En este recorrido en coche dimos la vuelta al Lago d’Orta, parando en algunos pueblos y miradores. De forma alargada, el lago tiene unos 15 Km de longitud y se sitúa en la región italiana del Piamonte a poco más de 40 Km del aeropuerto de Milán-Malpensa y muy cerca del Lago Maggiore.
Aguas altamente contaminadas por la actividad industrial del rayón han dejado atrás su elevada acidez desde que a partir de los años 80 se comenzaron a aplicar métodos de descontaminación acuática. Ahora el lago d’Orta es un lugar con atractivos turísticos que incluso cuenta con zonas de baño en verano.
Recorrido en coche por el Lago d’Orta
Orta San Giulio es la localidad de referencia a orillas del lago, en su día refugio del filósofo Nietzsche. Desde el pueblo se puede ver la Isola San Gulio que se emplaza en medio del lago y acoge un monasterio en el que se conserva la basílica románica de San Giulio. Desde Orta San Giulio se puede navegar hasta la isla.
Isola San Giulio en el Lago d’Orta
Al ser festivo, había mucho tráfico y sufrimos continuos atascos. Fue imposible entrar en Orta San Giulio. No había donde aparcar, estaba todo colapsado y la caravana de vehículos no avanzaba.
Orta San Giulio
En Orta San Giulio se puede subir al Sacro Monte, pasear por el centro histórico, donde está la Plaza Motta, la Iglesia de Santa María Assunta, varios palacios……….pero el atasco no se resolvía y prescindimos de la visita.
Vista de Isola San Giulio y Orta San Giulio
Continuamos bordeando el lago. Cualquier espacio estaba ocupado por coches, y los que todavía no habían conseguido hueco, buscaban con desesperación. Y no digamos las playas, no cabía ni un alfiler. Y es que el calor de este día de primavera invitaba al baño en cualquiera de las playas que se asientan a orillas del lago.
Encontramos sitio para aparcar en Omegna, población asentada en la orilla norte del lago entre montañas. Encontrar mesa para comer tampoco fue fácil, pero al final lo conseguimos en Salera 16, un restaurante al borde del canal que desagua en el lago.
Omegna no es un pueblo con grandes atractivos, aunque algunos rincones pintorescos sí que encontramos. Hay una gran iglesia de piedra con interesante campanario románico de varios pisos y baptisterio separado. Llegamos tras caminar por un paseo al lado del río. Se mantiene en pie la Porta Romana, la única que queda de la antigua muralla, que defendía la población.
Los edificios que miran al lago son nuevos o renovados, mientras que en las estrechas calles interiores, más lúgubres, el deterioro es notable, y no digamos en los estrechos callejones que suben perpendiculares al río o al lago, con rincones en ruinoso estado.
Las playas del lago están a tope en Omegna, y también está concurrido el paseo ajardinado a orillas del lago.
Omegna, población en el Lago d’Orta
Con 29 ºC abandonamos la población para seguir bordeando el lago d’Orta, ahora por la orilla occidental. Por esta orilla, el tráfico es muchísimo menor, tal vez porque la carretera es peor, o quizás porque va más alejada del lago y no tiene acceso a playas.
Brolo es uno de los pueblos de la ribera oeste del Lago d’Orta. Paramos en un parking junto a la carretera y subimos a pie por las «escaleras del gato» tras pasar el lavadero público. Parece que en este pueblo tienen adoración a los gatos e incluso les han hecho un monumento. Las escaleras nos llevan por unos pasadizos entre casas muy curiosos, parece increíble, y nos dejan en la iglesia de San Antonio Abad. Aquí nos asomamos al mirador para contemplar una panorámica del norte del lago entre montañas y el pueblo de Omegna asentado en su orilla.
Brolo
Vista del Lago d’Orto desde Brolo
Arola queda en un emplazamiento más alto. Hay que apartarse de la carretera que bordea el lago y coger la que sube al Paso della Colma, popular entre moteros. La iglesia de este pueblo es parecida a la de Brolo, con alto campanario.
Me sorprende la arquitectura de grandes casonas, algunas en ruinas y otras restauradas. El pueblo de Arola está más alejado del lago, y aunque hay vistas desde algunos puntos, son más lejanas.
Arola
El Monte San Giulio es la siguiente parada. Las vistas son maravillosas hacia el lago, en el que contemplamos la península del pueblo Orta San Giulio y la isla con el monasterio en medio del lago. Y sentarse en el banquito es rematarla. En este monte hay una urbanización de chalets que pueden disfrutar de las estupendas vistas desde sus casas.
Vista del Lago d’Orta desde el Monte San Giulio
Estupendo panorama vamos a disfrutar también desde el siguiente mirador, el Santuario della Madonna dell Sasso, que está más alto y las vistas son más amplias. Para llegar hasta allí tenemos que coger en Pella la desviación a Beleto y seguir las indicaciones al santuario, el cual se halla sobre un peñasco rocoso en acantilado. Hay aparcamiento junto al santuario y sólo tenemos que caminar unos metros para llegar al amplio mirador que estaba casi vacío, nada que ver con las aglomeraciones que encontramos en la otra orilla del lago.
La panorámica es muy completa, abarcando el lago de extremo a extremo, divisando todos los pueblos asentados a ambas orillas, la isla en medio y las montañas que lo enmarcan hacia el norte, antesala de los Alpes.
Vista del Lago d’Orta desde el Santuario della Madonna dell Sasso
Después nos acercamos a orillas del lago. Muchos sitios están copados por propiedades privadas con sus propios embarcaderos, mientras que otras playas son públicas. Un baño en el agua es el broche final para un día alrededor del lago.
Lago d’Orta
Alojamiento y restaurante en Borgomanero
Nos alojamos en Hotel Rinaldo, en Borgomanero, una ciudad fuera de los circuitos turísticos. Reservé directamente en la web del hotel. Habitación amplia con sofá, terraza y buen baño. Aparcamos sin problema delante del hotel, había mucho espacio disponible en la calle. Al ser festivo, estaban todos los alojamientos llenos y fue complicado encontrar habitación, pero al final hemos estado bien en este hotel. El dueño es muy majo y amante de los Caminos de Santiago.
El desayuno en el hotel es buffet estándar: pan, fruta, yogur, embutidos, dulces, café.
Cenamos en Ostería Mea Culpa, buenísimo. Risotto de espárragos, tagliatele con fruti di mare. La comida estaba deliciosa.
Menudo ambiente nocturno había en Borgomanero en este día festivo.