, arcadas y ventanales de madera.

Seguimos callejeando después, sin rumbo, tomando un helado por aquí, una bebida por allá. Porque no es necesario prefijar un itinerario para explorar Cartagena. Preferimos deambular a nuestro aire, descubriendo sus calles, plazas, edificios y vida callejera. Desde luego, arquitectura e historia no le faltan a Cartagena.

Puerta del Reloj en Cartagena de Indias

Palenqueras en la Plaza de los Coches

Cartagena de Indias es una ciudad con muchos balcones

Vendedores ambulantes en Cartagena de Indias

Museo del Oro Zenú de Cartagena

Palacio de la Inquisición de Cartagena

Vista desde el Palacio de la Inquisición

Arquitectura colonial en la Ciudad Amurallada de Cartagena de Indias

Puertas de Cartagena de Indias

 

Visitar Cartagena de Indias en Free City Tour

Varias compañías se dedican a organizar “Free City Tours” en Cartagena, que en realidad viven de las propinas, las cuales suelen ser sustanciosas. Es otra forma de visitar Cartagena de Indias, y aunque no me suelen gustar estas actividades, esta vez sucumbí. Elegimos un turno por la tarde con una duración de 2 horas que se reúne en la Plaza Santa Teresa. Se centra principalmente en la historia de la ciudad, recorriendo varios lugares emblemáticos del centro. Resultó ser en inglés, ya que no había suficiente número de personas para formar grupo en español.

Así repasamos las etapas de los primeros pobladores indígenas de la ciudad, la colonización española, la época de la esclavitud, la inquisición, las diferencias sociales, las costumbres de la época, la independencia, y la vida hoy en día. Son muchos los detalles de las fachadas que delatan el estatus de sus pasados habitantes.

El City Tour se me hizo algo pesado al final con tantas fechas y datos históricos, pero bueno, más o menos resultó ameno e interesante.

El atardecer es el momento en que la gente busca un hueco sobre la muralla para contemplar la puesta de sol rojiza sobre el mar. Regresamos al hotel en taxi para cenar cerca.

Inicio del City Tour en la Plaza Santa Teresa

Plaza de los Coches

Murallas defensivas de Cartagena de Indias

Plaza de la Aduana

Puesta de sol sobre el Mar Caribe en Cartagena de Indias

 

Cenar y dormir en Bocagrande:

Alojamiento: Hotel OZ, en Bocagrande

Restaurante Da Pietro, restaurante italiano con terraza en Bocagrande. Cazuela de mariscos rica), lasaña de calamares y camarones (mal), tiramisú (regular).

 

ESTA ETAPA PERTENECE AL VIAJE:  COLOMBIA: EJE CAFETERO, CARIBE Y AMAZONAS

 


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Una idea sobre “Visitar Cartagena de Indias: colorido y sabor colonial

  • Marisa

    Qué ganas ya de ver el resto… Qué viaje tan bonito… Y qué bueno saber que se puede ir en coche propio para recorrer el Valle del Cócora y hacer el paseo hasta el Nevado Ruiz