La Rota da Citania de Briteiros es una ruta de senderismo circular que parte de la aldea de Briteiros y pasa por el poblado prerromano de la Citania de Briteiros además de recorrer varios viejos molinos de agua y cascadas del río Febras en el norte de Portugal.
Localización de la ruta
El PR2 Rota da Citânia de Briteiros se localiza cerca de Braga y Guimaraes al norte de Portugal. Tiene su inicio y fin en la Igreja de Sao Salvador de Briteiros. Existe un panel informativo en el aparcamiento del Museo da Cultura Castreja, donde también se puede iniciar la ruta, aunque supone caminar un trecho por la calle hasta la iglesia.
Coordenadas GPS del punto de inicio: 41.5215403,-8.3234301,16.75
Descripción de la ruta da Citania de Briteiros
Antes de iniciar la ruta de senderismo, visitamos el Museo da Cultura Castreja, donde hay aparcamiento. El museo ocupa un pazo en el Solar da Ponte, que era residencia de Francisco Martins Sarmento, el arqueólogo que comenzó las excavaciones de la Citania de Briterios en 1875. Sarmento se involucró tanto en los trabajos arqueológicos que incluso llegó a adquirir los terrenos que dan cobijo a las ruinas.
Una planta del edificio expone fotos y objetos de Martins Sarmento, mientras que la planta inferior exhibe restos arqueológicos en piedra, cerámica o metal hallados principalmente en Briteiros, pero también en otros castros cercanos. No eran sólo elementos de uso cotidiano, sino que los habitantes castreños manifestaban cualidades artísticas, expresadas en objetos decorativos y en joyas de la época. Hay que tener en cuenta que cierra los lunes.
Nos desplazamos a continuación en coche desde el museo a la Igreja de Sao Salvador de Briteiros, donde comienza el sendero. Se puede aparcar al lado de la iglesia, donde ya vemos las marcas de la ruta de senderismo.
Junto a la iglesia de fachadas blancas arranca la ruta circular que realizamos en sentido horario. Tras dejar la carretera tomamos un camino bajo viñedos que nos interna en el bosque. Avanzamos por una calzada empedrada acompañados del sonido del río Febras, el cual desciende vertiginosamente repleto de agua en este invernal mes de enero.
A algunos pequeños saltos de agua tenemos ocasión de acercarnos tomando una corta desviación al río y regresando después al camino principal. Las piedras se han desprendido en muchos tramos de la vía y más que una calzada empedrada es un camino de piedras que asciende por el bosque.
Hay que fijarse para tomar la desviación a Portuguediz, ya que el letrero está torcido y seguimos recto, obligándonos a regresar cuando nos damos cuenta. Esta bifurcación es muy bonita por un sendero junto al río pasando por la cascada de Portuguediz y por los antiguos molinos de agua que aprovechaban la energía hidráulica del río da Varzea, conocido también como río Febras, el cual nace en la Serra dos Picos. Es un río con varios nombres, ya que a su paso por la aldea de Briteiros se denomina río Briteiros y más adelante se conoce como río de Agrela antes de unirse al río Ave. Embellecen el entorno los grandes bloques naturales de granito revestidos de musgo, así como las huellas humanas del pasado en forma de muros, canales y molinos de piedra.
El sendero continúa a la aldea de Portuguediz, donde nos llaman la atención los trabajos en hierro que se exponen en las fachadas de las escasas casas habitadas o al borde del camino. También nos fijamos en las cascadas que forma el río a su paso por la aldea, así como en el molino de piedra.
Es bonito también el siguiente tramo de bosque, ahora en descenso por la otra orilla del río. Abandonamos el entorno fluvial para seguir por un camino más feo entre eucaliptos que desemboca en la carretera que conduce a la Citania de Briteiros. Por carretera tenemos que caminar 400 m para llegar a la entrada que da acceso al recinto arqueológico. 3€ por persona, sirve el ticket que habíamos comprado en el museo. Entregan un folleto que explica el itinerario y los puntos a visitar.
Este castro es enorme y sólo esta excavada una pequeña parte, que es la que podemos visitar. Es una auténtica joya arquitectónica del pasado y resulta una maravilla caminar por sus calles empedradas bajo el sobreiral. Es verdad que se puede hacer una visita más rápida llegando en coche a la puerta de la Citania, pero no hay nada como hacerlo caminando, e imaginarnos cómo eran sus alrededores hace 2000 años, por donde ya pasaban los habitantes castreños. Seguro que ellos también bajaban hasta el río, y pisaban el mismo terreno. A lo largo de nuestro camino hemos observado también los elementos que ha incorporado el hombre a lo largo de los siglos y que los antiguos habitantes no pudieron conocer, como los puentes, los molinos, las casas, los eucaliptos o las mimosas.
La Citania de Briteiros se localiza al abrigo de la Serra da Falperra, ocupando una posición elevada sobre el valle del río Ave, confiriéndole una situación estratégica. Cuatro murallas la rodeaban convirtiéndola en una ciudad fortificada. Se considera que estuvo habitada desde el milenio I a.C. hasta el siglo II d.C. ya en época de romanización.
Existen también restos medievales como la iglesia cristiana construida en el siglo X o el cementerio con tumbas excavadas en la roca.
Avanzando por la calzada empedrada del interior de la Citania de Briteiros observamos las ruinas de las viviendas circulares o rectangulares. Nos percatamos también de algún petroglifo. En el centro de visitantes nos han contado que hay varios petroglifos en la ciudadela pero no se pueden ver porque están cubiertos de tierra. Para que los visitantes puedan hacerse mejor idea de cómo eran antiguamente las viviendas han reconstruido un par de cabañas con techo vegetal, aunque parece ser que a Sarmento no le agradó la reconstrucción ya que no reproducen fielmente la realidad de aquellos tiempos.
Un canal de agua, ahora seco, recorre varias calles y desciende finalmente hasta el Balneario. Era el spa de la época, donde los habitantes se bañaban e incluso gozaban de la sauna.
Hay que reconocer que visitar la Citania de Briteiros es muy instructivo en un bonito entorno sombreado por alcornoques y con vistas al valle del río Ave y al Monte de Falperra.
Finalizada la visita retomamos la ruta de senderismo desandando los 400 m por carretera para tomar el camino señalizado que desciende por el monte de eucaliptos. Se puede elegir una alternativa más larga pasando por el Molino de Donim. Nosotros elegimos la opción corta que ataja 1,5 Km ya que se nos había hecho tarde. Es un camino desagradable de fuerte pendiente que baja por piedras sueltas haciendo que resulte incómodo caminar, además afeado por el entorno de eucaliptos.
Enlazamos al final de la cuesta con la otra bifurcación larga y a partir de entonces el sendero es más cómodo. Avanzamos entre altos muros y pasamos por varias construcciones en ruinas hasta que regresamos a la iglesia de Briteiros donde finalizamos la ruta.
Los puntos destacados de la Rota da Citania de Briteiros son la propia Citania y el entorno del río Febras con las cascadas y los molinos en el bosque caducifolio.
Fotos de la Rota da Citania de Briteiros
Museo da Cultura Castreja en Briteiros
Igreja de Sao Salvador de Briteiros
Rota da Citania de Briteiros
Río Febras o Varzea
Cascada de Portuguediz
Molinos del río da Varzea
Rota da Citania de Briteiros: zona de los molinos del río da Varzea
Aldea de Portuguediz
Bosques de Portuguediz
Río Febras o río da Varzea
Vista de Briteiros
Citania de Briteiros
Iglesia medieval en la Citania de Briteiros
Citania de Briteiros: viviendas reconstruidas
Petroglifo en la Citania de Briteiros
Tumbas antropomorfas en la Citania de Briteiros
Citania de Briteiros
Citania de Briteiros: termas
Rota da Citania de Briteiros. Ya regresamos a la aldea de Briteiros
Track de la ruta
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